María Isabel Quintana inicia sus actividades literarias en Coyhaique, Región Carlos Ibáñez del Campo. Columnista durante un año en el Suplemento literario Alhuén del diario El Divisadero de Coyhaique.

Es socia de la Corporación Letras de Chile. Obtiene la Beca de Escritores el año 1999. Ha sido antologada en Cuentos integrados de la región Patagónica y en Cien microcuentos chilenos, selección de Juan Armando Epple, 2002.

Ha publicado El último dinosaurio y otros cuentos,  2002; Con la muerte en la cartera, 2003, y Vivir en Puerto Aysén. Diario de Noemí Coyopae, 2012, premio Escrituras de la Memoria, Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes, 2010.

CON EL MAR POR TESTIGO

María y su hija quinceañera, acodadas en la ventana de su casita en el cerro, miran el mar a través de sus lágrimas y comparten un mismo secreto. Deciden enfrentarlo juntas.

La madre, con miedo en la voz,  habló primero.

El hombre, enfurecido, la derribó de un golpe y en el suelo le pateaba el vientre. ¡Mujer irresponsable, gritaba, como si pudiéramos alimentar a tanto mocoso!

La hija, enmudecida y aterrorizada, salió sigilosamente.

Cuando la encontraron, en su dormitorio con vista al mar, su cuerpo aún se balanceaba, colgado con el mismo cinturón que apretaba su cintura.

 

* “Con el mar por testigo” está publicado en Valparaíso en 100 palabras.

 

PASEO ATKINSON  O LA NIÑA DEL ARO

Sombrero de paja, vestido blanco con listón en la cintura, la niña rubia corre tras el aro sobre la arcilla anaranjada. Al pasar frente al hombre del canasto, la brisa marina le acerca el olor del  motemey. El aro escapa calle abajo y una mano manchada de pintura lo detiene. La madre reconoce al hombre frente al caballete, con una inclinación le agradece: gracias, mister Helsby y continúa su paseo protegida bajo la sombrilla. La distancia desdibuja las figuras de mujer, niños y perro. La sombra alargada de la reja despide la tarde y, sobre la tela, el pintor  retoca los cabellos rubios de la niña que empuja el aro sobre la arcilla anaranjada.

 

A RÍO REVUELTO…GANANCIA DE PECADORES

Valparaíso, 18.30 horas, sismo 6.4 grados Richter. Cuando todo volvió a la calma en el supermercado se procedió a la evaluación de la situación. En lo material, una mirada al voleo mostró gran cantidad de mercadería en el suelo. En lo humano, se pasó lista al personal, faltaba Juan Carrasco, reponedor del pasillo 20. Ahí mismito lo encontraron, tendido bocabajo chupeteando el río de tinto y del otro que corría en medio de las botellas quebradas. Entre hipos le escucharon decir “qué desperdicio, Señor, qué desperdicio”.

 

DIETAS

Soy gorda desde que me parió mi madre. Para bajar de peso lo he intentado todo. Camino, subo y bajo cerros el día entero. Bailo el fin de semana hasta caer rendida. No pasa nada. He probado la dieta mediterránea, la antidieta, la del genoma. Y nada. He practicado las dietas del zoológico completo: la del lagarto, la del león, la de la pantera, hasta la del caballo. Nada me ha resultado. Creo que debo considerar seriamente dejar de comer pan batido con mantequilla.