Siete poemas de Tomas Tranströmer

Tomas Tranströmer es una de las grandes placas tectónicas de la poesía mundial. Un gran poeta del amor, un poeta erótico con velocidad y elegancia. También es participe del amor espiritual, una poesía del momento como una oración secular.

No es raro que Tranströmer tenga influencias místicas, sobre todo naturaleza mística. La esencia de la poesía sueca, la mejor poesía sueca, es la poesía mística.

Esa visión no ha trascendido a todo al mundo, por el dominio que tuvo la poesía descreída e irónica, la poesía concretista y coloquial y política de los años 60 y 70 en Suecia -como en todo el mundo-.

Pero, al final, ha resurgido triunfante la mejor poesía sueca, una poesía compacta como un diamante.

Tomas Tranströmer se alza como incomparable.

7 poemas de Tomas Tranströmer

Traducción de los poemas: Omar Pérez Santiago

 

APUNTES DE FUEGO

Durante los meses tristes, centelleó mi vida sólo cuando hice el amor contigo.

Como la luciérnaga se enciende y se apaga, se enciende y se apaga- a medias puede uno seguir su camino

en la noche oscura del olivar.

Durante los meses tristes, estaba el alma desesperada y sin vida

pero el cuerpo caminó directo hacia ti.

El cielo de la noche rugió.

Sigilosamente ordeñábamos cosmos y sobrevivimos.

 

C-MAYOR

Cuando bajó a la calle tras la cita de amor

Soplaba la nieve en el aire.

El invierno había llegado

Mientras hacían el amor.

La noche brilló blanca.

Él caminó rápido y alegre.

Toda la ciudad inclinada.

Transeúntes sonrientes-

Todos reían bajo sus cuellos alzados.

¡¡Era libre!!

Y todos los signos de interrogación cantaron la existencia de Dios

Eso creía él.

Una música estalló

Y cruzó en la nieve arremolinada

Con largos pasos.

Todo en camino del tono C

Un tembloroso compás dirigido a C.

Una hora sobre las heridas.

¡Era fácil!

Todos reían bajos sus cuellos alzados.

 

TORMENTA

De pronto el caminante halla aquí el viejo

roble gigante, como un alce convertido en piedra

con su ancha copa ante fortaleza verde negra

del mar de septiembre.

 

Tormenta del norte. Es el tiempo cuando las serbas

Maduran. Despierto oye en la oscuridad

Las constelaciones estampadas

En lo más alto del roble

 

LOS RECUERDOS ME MIRAN

Una mañana de junio es muy temprano

Para despertar, pero tarde para dormir de nuevo.

Debo ir a la hierba que está llena

De recuerdos, que me siguen con la mirada.

No se ven, se mezclan completamente

Con el fondo, camaleones perfectos.

Tan cerca que los escucho respirar

A pesar que el canto de los pájaros es estridente.

 

ARCOS ROMANOS

En la grandiosa iglesia romana se aprietan los turistas

En la penumbra.

Cúpula abierta tras cúpula y sin panorámica.

Algunas llamas de cirios titilan.

Un ángel sin semblante me envolvió

Y me susurró a través de todo el cuerpo:

“No te avergüences de ser persona, ¡sé orgulloso!

Dentro de ti se abre cúpula tras cúpula infinitamente

Tú nunca estarás completo, y así es como debe ser.”

Yo estaba ciego de lágrimas

Y fui empujado a la soleada piazzan

Junto a Mr y Mrs Jones, Herr Tanaka y

Signora Sabatini

Y dentro de todos ellos se abrió cúpula tras cúpula infinitamente

 

MADRIGAL

Heredé un bosque sombrío donde rara vez voy. Mas llegará un día en que los muertos y los vivos cambien de lugar. Entonces, el bosque se pondrá en movimiento. No estamos sin esperanzas. Los crímenes más difíciles continúan sin aclarar a pesar de los esfuerzos de muchos policías. Del mismo modo, hay en nuestra vida un gran amor sin aclarar. Heredé un bosque sombrío pero hoy yo camino en otro bosque, el luminoso. ¡Todas las criaturas que cantan, serpentean, mueven la cola y se arrastran! Es primavera y el aire es muy fuerte. Tengo un diploma de la universidad del olvido y estoy tan vacío como la camisa que se seca en el cordel.

 

NOCTURNO

Por un pueblo conduzco de noche, las casas aparecen

En el resplandor de mis luces – ellos están despiertos, desean beber.

Casas, galpones, letreros, vehículos abandonados –es ahora

Se visten ellos mismos en vida. La gente duerme:

 

Algunos pueden dormir en paz, otros con semblantes tensos

Como si estuviesen estrenando para la eternidad

No osan soltarse completos a pesar que su sueños son pesados.

Descansan como barreras caídas cuando cruza el misterio.

 

Afuera del pueblo el camino se alarga entre los árboles del bosque

Y los árboles los árboles en silencio entre ellos

Tienen el color teatral que tiene el brillo del fuego

¡Qué claras son sus hojas! Me persiguen hasta mi hogar.

 

Me acuesto a dormir, veo imágenes desconocidas

Y signos suben solos detrás de las pupilas

En la oscuridad de la muralla. En la rendija entre en vela y el sueño

un gran carta intenta colarse en vano.

 

En: Jardines errantes