Versos bilingües: poesía chilena en el Metro de Moscú

Neruda, Huidobro, Mistral, Parra y Rojas en el Metro de Moscú

 Por Francisco José Ramírez

 I.

Tengo serias dificultades para comenzar esta nota. Una opción sería algo como “Podría escribir las líneas más elocuentes esta noche/ Decir, por ejemplo…”, pero prefiero evitar ese  recurso tan repetido.

Lo cierto es que no son escasas las ideas que me inspiran ya que el ‘tema’ da para mucho: la Poesía. ¿Qué me convendría más: adoptar un tono ‘solemne’, ‘serio’, ‘anecdótico’ o ‘trivial’?

En fin, sirvan estos hechos como introducción.

El 17 de noviembre de 2010 los usuarios de la línea Filyovskaya del Metro moscovita se encontraron con una sorpresa: el tren al que ingresaron estaba decorado con recuadros que en vez de contener publicidad incluían fragmentos de la obra de cinco poetas chilenos, junto a sus respectivos retratos y biografías. Eran los premios Nobel, Pablo Neruda y Gabriela Mistral, además de Vicente Huidobro, Gonzalo Rojas y el antipoeta Nicanor Parra, cuyos textos estaban en ruso y español. Versos en español en el Metro de la capital rusa: la primera intervención literaria en esta lengua extranjera en la historia de este medio de transporte.

 Durante la ceremonia de inauguración, que tuvo lugar en la estación Mezhdunaródnaya (Международная), el subdirector del subterráneo, Ígor Ermolenko, explicó que la iniciativa tenía como objetivo “permitir a los moscovitas conocer la poesía chilena en el marco de la cultura universal”. Poco después, saludó a Chile por el Bicentenario de su Independencia –efeméride que, por cierto, celebran este año varias naciones de Latinoamérica- y destacó que también hacían posible “un nuevo paso en el conocimiento de los dos pueblos: el chileno y el ruso”.

 Por su parte, el embajador chileno, Juan Eduardo Eguiguren, correspondió a los dichos de su interlocutor planteando que “una de las más bellas cosas que tiene nuestro país recorrerá uno de los metros más bellos del mundo: el moscovita”.

 Como puede suponerse no se trata del primer proyecto cultural realizado en los vagones de uno de los trenes subterráneos más antiguos y emblemáticos del mundo.

 Hasta aquí los hechos.

moscu1II.

 Por supuesto que no es posible que todos queden contentos.

 Me parece perfectamente viable que un latinoamericano eche de menos la inclusión de sus poetas nacionales en un homenaje como éste. Lo mismo, por cierto, vale para la gente de España. Para ellos, sus compatriotas son los mejores del orbe y existe una razón justa para eso: mediante sus versos y vida supieron dar una visión de su patria, sus congéneres y su tiempo muchas veces tan válida como la mejor radiografía histórica, llegando incluso a ‘definirlas’ de manera anticipada.

 Personalmente, me parece necesario poner en su contexto la opción de las autoridades del Metro. Es que pese a estar abocada a la creación puntual de un país creo justo verla como un diálogo del pueblo ruso con la Literatura Hispanoamericana en su conjunto. Ningún estudioso de la Literatura puede desconocer el declarado amor por la lengua española profesada por los cinco poetas escogidos. Igualmente, es conocida la amistad y fraternidad de los poetas hispanoamericanos durante el siglo XX, la que más allá de diferencias históricas o estéticas dio muestras de sólida cohesión.

 También es sabido que el Metro moscovita es famoso internacionalmente por su belleza arquitectónica y decoración. Internet está repleto de crónicas de viajeros y fotografías sobre el particular. Si usted llega de visita a la ciudad puede adquirir postales, libros e incluso DVDs sobre este medio de transporte que cumplió 75 años en mayo pasado.

 Metro de Moscú + Poesía en español = singular combinación.

 En definitivas cuentas, habrá Poesía por algunos meses en el Metro de la principal urbe rusa. Quienquiera podrá detenerse a leer y tratar de intuir la realidad que se propone o, si no  le place, sencillamente mirar hacia otro lado… o dedicarse a lecturas más terrenales, como lo puede ser la de la prensa.

moscu2III.

 Nunca sabremos la opinión de Neruda, Mistral o Huidobro sobre la iniciativa del Metro moscovita. Sin embargo, me parece que les habría gustado ser honrados de esa manera. Ciertamente -aunque a veces dé la impresión de que piensen totalmente en lo opuesto- la aspiración de universalidad late muy fuerte en todo poeta. Si a eso le agregamos el espíritu viajero y el gusto por la aventura existencial más o menos común en los vates, tenemos el puzzle armado.

De todas formas, me gustaría saber qué piensan al respecto Gonzalo Rojas –considerado el poeta chileno más relevante de la actualidad- y el antipoeta Nicanor Parra, ambos ya de respetable edad y significativa influencia en las letras hispanas.

 Hace algunos años tuve la oportunidad de verles enfrentando al respetable público leyendo sus textos. Bueno, bueno, eso de ‘enfrentar’ a la audiencia es sólo un decir: desde hace mucho tiempo que en sus apariciones públicas son celebrados como auténticas eminencias, suerte de mezcla extraña entre erudito y chamán de la tribu.

 Si hubiese sabido de este homenaje… tal habría sido más osado, pasaría entre los asistentes y les preguntaría: “¿Qué me diría usted si yo le asegurara de que en un tiempo no tan lejano su rostro, nombre y obra estarán estampados en el tren del Metro de un lejano país en donde se habla una lengua radicalmente distinta al español?” La escena se completa así: me observarían largamente con esa expresión ausente de quienes no se sorprenden con nada pues han entrevisto ‘algo así’ como la esencia del Universo y, de un momento a otro, emprenderían camino tras dedicarme alguna palabra de cortesía. Claro, eso hubiese pasado “si hubiese sabido, si hubiese sabido…”, pero no lo sabía entonces. Mucho menos que estaría escribiendo estas líneas en Rusia.

 Otra maravilla de la Literatura: a estas alturas ya puede parecer casi un chascarro o una historia sabrosa de las letras chilenas, pero durante muchos años Neruda, Huidobro y el también poeta Pablo de Rokha fueron acérrimos enemigos. Por esos días, se dieron duros ataques –no exentos de humor, en todo caso- en persona o por la prensa, ya fuera en verso o en prosa. La lucha era descarnada para ¿establecer? quién ostentaba el título de Dios de la Poesía Chilena, guerra a la que –caballerosamente- no fue invitada Gabriela Mistral. Los tres no escatimaron recursos para decirse lo mucho que se detestaban, aunque ello no impidió que al enardecerse uno con otro… se aliaran con el tercero en disputa, aunque antes fuera su contrincante. Pues bien, varias décadas después, Neruda y Huidobro comparten tren como si nada, y ni se les ve de mal humor. 

 La Poesía en español ha llegado al Metro moscovita. La cosa es simple: usted la toma o la deja. Así es esta expresión del Hombre: libre como la libertad libre… y amante de las profundidades más recónditas del mundo.

 Y desde ahora, en movimiento: siempre en movimiento. 

 P.D.: Son pasadas las 21:15. En las calles debe haber unos dos grados Celsius. La noche ha caído rotunda desde hace ya horas. Es mediado de noviembre y se acerca el llamado ‘invierno ruso’. Nadie habla de eso, pero me da la impresión de que la ‘esencia cósmica’ de Rusia ya se está preparando para afrontarlo. Pasarán los días y semanas. Llegará diciembre, la Navidad y el Fin de Año. En Moscú descenderán las temperaturas y comenzará a nevar…

 Sin embargo, acá está bastante agradable.

 Más que nada para ocupar el tiempo en algo distractivo abro mi bolso y busco algo para leer. Encuentro algunas hojas impresas de un artículo de Internet titulado ‘¿Cuánto puede aportar la energía hidroeléctrica a diversificar la matriz energética de Latinoamérica?’, pero me parece que no es el momento ni el lugar. Entonces mis ojos quedan mirando con cierta extrañeza un delgado volumen cuyo título viene en grandes letras blancas… y en cirílico. ¿Qué hacia un libro así entre mis pertenencias?

 Lo abrí y…

 Entonces

 

no se extrañen

si me ven simultáneamente

en dos ciudades distintas

 

oyendo misa en una capilla del Kremlin

o comiéndome un hot-dog

en un aeropuerto de Nueva York

 

en ambos casos soy exactamente el mismo

aunque no lo parezca soy el mismo

 

La identificación surgió de inmediato: ya fuera “viajando en el metro de Moscú/ o comiendo un sándwich en Santiago de Chile/ en ambos casos creía ser el mismo/ y aunque no lo pareciera intentaba ser el mismo”.

 Al menos lo hacía y de todo corazón.

 Cuando llegué a Biblioteka Imeni Lenina me acordé que debía bajar. Así lo hice y rápidamente.

 Me dejo llevar, casi a la deriva, por la larguísima escalera. De pronto, me baja la duda de si Nicanor Parra estuvo o no en el Kremlin.

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Francisco Ramírez, periodista chileno (2003). Actualmente se desempeña como redactor de estilo del primer canal televisivo ruso destinado a una audiencia hispanoparlante «RT en español», donde también redacta textos para un blog de corte personal sobre su experiencia en ese país. Se ha desempeñado en diversos medios escritos del país, tales como La Nación, La Nación Domingo, El Mostrador, El Periodista y Ercilla, y colaborado con algunas publicaciones digitales como Blogópolis.cl., etc. Desde 2009 reside en Moscú, capital de la actual Federación de Rusia.

 

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Esta nota fue publicada originalmente en el blog del autor en la página web de RT en español.