Por Cynthia Eisenberg
En ‘Arden Andes’, de editorial Macedonia, la escritora y crítica literaria Sandra Bianchi reunió a treinta autores y autoras de microficción de Argentina y Chile, enlazados en un relato común en torno a la violencia.
La microficción es un género narrativo también llamado microrrelato o microcuento que se caracteriza por ser corto y preciso y condensar en menos de una página de extensión un gran número de significaciones. Para Sandra Bianchi, compiladora de Arden Andes ‘Existe un auge de este género que se relaciona con la necesidad de inmediatez de los tiempos que corren. Estos son textos cortos que pueden ser leídos de manera rápida; pero esta inmediatez es sólo aparente. El lector completa la ausencia de palabras a través de su propia construcción, la que lo acompaña mucho tiempo después de la lectura. Los recursos con los que se construye la microficción, cómo la ironía, el uso del metalenguaje, la alusión a otras textos, el golpe certero, justo al centro de la emoción siguen reverberando mucho más allá del tiempo de lectura’
En el 2007 Bianchi formó parte del Primer Encuentro Chileno de Microficción ‘Sea breve por favor’ en el que participaron autores chilenos y argentinos. La similitud en el relato de ambos países sembró en la escritora la idea de editar una antología que reuniera a creadores y creadoras de un lado y otro de la cordillera: ‘Accedí a textos chilenos que bien podían haber sido escritos en Argentina y viceversa; ambos países transitamos vivencias y sentimientos comunes cuyo eje principal es, para mi, la violencia en todas sus formas; desde la más manifiesta como el terrorismo de Estado, la muerte y las desapariciones, hasta la más invisible y naturalizada, pasando por la violencia de género como una de las tantas violencias que impregnan nuestra historia’.
Bianchi seleccionó los textos con la intención de revalorizar la microficción que a su entender, es considerado un género menor en algunas esferas literarias: ‘Tanto en Chile como en Argentina hay grandes autores y autoras de microficciones para quienes sigue siendo difícil acceder a las grandes editoriales; éstas aún no saben muy bien donde encaja el género’.
En esta dirección, Bianchi junto a la venezolana Violeta Rojo y el mexicano Lauro Zavala, ambos investigadores especialistas en microficción, coordinan el blog ‘Ficción mínima‘ que promueve entre otras cosas encuentros de escritores del género en el país y el exterior.
‘Existe la idea de que los microficciones son textos eminentemente lúdicos, que apelan a la comicidad y la ironía, cuando en realidad el género abunda en recursos que permite contar de manera exquisita, otras cosas’ explica la escritora y agrega: ‘De esto se trata Arden Andes, un compendio de textos argentinochilenos que narran historias duras, difíciles, muy alejadas de la sonrisa ‘.
A continuación, ofrecemos un adelanto:
Pescadores
Luisa Valenzuela.
Argentina.
‘- Martín Pescador, ¿me dejará pasar?
– Pasará, pasará y el último quedará….
Fue así, jugando, como para nuestro horror perdimos a muchos de los nuestros. Fueron quienes creyeron eso de que los últimos serán los primeros y pelearon por ponerse al final de la cola.’
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Adana
Chile
‘Mírame las costillas: hay cuatro rotas; te las doy así como están, y el ojo perpetuo en su tinta.
Luego harán de mí la boca incendiaria, el paquete inservible que se lanza al vacío.
Mira el sin refugio, la alambrada, la púa, el diente en el suelo.
Adana es mi nombre.
Repítelo.
Guárdalo en tu corazón para que otros me recuerden como el primer verbo crucificado en las casas de tortura.’
(Del libro Bellas de sangre contraria, 2009).
Es asombroso descubrir cómo se articulan las ideas y pasiones en torno a la poesía habiendo tanta distancia geográfica -nunca…