Caleidoscopio
Fue en el desayuno, cuando amaneciste con noticias frescas para nuestra relación. Tenías en las manos trozos de mis sueños, hechos pedazos, y ánimo de mostrármelos. Yo te los pedí para que al momento de hacer las valijas pudiera guardarlos y llevarlos conmigo a donde fuera, para unirlos nuevamente en vaya a saber qué otras sábanas qué otras geografías.
Hoy recuerdo rodeado de tu ausencia aquel desayuno y meticuloso, reordeno los fragmentos que me diste: una esfera transparente me ha quedado sobre la mesa, aunque con un hueco, una parte que he perdido o que nunca me devolviste. Aprovecho esa ventanita para mirar hacia adentro: y te veo, remendando otra esfera de otro sueño de otro hombre, observando también por la mirilla que deja un fragmento de su sueño, que ha perdido o jamás le devolvieron, y por ahí los dos ven, a su mujer con una esfera de sueños rotos, pegando sus heridas también, en un comedor de diario.
Juguetes I
Tengo un muñeco de mí mismo en la mano, y tiene puesto el traje que uso cuando me voy a trabajar. Se me mueven los brazos y la cabeza. Lo enfrento sobre la mesa contra un monstruo de plástico. Pero al momento un ser humano gigante me toma de la cintura, a mí, que tengo el muñeco de mí mismo y el muñeco del monstruo, uno en cada mano, y me choca contra un monstruo del tamaño de un ser humano común. Pero unas manos más grandes, toman al ser humano gigante que me tiene a mí, que tengo un muñeco en cada mano y nos choca contra un monstruo grandísimo.
Ahora el niño guarda los juguetes.
Juguetes II
Una vez, un hombrecito de veinte centímetro de alto jugaba con unas enormes manos de plástico.
Los necios
A partir de estas discusiones es que tenemos que generarnos preguntas. Y es a partir de esas respuestas por las que nos vamos a debatir a puños.
Impedimentos
Los grandes peces multicolores que aparecieron en bikini sobre la arena, no nos dejaban ver a las muchachas que nadaban desnudas tan cerca de la costa.
Pactos de pareja
Cuando me pidió que pusiera bronceador en su espalda, no me atreví siquiera a nombrarle sus aletitas laterales, ni su piel espejada y húmeda. Hasta le vi las escamitas abrirse y cerrarse al son de su respiración. A decir verdad, ella tampoco me nombra aquella vez en que como un estúpido mordí el anzuelo.
Deseo
Jamás ha visto el mar pero le han dicho que es como el cielo diáfano. Entonces trepa a una silla y estira los brazos, y nada, y entonces cierra los ojos además, y se le mojan las manos.
Borges y yo
Hay algo de Borges que yo quisiera. Hay algo de mí, que yo sé, él querría. Pero estamos tan lejos, y lo hemos estado tanto, que yo sé, los dos, aguantaríamos sin saber.
48
De cuantas manifestaciones he ido, me quedo con una, una en la que te vi. De cuantos casamientos he asistido, me quedo con uno, el nuestro. De cuantos homicidios hay sin resolver, me quedo con el de tus manos sobre mi cuello, en plena cama. De cuanta buena suerte hay en el mundo, me quedo con la tuya, ganaste la lotería dos semanas después de mi aparición.
Leandro Hidalgo (Mendoza, 1981) Sociólogo. Como microrrelatista han recogido sus cuentos en revistas especializadas, antologías, diarios y páginas web, nacionales e internacionales. Fue finalista del CONCURSO INTERNACIONAL DE MICROFICCIÓN «GARZÓN CÉSPEDES», obtuvo Mención en el CONCURSO DE MINIFICCIÓN “MÁRGENES” 2009, seleccionado entre más de 800 autores en el III CONCURSO “ALGAZARA” DE MICRORRELATOS, Editorial Hipálage, Madrid 2010. Asistió al I ENCUENTRO NACIONAL de Microficción en Buenos Aires y al V CONGRESO INTERNACIONAL DE MINIFICCIÓN en Neuquén. Participó como escritor en las III JORNADAS NACIONALES DE MINIFICCIÓN en Rosario 2009, en las Jornadas de minificción FERIA DEL LIBRO BUENOS AIRES, mayo 2010, y en el II Seminario de literatura chileno- hispanoamericana en la Universidad de Playa Ancha, Valparaíso, Chile, Junio 2010. Su volumen de minificciones “Capacho”, será editado este año en Buenos Aires.
Cualquier parecido con la realidad sólo coincidencia.