Por Miguel de Loyola
Sorprende la aguzada pluma del escritor Ramiro Rivas para internarse por mundos sórdidos y delirantes. Y, por cierto, la audacia para describirlos en su demencial estado. En malos pasos es un libro de cuentos poco frecuente en nuestro medio. Aquí no hay concesiones para articular anécdotas y situaciones agradables.
No estamos frente a un narrador adscrito a la cultura light, preocupado de peripecias y payasadas en busca de la entretención como objetivo fundamental del arte narrativo. El narrador sumerge al lector en una realidad sórdida, donde se mueven personajes cuyo actuar desborda los límites de la razón, y entran al mundo de lo real, al decir de Lacan, cuando nomina lo desconocido, lo no simbolizado, al imperio del inconsciente. Muertes, suicidios, violaciones, sexo despiadado. Esta apuesta habla entre líneas del anonimato más absoluto que asfixia a los habitantes inmersos y extraviados en la grandes ciudades, hundidos en la ciénaga del individualismo.
En malos pasos, el autor premunido del recurso de lo grotesco se lanza a narrar las aventuras y desventuras del hombre periférico y alienado por múltiples causas, en su mayoría fruto o resultado de la soledad existencial. De la soledad más absoluta del hombre de nuestro tiempo, donde el inconciente, esa zona oscura, oscuramente hace su obra buscando una respuesta o salida a la angustia. Podemos preguntarnos si el predominio del inconciente es también fruto de la soledad, la consecuencia lógica de un existir aislado, marginado de la colectividad, preso en la prisión de un sí mismo ególatra y narcisista. Ese espíritu gregario al cual se apela como constructor de las sociedades civilizadas, parece resquebrajado por un individualismo enajenante, producto de un aislamiento propiciado por un sistema político-económico incapaz de proveer de manera equitativa los recursos y los derechos a los individuos. O bien, a la esquizofrenia, a la paranoia personal oculta detrás del existente cuando queda fuera de los márgenes establecidos por aquello que nominamos cultura.
Así, en Año Nuevo, cuento que encabeza el libro, y da el tono y los tópicos abordados en los siguientes relatos del conjunto, la historia de un hombre solitario abandonado en un bar en vísperas del Año nuevo, terminará en violación y suicidio. En una noche de supuesta alegría y esperanza, como suele serlo la noche de Año Nuevo, donde la sociedades modernas alimentan la alegría y la esperanza en el futuro con fuegos de artificio, dos seres hambrientos de compañía acaban envueltos en juego erótico macabro. La precisión de hechos y circunstancias, la descripción detallada de los pequeños indicios de la descomposición del mundo interior de ambos personajes, su insipiente paranoia cristalizándose en hechos concretos, su desencanto más absoluto, su ironía trágica y deprimente frente a las convenciones mínimas que construyen sociedades, confirman el imperio de la soledad y la desesperanza de la posmodernidad, cuando el hombre ha sido despojado de sus sueños, de las grandes historias, de los grandes relatos que sostenían el mundo, abandonándose a un individualismo despiadado, desprovisto ya de todos esos valores ayer sagrados del idealismo.
Ramiro Rivas consigue En malos pasos inquietar al lector, sacarlo del sopor de la cultura del placer, formulando a través del juego de la ficción las preguntas clásicas de todos los tiempos. Quién soy, de dónde vengo, a dónde voy. Dejando, por cierto, en la más absoluta libertad al lector para que a solas con su conciencia reflexione, juzgue y dictamine. La pulverización del yo unívoco, para dar paso o libertad a un yo múltiple, es otra característica del siglo que Ramiro Rivas recoge y exhibe con habilidad y oficio asombroso.
31 de Enero de 2010
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…