Por Antonio Rojas Gómez

Editorial Simplemente Editores, 96 páginas.

Aquí tenemos una novela de aventuras, al estilo de las que disfrutábamos en los años lejanos de la adolescencia. Incluso el autor menciona “La isla del tesoro”. Y en esta también el protagonista es un niño que se ve envuelto en el mundo misterioso de los adultos, de la mano de un tío que vendría a hacer las veces de John Silver.

Pero el esquema varía porque la acción se traslada treinta años adelante y el chicuelo, convertido en abogado exitoso, recuerda una antigua promesa a su tío Lucho y decide cumplirla. Para lo cual, debe trasladarse a Quellón, en la isla de Chiloé. Sucede que el archipiélago había sido elegido por Hitler, en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial, como centro de operaciones desde donde relanzaría al Reich a la conquista del mundo.       

Buena historia, entretenida, ágil, bien conducida. Pluma satisfactoria la de Vera Superbi, que permite esperar nuevos libros en que mantenga sus condiciones narrativas y profundice la mirada sobre la psicología de los personajes. Esta primera novela posiciona al autor en un lugar promisorio entre los nuevos narradores chilenos. Un libro que se lee con agrado y que puede ser un excelente obsequio para los adolescentes que quieran avanzar por la siempre enriquecedora senda de la lectura.

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