“Anatomía de una ilusión”, Javier Perucho

Editorial UNAM, México, 2016, 130 pp.

Por Diego Muñoz Valenzuela

El maestro Javier Perucho, doctor en Letras de la UNAM, ha demostrado sobradamente su contundencia en el estudio del microrrelato en idioma español, reflejada en antologías de singular belleza y significancia como La música de las sirenas (2016), entre varias otras. Javier Perucho no se conforma con sus oficios de editor, historiador y ensayista de la microficción (destacando su condición de sirenólogo), sino que extiende su halo hacia el ámbito de la creación, para ofrecernos este volumen donde congrega narrativa brevísima cuya longitud oscila entre unas pocas líneas y el par de páginas.

Al mirar en suma Anatomía de una ilusión, queda la sensación de una mirada ácida y desencantada de nuestro mundo moderno, donde priman la violencia, la soledad y la ausencia de solidaridad, el desamor y la muerte. Esta tendencia dominante se matiza con la dosificación de inevitables microficciones en torno al tema de las sirenas, ora en la antigüedad remota, ora invadiendo los territorios contemporáneos con su mágico signo de pasado.

Aquella imagen más desalmada queda bien reflejada en este breve texto, conciso, duro, directo, exento de emociones y detalles:

Declaración

Quería apretarle el cuello con mis manos, pero cuando olvidó la pistola sobre la silla, aproveché el instante para cocerlo con cinco balas. Ni grité ni me tembló la mano.

La síntesis es tan vital como mortífera, como puede apreciarse. La misma tendencia puede apreciarse en este otro microrrelato:

Maldito amor

Cuando la alcancé, miré el rostro de Madre estallado en heridas. La sangre le escurría de la frente, la ceja y la mejilla. Me pidió que lo alcanzara, pero no pude correr más. La sangre escurriendo de su cara me detuvo en medio de la calle. En la casa vecina los ladridos de un perro anunciaban nuestra presencia.

-Qué te ha pasado -le dije mientras la abrazaba, pero ella insistía en que corriera para alcanzarlo. La noche acariciaba el frío de la madrugada.

-No, Madre, déjalo que se vaya.

-Ve por él -insistía, tratando de zafar de mi abrazo.

-No lo haré.

-Que no ves que así me quiere.

Surge aquí también la violencia cotidiana, en este caso intrafamiliar; la madre es víctima de una agresión brutal que es mediatizada por el amor hacia la pareja que la maltrata, situación con desgraciada vigencia en nuestra sociedad.

También surge la visión opuesta: una conversación entre padre e hija acerca de la residencia de dios que muestra el contrapunto entre candidez y amor filial; el milagro del triunfo de la pureza original en un mundo proclive al odio y la violencia.

Domicilio del señor

-¿Esas bolas de neblina son nubes, papá? -preguntaba Antonia mientras volaba en su primer viaje de avión.

-Así es, bebé, con nubes.

-¿Es aquí donde vive Dios?

-Exactamente, aquí vive -respondí escondiendo mi sorpresa por su pregunta.

-¿Entonces pasaremos por su casa?

-Ya la pasamos, corazón.

-¿Y por qué nunca me avisaste?

-No sabía que te interesara -por mi respuesta esperaba un reproche.

-¡Ay, tú siempre tan despistado! Cuando veas un ángel, avísame, ¿quieres?

Entonces me despabilé, abrí los ojos y me pude alerta, por si un ángel en su transcurrir pasara por mi ventana.

Otro tema recurrente de nuestro autor: el erotismo, donde se muestra altamente sugerente para incitar la imaginación del lector mediante imágenes y metáforas sensuales y estéticas. Eso apreciamos en este microrrelato que cierra esta muestra:

Vestida de playa

Querida,

Si vuelves a estas tierras en septiembre, ordena el viaje para que sea en torno del 10, pues tal día es m cumpleaños. Mi regalo serás tú, vestida de playa para que no sea tan arduo humedecer tus poros asoleados, menos aún barruntar el salitre adosado al arete que pende de tu ombligo y, sobre todo, oler la mar en tu rebanada de sandía. Si entallas tu vestido será mejor, pues así podré hurgar entre la humedad de tus simas.

Recibí tus besos. Otros de vuelta.