El Jueves siguiente

Reseña: Richard Osman. El Jueves siguiente. Una novela del Club del Crimen de los Jueves. Traducción de Claudia Conde. Santiago: Editorial Planeta Chilena S.A., 2021 (477 páginas)
Título original en inglés: The Man Who Died Twice

por María Eugenia Góngora / Letras de Chile

Esta segunda novela del inglés Richard Osman (1970), la continuación de su primer éxito editorial titulado The Thursday Crime Club, viene precedida de una crítica llamativa que hace casi imposible dejarla pasar sin querer adentrarse en su lectura. Osman ha sido un presentador exitoso, un actor y productor de televisión, y su primera novela fue publicada a mediados del año 2020.

La continuación involucra a los mismos personajes centrales, todos ellos ya mayores de 70 años y provenientes de distintas profesiones y oficios: Joyce, Ron, Ibrahim y Elizabeth, esta última una mujer aventurera y activa que trabajó en una agencia de espionaje del gobierno británico. Estos amigos, que ya pudieron resolver un crimen en la primera novela de Osman, se reúnen en Coopers Chase, un cómodo complejo residencial para jubilados. Son buenos amigos y están siempre a la espera de nuevas aventuras, dedicando su abundante tiempo libre a investigar crímenes que la policía local no ha logrado resolver satisfactoriamente.

Así presentada, la novela podría interesarnos desde un principio, como parece haber interesado a los miles de compradores que, según todas las referencias, compraron la primera novela así como esta secuela titulada con el atrayente título original de “El hombre que murió dos veces”. El título en castellano, en cambio, “El jueves siguiente”, no parece el más adecuado para atraer a los nuevos lectores, es decir a aquellos que no conocen al autor ni su exitosa opera prima.

Desde un comienzo resulta difícil seguir el hilo de la historia de estos personajes, al menos así lo creo, sin haber leído la primera novela de Osman en la que, debemos entender por la información anexa, los cuatro protagonistas iniciaron su actividad como detectives aficionados.

El autor maneja elementos propios de la novela policial, del thriller, de la novela de espías, sin querer aparentemente guiarse por los códigos de ninguno de esos subgéneros. En estos, como en todo buen relato, se crean expectativas que el narrador puede y debe cumplir. No solo debería cumplir con las expectativas, sin duda, sino también superarlas, abriendo nuevos espacios para la colaboración imaginativa de sus lectores. La transgresión de las expectativas puede ser la marca de una gran novela o de un cuento excepcional. No me parece que sea el caso en este extenso relato de casi 480 páginas en el curso del cual, con la aparición de distintas voces y distintos narradores no llega a crearse una conexión ni una identificación posible con los protagonistas. Ni los monólogos de Joyce ni el relato de las aventuras y disquisiciones de Elizabeth logran, a mi parecer, crear una cercanía que justifique un estilo narrativo como el que ensaya el autor. El relato no logra tampoco llegar a ser ‘vanguardista’, a pesar de las decisiones que parece haber tomado Osman como narrador.

Al leer una crítica relativamente reciente sobre la primera novela del autor, nos encontramos con una frase que me parece también muy adecuada para esta segunda obra de Osman. En el diario británico The Guardian (Octubre del 2020), se habla de las decisiones que tomó el narrador y se dice que algunas de sus decisiones fueron hábiles o astutas y otras simplemente tontas: «deft and daft». Algunos relatos retrospectivos, la presencia intermitente e inconexa de un narrador que aparece y desaparece sin mayor necesidad aparente, los ‘monólogos’ de Joyce, todos estos recursos están presentes; y sin embargo, todos esos recursos narrativos -supuestamente novedosas- no logran hacer de ésta una historia de verdad interesante.

Lo que a mi parecer hace realmente notable esta segunda novela de Richard Osman es el número de ejemplares que se han vendido hasta ahora. En el mismo diario The Guardian de septiembre del año 2021, se menciona que en los tres primeros días de su aparición en el mercado, se vendieron más de 114.000 ejemplares. Si bien alguna crítica ha dicho que se trata de aquellos libros que se empiezan a leer sin poder luego dejarlos de lado («unputdownable»), es posible que sí estemos tentados de prescindir de su lectura al cabo de unas cuantas páginas. A menos que nos interesemos por conocer la primera novela de Richard Osman, y que en ella encontremos las claves que quizás no supimos encontrar en esta segunda historia.

María Eugenia Góngora
11.11.2021