Por Juan Cameron
OTAVALO
En memoria de Mauricio Barrientos
Y de Aristóteles España
Ahora mientras cuelgo la ropa y ordeno los papeles
dejados como granos al fondo de valijas que nadie reconoce
las ropas de colores son cintas de una fiesta ya extinguida
y la negra camisa es un pájaro parecido a la palabra Fin
Hasta el hotel del pueblo nos siguió tu partida Esa noche
brindamos
con poetas extraños que alguna vez leíste o te leyeron, no importa,
por tu causa el barato tequila nos destruyó por dentro
como mala noticia leída en la pantalla
Recuerdo aquella tarde camino hacia Otavalo
los choferes suicidas traspasaban las curvas arriba en la montaña
tal si acaso la vida no fuera sino eso: una hermosa carrera
al borde del abismo
esquivando los días y sus penas en el voraz vehículo
que ocupó tu existencia
¡Qué más de medio siglo! ¿Para qué tanto asfalto?
Tres décadas de urgencia tu paso iba más raudo
riéndote en la cámara apurando la escena
tras furiosas semanas que pasaban rozándote
Ahora mientras cuelgo las imágenes congelo una en la lente
vas con Tote del brazo camino hacia un boliche
como un par de pingüinos
en busca del océano la vida copia al cine
tu andar dudoso y calmo simula aquellos lentos pañuelos
que a lo lejos
dicen adiós hermano
adiós y ya no existen
PAYO, ÚLTIMO DOMICILIO
Así la vaca pasta en la cancha de fútbol
(Hospital de Peñablanca)
tu mirada recorre la cuenca de su ojo
en busca de algún signo entre las piedras
una brizna que alimente cualquiera realidad
Te diste mal la dirección / no hay dirección acaso
el ojo va tras algo en la ciudad oscura
tu mano tienta apenas abajo en la cubierta
de ese mundo que oculta sin querer tu otro mundo
y la saliva muge y sacude la tráquea
tras el tubo que hoy bien reemplaza a tu voz
Yo mujo así una vaca en la cancha vacía
Inútil mis palabras
Más tristes aún que hallarte muerto
PARA HERNÁN LAVÍN CERDA
Después de medio siglo destonsuro este libro
con el mismo cuidado de abrir alguna carta
guardada en el olvido
o la puerta cruzada primero con la llave
de un manojo encontrado
Lo compré por la tarde en Santiago de Chile
y ahora que es mañana en la casa del cosmos
-en medio del camino de la vida-
resbalo este elemento por los bordes dentados
tras despertar en Quito
Es el grueso abrecartas que cuidadosamente
dará luz al texto bajo el cielo nublado
cubierto del Pichincha
toda la madrugada aguardó estas palabras
que ahora pasan tal sombras de amigos tras los vidrios
y escudriñan el mundo como antiguas luciérnagas
recién amanecidas
SYLVIA PLATH RELEE SUS CARTAS, PIENSA
No sé si el incidente del oso fuera sólo una metáfora
para ahuyentar al destino porque ese destino
no es más que una palabra entre los matorrales
una sombra migratoria en la bandada de las preposiciones
Mayo se ha vuelto frío y gris -no es esta mi tierra-
afuera la niebla dibuja las tejas y faroles
ladra al atardecer
Como malas noticias llegan las cartas de mis editores
manuscritos que regresan a su lugar de origen
Todo cabe en la página: un cementerio en la loma
el muelle que vacila bajo el peso
su rápido sendero por la piedra
Soy la misma de siempre no hay cabos sin atar
Mañana concluiré esta página con un simple gruñido
un adiós dispersado la condena de aquellos que amenazan
mi noche.
SOBRE LA ALCURNIA
Por mis venas corre sangre de héroes
Corría más bien ya se ha trocado
en medallas y pergaminos
en estatuas cagadas por palomas
Por mis venas corre sangre española
es decir corría
pues ya desembarcó en mi otra orilla
en el halo de mi ojo amoratado
Por mis venas corre sangre escocesa
que a veces pica en la mejilla
Corría más bien Ya no
Nunca la misma sangre bajo el codo
Por mis venas corre sangre mapuche
tanto como sangre de Burundi
Corría más bien porque ya nunca
iré a Yaundé a Cameroon
Por mis venas corre sangre todos los días
y todas las noches corre sangre
igual que la tierra en invierno labrada:
una porción de prietas sobre un paisaje en blanco.
CLARISA EN LA BOTELLA
“Cuando se fue Magdalena.
Cuando tan lejos se fue”
Miguel Arteche
Cuando partió la Clarisa
cuando se fue
un barco se me hizo trizas
Nunca sabré si su risa
quedó flotando después
La vi sobre la cubierta
toda despierta y no sé
qué mano tras una puerta
sejó mi imagen desierta
para arrastrarla con quien
El ferry de la botella
naufragó sin dejar rastro
y en cada resto tras ella
busqué una sombra una huella
de aquella al fondo del frasco
A veces cuando despierto
a muchos años de aquel
ensueño que no era cierto
siento crujir su esqueleto
de orilla bajo mi piel
¿Sabrá acaso la maligna
Clarisa cuánto dejó?
Siempre el recuerdo me indigna
cuando recuerdo a la indigna
La puta que la parió.
Juan Cameron nació en Valparaíso en 1947. En poesía ha publicado Las manos enlazadas (1971), Una vieja joven muerte (1972), Perro de circo (1979 y 2011), Apuntes (1981), Escrito en Valparaíso (1982 y 1984), Poesía dispersa (1985), Cámara oscura (1985), Video clip (Estocolmo 1989), Como un ave migratoria en la jaula de Fénix (Melilla 1992), If I go back / Si regreso (New York 1993), Tras el propio paisaje (Barcelona 1996), Registro curricular (1997), Cuaderno de Rosario (1998), Visión de los ciclistas (Madrid 1998), Versos atribuidos al joven Francisco María Arouet y otros textos desclasificados (2000), Jugar con la palabra (Antología 2000), Canción (2002), El bolero de los ángeles (2006), Treinta poemas para leer antes del último jueves (San José, Costa Rica 2007), 50 poemas (San Jose´2007), Obra extranjera (2011), Last night the war ended (Governor´s Bay, Nueva Zelandia 2011), Invocations to Pincoya in the country of rain (Governor’s Bay 2011), So we lost Paradise / Selected poems (Governor´s Bay 2011), Ciudadano discontinuado (2013 y 2014).
Es autor de las crónicas Ascensores porteños / Guía práctica (1999, 2002), Ascensores de Valparaíso (2007), Beethoven, el yogurt y nuestros años felices (Estocolmo 2010 t Santiago 2013; traductor de Där alla änglar fallit / Dónde caen los ángeles de Lena Mändotter (Estocolmo 1993) y antologador de 50 poetas latinoamericanos en Escandinavia (Malmö 1990), Valparaíso, versos en la calle (1998), Poetas en la Quinta (1999), Ternura e ironía mis palabras (2001), 2000 palabras (2000), La poesía se encuentra en Valparaíso (2000), 50 poetas chilenos jóvenes (México 2013).
Ha obtenido los premios Federación de Estudiantes de Chile (1972), Rudyard Kipling (1978), Gabriela Mistral (1982), Carlos Pezoa Véliz (1984), Javiera Carrera para trabajadores (1986), Revista Liberación (Malmö 1987), Revista de Libros de El Mercurio (1996), Municipal de Literatura (Valparaíso 1996), Villanueva de la Cañada (1997), Jorge Teillier (1998), Confraternidad Instituto Chileno Argentino (1999), Consejo Nacional del Libro y la Lectura en Poesía (1999), Ciudad de San Felipe (2000), Ciudad de Con-Con (2001), Dolores Pincheira (2002), Ciudad de Alajuela (2004), Juegos Florales de Vicuña (2007).
Figura en numerosas antologías de poesía chilena y latinoamericana.
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…