por Omar López, poeta y gato

una mirada desde la alcantarilla
puede ser una visión del mundo

la rebelión consiste en mirar una rosa
hasta pulverizarse los ojos
(Alejandra Pizarnik)

Cuatro versos categóricos y profundos en su ironía y conducta: Poeta argentina que abandona la vida por decisión propia a los 36 años el 25 de septiembre de 1972. La poesía consiste luego, en descubrir los submundos de este mundo, en apariencia plano y rutinario. Hoy, precisamente hoy, cuando debemos compartir el miedo antes que la alegría y estamos pendientes de las estadísticas antes que de un atardecer, como paisaje irrepetible y personal. La verdadera poesía hace mucho tiempo dejó el ámbito de la cursilería y la retórica doliente por un yo desamparado. Los tiempos actuales son complejos y de una urgencia impuesta al ritmo de los grandes mercados y las clases dominantes que cosifican todo lo que tocan o pueda traducirse en “rentabilidad”. No tenemos otro planeta y las opciones de este, maltratado y herido en los dos corazones de la naturaleza (mar y aire), son si no pesimistas, al menos preocupantes.

Quienes están solos o han estado por mucho tiempo en soledad, tienen mejores recursos anímicos para enfrentar el encierro. Saben moverse en las zonas de silencio y reflexión y su libreto lo manejan con dignidad de solitarios. Pero, la pareja, la familia más de dos, o tres, o cuatro, o cinco es otro escenario. Una escenografía inesperada y planetaria; una película involuntaria que mezcla amenazas y aplausos; tensiones y planos de efectos especiales que originan cuestionamientos, dudas, incertezas, riesgos y elecciones determinantes, al minuto, al segundo, al instante. Y somos todos actores secundarios, extras amontonados en la carga decisiva y la batalla final. Por lo mismo, el libro, la música, el arte, el deporte, la gimnasia erótica o el acto sublime son válvulas de escape recomendables, sanas, gratis, inmediatas. Deberíamos crear una danza colectiva con la multitud de “yoes” que habitan cada célula y neurona de nuestro ser, deberíamos estar creciendo en sensibilidad y encuentros más que cercanos de todo tipo para invadir orejas, para abrazar miradas, para fortalecer ideas, para, en definitiva, en medio de la crisis, respirar tranquilos.

El derecho a suicidarse lo puede ejercer cualquiera, pero… ¿por qué Alejandra Pizarnik tuvo que dejarnos un vacío de talento y verdades, para que pudiéramos descubrirla?

La verdadera poesía, también produce heridas.