por Miguel Vera Superbi

Los concursos literarios son convocatorias para reunir los trabajos de las autoras y autores en un período determinado, para géneros específicos, aunque a veces se orientan a temáticas concretas, tal como el Estallido Social . Los instauran municipios, instituciones tal como Letras de Chile o la SECH, editoriales, bibliotecas y ministerios, entre otras organizaciones.

La importancia de estos eventos tiene que ver con la promoción de las actividades culturales, algo fundamental en una sociedad, pero también valorar el estado de los diferentes géneros: si tienen el vigor suficiente (cantidad de trabajos recepcionados) y las tendencias e influencias, aunque el estudio “post” no se hace por lo general y se pierde esta fuente para los estudiosos de la literatura.

En algunos concursos se incorporan en la actualidad nuevos géneros, tal como el guion cinematográfico o la investigación periodística, demostrando que la creación literaria no es estática ni menos convencional en cuanto a formas de expresión.

Sin embargo, para las escritoras y escritores que han sido jurados, esta es una gran oportunidad para conocer esas características que van tomando de año en año los diferentes géneros, enriqueciendo y orientando su propia labor. Por ejemplo, el aumento de lo “negro” en la literatura o la “modernidad” al incorporar un lenguaje acorde a los tiempos.

Obtener un premio en un concurso es bastante difícil entre los cientos de trabajos que se presentan, porque las variables en juego no son de tipo binario (todo o nada), sino que abarcan aspectos –muchas veces- subjetivos: el jurado es joven y le gustan las referencias actuales o, el jurado es “clásico” en su manera de analizar la realidad y gusta de las referencias culturales universales. También suele suceder que participan autoras y autores nuevos que compiten con el oficio de los “consagrados”. Finalmente, una dificultad para los miembros de un jurado es dirimir cuando se tienen sobre la mesa varios libros de altísima calidad y lamentablemente se tiene que optar por uno para otorgarle el primer premio. Este último párrafo se suele citar de manera recurrente, cuando al presidente del jurado le corresponde hablar antes de las entregas.

Letras de Chile reúne a decenas de creadoras y creadores literarios a lo largo de todo el país; es habitual que obtengan premios en los diferentes concursos de año en año. En esta ocasión, detallaremos aspectos de la obra de tres integrantes de la corporación que obtuvieron galardones, excusándonos de antemano si hemos omitido alguno por desconocimiento.

Josefina Muñoz Valenzuela obtuvo una Mención Honrosa en la categoría Cuento Adulto, con su obra “Los seres invisibles” en la 61ª versión de los Juegos Literarios Gabriela Mistral. Cabe señalar que Los Juegos Literarios Gabriela Mistral se inauguraron en 1958, convocado de año en año por la Municipalidad de Santiago.

Josefina es una autora que utiliza un lenguaje prolijo y delicado para expresar una emocionalidad de la cual cuesta sustraerse al leer sus microcuentos en esta obra, compuesta por una veintena de pequeños trozos de observaciones sutiles de una realidad tan cercana a todos, pero que requiere de un alma limpia para percibirla. Su manejo del género microcuento es evidente en cada uno y no bastan ojos y cerebro para comprender su dimensión.

Esperamos la pronta publicación de este lindo libro de sereno y poético lenguaje (lo imagino ilustrado con acuarelas). Aquí uno de sus cuentos; impecable, concreto y completo en formas.

LOS POBRES AMANTES

Susurran en lenguajes entrecortados, solo comprensibles para ellos, mientras vagan por las calles de una ciudad indiferente. Errantes por siempre, comparten sudores, trozos de pan duro, el calor y la fidelidad de unos perros sarnosos, tan abandonados como ellos que, a veces, lamen sus llagas con devoción y amor. Se pelean por el mejor lugar de los respiraderos del Metro, sus ropas sucias siempre están frías. A veces tienen vagos recuerdos de un campo soleado que abandonaron hace muchos años. A veces él la embellece con unas flores que sujeta con dificultad en su pelo apelmazado y de color indefinible. A veces, ella le acaricia el rostro cruzado por tajos profundos y la barba larga y dura.

Así va la vida de esos pobres amantes, como la tuya, como la mía… Solo cambian algunas circunstancias.

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María M. Bascuñán Godoy es una escritora de la Región del Biobío con varios premios a su haber: primer lugar en el 2002 en el concurso de cuentos “Lluvia de letras sobre Talcahuano”. En 2016 ganó el concurso de cuentos de Letras de Chile y fue finalista dos veces en la quinta y séptima versión del concurso de cuentos breves “Concepción en 100 Palabras”.

En el año 2019 obtuvo una Mención Honrosa en el concurso de cuentos “Francisco Santiván”, de la Corporación Municipal de Valdivia. Este concurso existe desde 1993 y contempla los géneros de poesía y cuento.

María Bascuñan cultiva el microcuento, el cuento y la novela. En cuanto a sus temáticas narrativas es difícil encasillarla, porque explora técnicas y ambientes diferentes. Sus personajes pueden estar situados en un bosque misterioso, en un restorán, en medio de las estepas rusas, en medio de una batalla, etcétera. Tras una lectura ligera se podría pensar que ella busca definir un ‘estilo’ dentro de su narrativa, pero justamente en eso consiste su forma: en no tenerla. Escribe lo que su creatividad le impulsa para la ocasión, de manera precisa y muy clara.

Como por razones de espacio no podemos publicar toda la extensión del cuento “Ella”, premiado en Valdivia el 2019, le invitamos a escribirle para que les envíe por correo el texto completo (esto es con su consentimiento, desde luego): mbascu14@gmail.com

ELLA

Lo único realmente mío, es lo que fui capaz de dar

Afuera solo había nubes y, luciendo traje de ferroviario de chaqueta con botones dorados, don Ismael caminaba a paso firme entre el ruido y la prisa de los pasajeros del primer vagón, cuando una entusiasta mujer entrada en años, le cayó encima.

-¿Me ayuda por favor caballero?

-Por supuesto -dijo cogiendo un enorme canasto para ponerlo junto a su asiento.

-Son regalos de “ella” -le dijo mostrándole una foto en blanco y negro de una bebé regordeta-. Es mi nieta. Se ha criado conmigo, ve que su madre murió al parirla… –don Ismael supo enseguida que aquello iba para largo.

Éste de aquí es un retrato mío, ¿ve? Ella siempre ha sabido representar muy bien mi silueta –dijo sacando del canasto un roñoso papel donde el inspector vio un círculo con dos patas. –También me regaló este collar, -comentó entusiasmada calándose una guirnalda de corchos pintados de colores-, y para la misa me hizo este rosario de corales rojos con una crucecita. -Para cuando revisaban las pulseras de rosa mosqueta, las servilletas bordadas con hilo y el florero de masa maché, a don Ismael ya se le habían caído los hombros y tenía un ojo a medio cerrar.

-Es una gran artista, eso está claro –dijo el inspector, a quien ya comenzaban a picarle las piernas.

– Y eso que aún faltan los otros.

– ¿Los otros qué?

– Los otros cincuenta canastos. Que los trae mi esposo en el otro vagón.

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Martín Faunes Amigo resultó ganador del Primer Lugar en Los Juegos Literarios Gabriela Mistral del 2019, en el género Guion de la categoría Adulto, con la obra “Extrañas criaturas en el tren”.

Él es un cuentista y novelista con bastante recorrido, premios a su haber y publicaciones en varios países, pero no se encasilla con estos géneros como se observa con este premio. Acaba de lanzar un nuevo libro, “Voces verdaderas, ambiguas, equivocadas” a fines de diciembre. Su escritura es comprometida con la justicia, los derechos de las personas y las circunstancias que colocan en encrucijadas a sus personajes dotándolos de valor y convicción ante la adversidad. Lo erótico nunca está exento en sus trabajos. Todo esto narrado con pasión y rigor. También ha escrito poesía, radioteatro, ensayos y proclamas políticas (eso en todo tiempo, afirma).

Conversando a la salida de la premiación, me confidenció que no tenía cómo grabar en su casa el CD que se pedía en las bases del concurso como respaldo. Fue a última hora a una librería para que le ayudaran y estaban cerrando. De mala gana le permitieron usar el computador y aprovechó de cambiar el párrafo final, el que cierra su guion y grabó el bendito CD. “Salí del local absolutamente convencido de que ese guion no podría ser superado por ningún otro y así fue”.

Su guion (que esperamos ver en el cine en un tiempo no tan lejano) es extenso como corresponde al género, donde hay que describir el lugar y la escena momento a momento.

Como en el caso de María Bascuñán por razones de espacio no podemos publicar en extensión su guion, pero los invitamos a escribirle para que él les envíe por correo el texto completo: martinfaunesa@gmail.com. Se puede encontrar además bastante material para conocer mejor la obra de este prolífico autor, en: www.martinfaunes.com.

Aquí una pequeña muestra del guion ganador:

Escena 11
Ext-INT. CARRO DEL TREN – YA ESTÁ OSCURO

El duro, notando que el acompañante de la mujer duerme profundo, dirige una mirada cálida a la mujer, ésta contesta con una sonrisa algo nerviosa. El duro se levanta haciéndole una seña para que vaya tras él al baño del tren.

Se muestra al duro en el baño, pero la mujer no aparece. El baño está iluminado con una luz amarillenta de muy poca intensidad.

Escena 12
Ext-INT. CARRO DEL TREN – YA ESTÁ OSCURO

La mujer se levanta y da un pequeño tirón con su brazo derecho que despierta a su acompañante. La manta con que se cubría cae al suelo.

Se ve que la mujer está esposada a su acompañante. Una argolla atrapa su muñeca derecha, en el otro extremo de la cadena la otra argolla va en la muñeca izquierda de ese que la acompaña.

ACOMPAÑANTE
¡Quédate tranquila, porquería!

Miguel Vera Superbi