Gregorio Angelcos

1. Tu trayectoria literaria en 3 líneas…
Escribo desde los 16 años, he incursionado en poesía, cuento y ensayo, de improviso el microcuento se encontró conmigo, y hemos caminado 25 años juntos, seis publicaciones y varias antologías. La vida todavía no termina.

2. ¿A quién le recomendarías leer esta antología?
A los jóvenes, para que piensen que en su propio imaginario está la fuente de su creatividad, es posible romper con el pragmatismo, y el anodino realismo actual. Los mundos se crean, Cortázar y Huidobro así lo hicieron.

3. ¿Para qué sirve la literatura fantástica?
Para superar la mímesis y abrir espacios a mundos que el escritor puede imaginar, no siempre la literatura está en la realidad objetiva, el tiempo de creación no es cronológico, es fantástico y de libre albedrío.

4. ¿Cuál es tu última publicación (da igual el género) y dónde se encuentra?
«De la naturaleza del mundo interior y sus delirios» (microficciones / 2017), se encuentra en algunas librerías de la Plaza Almagro, y en algunos estands de Ferias del Libro en Santiago. También en la librería de la SECH.

5. ¿Seguirás escribiendo microcuentos fantásticos?
Casi toda mi narrativa se inscribe en el género de lo fantástico, desde «Dios necesita un siquiatra» (cuentos), hasta «69 puñaladas a la realidad» (microcuentos). Tengo un nuevo libro inédito escrito desde lo fantástico.

El fin de las hegemonías

Gregorio Angelcos

Cuando ingresé a una iglesia, crucé de la modernidad a la edad media. Las imágenes religiosas expresaban, a través de su gestualidad, dolor y sufrimiento, alguien las había condenado a tristeza perpetua.

De las efigies de yeso emanaban lamentos, de pronto apareció un cura con una sonrisa y una Coca—Cola en la mano, dio una mirada a su alrededor, salió del templo sagrado, y cruzó la Avenida principal rumbo a un patio de comida, pidió “un combo tres, con papas fritas incluidas”, dejó el rosario sobre la mesa y apreció la vida en todo su esplendor, más allá de su fe.