por Ramón Díaz Eterovic

Los recientes encuentros con el Premio Nobel de Literatura Mo Yan fueron los puntos más altos de las visitas de escritores chinos que se vienen desarrollando desde hace unos años a esta parte y que ha permitido conocer a varios de los escritores chinos más importantes en la actualidad. No todos los días tenemos entre nosotros a ganadores del Premio Nobel de Literatura y por eso sus exitosas conferencias en Santiago, Puerto Montt y Valdivia renovaron o despertaron el interés de los lectores por su obra y seguramente serán un estímulo para acercarse al trabajo de otros narradores y poetas como Liu Zhenyun, Jin Pingwa, Mai Jia, Fang Fang, Hang Shaogong, Su Tong, Yu Jian, Shen Haobo y Li Jingze, entre muchos otros que han visitado Chile o tienen algunas de sus obras traducidas al español por editoriales como Seix Barral, Planeta y Kailas en España, Siglo 21 de México, las editoriales Signo, Lastarria y LOM en Chile, y la editorial China Intercontinental Press a través de su colección “Joyas de la Literatura Contemporánea China”, disponible en nuestro país.

Este panorama, desde luego, es alentador para los lectores interesados en conocer algo de la maravillosa y amplia literatura china que, parafraseando algunos dichos de Mo Yan en una de sus conferencias es un río caudaloso alimentado por un sinfín de ríos que le dan vida y fuerza.

Hasta hace poco el acceso a la literatura China parecía limitado a los nombres de algunos notables poetas de la Dinastía Tang como Li Bai, Tu Fu o Du Fu. O a narradores de comienzos del siglo XX como Mao Tun o Lu Xun, considerado este último como el padre de la novela China contemporánea. Hoy el horizonte es más variado y sin duda la revista de la Sociedad de Escritores de Chile que hoy se presenta ayudará a ampliarlo un poco más y contribuirá a estrechar lazos entre los escritores chinos y chilenos. Lazos que en su momento motivaron a escribir sobre China y su literatura a autores chilenos como Pablo Neruda, Pablo de Rokha, Gonzalo Rojas, Efraín Barquero, Luis Enrique Délano, Francisco Coloane, entre los que recuerdo al escribir estas notas. Hay un fragmento del poema de Neruda llamado “El gigante” que a pesar de los años y del momento en que se escribió puede leerse con renovada vigencia. Dice Neruda: “Alto estaba el gigante midiendo paso a paso su arroz, su pan, su tierra, su morada y fue reconocido por los pueblos del mundo: ¿Cómo has crecido de repente, hermano? Pero también lo miró el enemigo. Desde los bancos grises de Nueva York y la City los bolsillos que allí se alimentan de sangre se dijeron con miedo: ¿Quién es este”?

Respecto a la edición especial de Simpson 7, a continuación, entrego unos apuntes sobre algunos de los autores incluidos en la revista. Autores de distintas generaciones que a través de sus textos dan cuenta de algunas rutas seguidas por la narrativa china, como la literatura de las cicatrices; la literatura de búsqueda de las raíces, uno de cuyos mejores exponentes, Han Shaogon, estuvo tiempo atrás en Chile; la novela de vanguardia en la que destacan Su Tong y Yu Hua autor de las novelas “Vivir” y “Gritos en la llovizna”; la narrativa neorrealista, de la que dos de sus buenos exponentes también han estado en Chile: Liu Zhenyun y Xu Zechen. También y aunque no se refleje en la revista que comentamos, hay que destacar la narrativa de ciencia ficción china y la de espionaje que tiene a Mai Jai como uno de sus buenos representantes, en especial por su novela “El don” publicada por Seix Barral.

Jia Pingwa, de quien la revista “Simpson 7” presenta su cuento “Crear el sonido” es autor de la novela “La flor suprema” en la que aborda tres temas que permiten acercarse de forma a realidades actuales en la sociedad china como la relación entre la modernización económica y las formas tradicionales de producción; la desaparición de los pueblos rurales y el rol que en ellos juega la mujer. En su cuento “Crear el sonido” Jia nos presenta la tozudez de un hombre que se enfrenta a las autoridades de su pueblo para que se reconozca de la edad de un árbol que él ha plantado el año 1948. Este afán que lo hace ver como un loco por los habitantes de su pueblo es en definitiva la lucha que da sentido a su vida, porque en la protesta que consume sus años están presente sus valores y creencias esenciales.

“El sombrero de Irina” de la escritora Tie Ning destaca por la construcción psicológica de sus personajes y nos plantea la relación entre dos mujeres que se encuentran en un viaje aéreo, y una de las cuales tiene un fugaz encuentro amoroso con un compañero de vuelo. El deseo y la pasión son dos puntos claves en la historia, como lo es también la complicidad de la protagonista que a la hora del desenlace y ante el peligro de que Irina sea descubierta por su marido, solidariza con ella mientras reflexiona: “las personas queremos ser necesitadas por alguien”.

“La lista de Chen Wanshu” de Chen Jiming es uno de los relatos más intensos del conjunto. Fengyu y su madre Waquin luchan por sobrevivir a la hambruna que se desata después de la aplicación de la política del salto adelante impulsada el año 1959. No queda nada para comer en el pueblo donde viven, salvo restos de hierbas y tierra húmeda. El deseo de sobrevivir enfrenta a los pobladores con los lobos que desean alimentarse de ellos y sólo el ingenio les permite sobrevivir. En este cuento la condición humana parece reducida a la nada mientras el registro de las víctimas se hace en una lista que pasará a tener importancia en el futuro. Ya anciana, Waquin conversa con su hija y le dice que las desgracias naturales no se pueden prevenir, pero la miseria provocada por la estupidez humana si se puede evitar. Esta historia es un ajuste de cuenta con un doloroso episodio de la historia china del siglo XX y conmueve por su realismo sin concesiones.

Otro cuento destacado de la selección es “El pez del pueblo” de Su Tong, destacado autor chino del que se conocen es español sus novelas “Mi vida como emperador” y “La linterna roja”. En ambas hay notables descripciones de la vida del pueblo y sus gobernantes durante los remotos reinados de emperadores que vivían de espaldas a las necesidades de su gente. “El pez del pueblo”, a través del relato de la preparación de los peces para su consumo en comidas y banquetes, puede entenderse como una lograda metáfora de los cambios sociales y políticos experimentados por la sociedad china en las últimas décadas.

En “La insoportable levedad de George” de Wei Wei encontramos a un particular gigoló obsesionado con la lectura de Kundera. Sus artes seductoras quedan reducidas al mínimo cuando pierde un libro de su autor favorito. “Mensajería Onírica” de Fan Xiaoqing nos presenta una historia plena de humor e ironía en las que nos encontramos con el paisaje de una ciudad moderna en la que muchos de sus habitantes son las víctimas del consumo impulsado por las redes electrónicas de comunicación. Su protagonista, un repartidor de encomiendas que sólo pretende ser eficiente en su trabajo, termina siendo testigo de las manías de los clientes. “Inflando vacas” de Hong Ke nos remite al ámbito de la amistad entre dos hombres que buscan entender los cambios de conducta y modos de vida que se producen a su alrededor. En “Todo el mundo me habla” de Au Wei, un ciego que es motivo de la burla de su pueblo utiliza su imaginación para convertirse en un artista que despierta admiración entre los suyos. En ese proceso cuenta con la ayuda de un amigo que intenta comprender al ciego cuando éste le dice que es capaz de ver todos los colores del universo. La revista se cierra con el ensayo “Que chicos tan desgraciados” de Li Xiuwen que nos habla de la amistad y solidaridad en tiempos de zozobra; y los poemas de Shen Haobo, Yun Wa y Xuanyuan Sise, todos autores que en sus poemas nos hablan de la incomunicación, el destino de la vida y las reglas de la justicia humana.

El pasado y presente de un país, realismo y fantasías, relaciones humanas intensas en la felicidad y las desgracias, personajes notables y situaciones que conmueven son parte de lo que podemos encontrar en esta selección de cuentos, poemas y ensayos. Una selección sin altibajos que refleja los rumbos que sigue la creación literaria china en la actualidad y que debería alentar a sus lectores a conocer más de una literatura que puede parecer lejana por el idioma en la que se expresa, pero que es muy cercana por los aspectos de la condición humana sobre los que reflexionan y testimonian sus autores. La literatura china es un firmamento por descubrir y “Simpson 7” en su edición especial nos da a conocer algunos destellos significativos.

Para terminar, quisiera decir que el mayor conocimiento que hoy tenemos en Chile de la literatura China tiene un responsable con nombre y domicilio conocido. Nuestro amigo Sun Xintang, profesor y traductor de la Universidad de Lengua y Cultura de Beijing, y hasta hace muy poco directivo del Instituto Confucio en Latinoamérica. A él le debemos su trabajo para la edición de Simpson 7 que estamos presentando. También la coordinación de las múltiples visitas de escritores chinos a nuestro país, su participación en la colección “Joyas de la Literatura Contemporánea China” antes mencionada; la preparación de la antología “La mariposa de Hangtang y otros cuentos” publicada por la editorial chilena Signo; la gestión del libro “Aflicciones” del poeta Zhao Lihong, publicado por Ediciones Lastarria; elaboración de dos selecciones de la afamada revista china “Farolas” que se publica en inglés, francés y portugués entre otros idiomas y que en Chile circula en dos compilaciones publicadas por editorial LOM, con los títulos “La flor del ciruelo” y “Bajo el telón de la noche” en las que podemos encontrar los trabajos de numerosos autores chinos actuales. A estos logros podríamos añadir muchos otros, pero me limito a decir, y con especial reconocimiento por su tenaz labor, que es un entusiasta y eficiente promotor de la literatura de su país en varios países hispanoparlantes, y también de la chilena y latinoamericana en China.

Ramón Díaz Eterovic. Texto de presentación de la revista “Simpson 7” de la Sociedad de Escritores de Chile. Edición especial dedicada a China. Santiago de Chile, 26 de agosto de 2019.