Acerca del ganado ovino

El cordero de Dios quitó todos los pecados del Mundo y se hizo lobo.

Acerca del ganado ovino II

El Cordero de Dios – afligido y estresado por los millones de pecados que diariamente estaba conminado a borrar por mandato bíblico – subió como pudo a  una araucaria deviniendo pájaro.

Cuando desplegó sus alas y sobrevoló los espacios infectados de pecadillos, muy a su pesar, defecó sobre ellos.

Acerca del ganado ovino III

El Cordero de Dios fue una larga y espesa lágrima.

Quiso borrar los pecados del Mundo.

Naturalmente no lo lograría. Era sólo un cordero que intentaba deshacer los pecados del Inmundo.

Ergo, -ni pensarlo – no borraría los del Mundo.  

10 septiembre 2007

Día internacional de los DD.HH.

Aniversario de la muerte de Pinochet

Acerca del ganado ovino IV 

Cordero de Dios que habéis borrado (¿ y por qué lo habéis hecho?) pecados a granel a lo largo de la Lectura Bíblica, me dáis mucho miedo. Es muy probable – atendiendo el decir de las encuestas sobre la incomprensión lectora en Chile – que alguien agregue una s entre la e y la c y decidme ¿qué sería de nosotros los súdicos litoralis sin nuestra fauna marina?

Acerca del ganado ovino   V   

A ti, Cordero de Dios que quitáis los pecados del Mundo, os pido responder a estas mis dos preguntas: 

1.- ¿Por qué borrarlos, para qué anularlos?     

Imaginad que todos seamos iguales: amables, buenos, cariñosos, generosos, honestos, socios de Letras de Chile. 

2.- ¿Cómo podríamos entonces distinguir al  Bueno-bueno del Malo-malo?  

Acerca del ganado ovino VI

Cordero de Dios:

Quítame el pecado de ser mujer/madre/amante/compañera/compatriota/colaboradora/ convivienta/micro:empresaria-cuentista/chilena/austral/esotérica/pálida. 

Cordero de Dios:

¿Cuándo vas a borrarme las imperfecciones del pecado?  Yo sólo quiero intervención estética. 

Bórrame las huellas que dejó el Dictador: el macro y el micro. 

Ni hablar del transporte público; no te pido lo borres; hay tanta gente esperando en los paraderos. 

No borres los pecados de los avaros/codiciosos/egóticos/golpeadores/narcisistas/soberbios – pobres tipos chilenos que viven en la Isla a pesar de su arribismo – que repiten como loros lo que el de Más al Norte les dicta o sugiere.

Que la República del Pecado los acoja para siempre y que Nadie, ni tú Cordero de Dios los salve ni les borre su cara de póker cuando aplican el power: el macro y el micro. No liberes nunca su mente del concepto pecado y déjalos que vociferen sus verdades pecadoras, sus estúpidas frases de perdón sin sentirlas, de amor sin experimentarlo.

Sonia Cienfuegos, estudió filosofía, vivió algún tiempo en París, ha escrito de todo, y publicado sus textos en un libro con otros cinco autores, participantes del taller de Diego Muñoz Valenzuela.  Participó también en dos talleres con Gonzalo Millán. Es asesora del directorio de la Corporación Letras de Chile. Su libro de microcuentos Entre dos será publicado próximamente.