Por Alejandro Lavquén
Es un poemario que se inscribe dentro de una tendencia que hoy predomina en la generación nacida en los primeros años de la década de los ochenta. Esto es: la construcción del texto a partir del propio lenguaje y no del sujeto social.
Quizá suene una opinión demasiado subjetiva, tratándose de imágenes poéticas, y lo que éstas involucran, pero es lo que se percibe predominante en textos como los de Silabario, Mancha. Resaltan los juegos de palabras como, por ejemplo, en esta construcción: «los muertos pasarán a existir en la memoria de sus/ deudos, hasta que sus deudos pasen a existir en la memoria de sus/ deudos». Sobre todo en la primera parte del libro «Lengua como palabra». No digo que este tipo de propuesta no sea legítima, estando bien escrita es válida, y Marcela Parra construye bien su propuesta. Lo que me llama la atención es, por lo menos desde mi percepción, una exageración lingüística del proceso conceptual de creación, que en muchos casos opaca al sujeto social que se pretende reflejar. Asunto, en todo caso, que en la segunda y tercera parte del libro, se percibe en mucho menor grado, pues los textos toman una variante menos intelectual desde el punto de vista conceptual, por decirlo de alguna manera.
Silabario, Mancha de Marcela Parra, Ediciones del Temple,2008.
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…