En esta ocasión presentamos al escritor argentino DELFIN BECCAR VARELA  través de una selección de interesantes  minificciones.

COMIDA CHINA

Entré al Kuong Tong y vi al Jefe sentado a la cabecera de la mesa acompañado de su guardia pretoriana. Al verme levantó la mano y me señaló una silla. Tomé posición frente a él y en cuanto intenté hablar me calló con un seco: —Primero comida, luego negocios.

Apareció el mozo con un plato de arrolladitos primavera con salsa agridulce y una porción de Chop Suey de pollo. Ansioso por lo que podría pasar tragué como pude aquellas delicias asiáticas.

—Sabes cómo es el negocio, el que las hace las paga –me dijo con total frialdad–. Rumores dicen que te quedaste pagos que no eran para ti. Ya está hecho, ya me lo cobré; que no vuelva a pasar. Ahora come, cuando termines te vas.

Preocupado llegué a casa, Hua-Fuzhou no estaba. En la cama había una nota: “No la vas a volver a ver nunca, igual quédate tranquilo que la vas a llevar adentro por siempre”.

MIRADAS

Tomé el retrato entre mis manos, me miré extrañado. Aquel joven parecía juzgarme con una mirada dura y severa.

Acerqué el marco a mis ojos para estar seguro de que mis pupilas ya gastadas no me estaban mintiendo.

Era cierto, luego de que me escupiera en la cara logré entenderlo.

INFIDELIDADES

La ve empapada de sudor formando una sola carne con aquel hombre.

Atormentado se revuelca en las sábanas. Sufre, los celos lo sacuden, lo llenan de ira. Destruye aquella imagen con golpes violentos. Ve con frialdad como su mujer expira entre sus manos.

Suena el despertador. Envuelto en esa sensación amarga que le produjo la pesadilla abre los ojos… a su lado yace muerta una desconocida.

PRINCIPIO Y FIN

Tuvo un sueño perfecto, con solo decirlo lograba dar forma a cada uno de los componentes del cosmos. ¡Ensoñación Divina! podía crear desde una molécula hasta el más complejo de los seres.

De a poco el sueño se fue derrumbando. Ya no podía dominar ese mundo, las imágenes se transformaban, el orden devenía en caos. Perdió el control, se había convertido en un mero espectador sufriente.

Aterrado decidió despertar. El Apocalipsis barrió aquel mundo onírico. Miró a su alrededor, era un espíritu en medio de la nada.

LABERINTO

La mujer lo mira agonizar. Él, sumido en un espantoso sueño, recorre los largos pasillos de una oscura mazmorra. Detrás de cada puerta aparecen distintos escenarios, una cadena de círculos infernales. Sin un Virgilio que lo guíe por ese submundo corre desesperado buscando una salida. A lo lejos, en medio de la bruma, puede ver como la única luz que existe se apaga.

Ella vierte amargas lágrimas… su marido acaba de expirar.

Él, a oscuras intenta buscar la salida de aquella prisión.

Delfín Beccar Varela (San Isidro, Buenos Aires, 1980)

Periodista, escritor. Trabaja como asesor en áreas de comunicación y en el desarrollo de proyectos vinculados a la gestión pública. Escribe para una revista cultural una sección sobre historias y leyendas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. También redacta artículos de actualidad, política y opinión para distintos medios de comunicación. Escribió una serie de crónicas de viaje para una revista relacionada con el turismo. Publicó el libro de cuentos ‘Esclavos de la Sombra’ en el año 2006. Fue redactor fundador junto a Alejandro Gelaz del sitio www.minificciones.com.ar. Publicó artículos y entrevistas en distintos sitios web dedicados al ámbito de la cultura. Trabajó en publicidad y en agencias de promoción de eventos culturales.