Newton primitivo

Cuando la manzana cayó sobre la cabeza de Adán, Eva se preocupó por la gravedad del golpe. Adán comprendió la gravedad.

Instintos primitivos

(Primer momento)

En un inicio, cuando Adán volvió a ser mono, empezó a concurrir a la universidad para convertirse nuevamente en hombre. La primera semana no conoció vergüenza, pero a la siguiente vistió camisa y pantalón. Todos sus compañeros extrañados lo miraban. La tercera semana se compró cuadernos y lapiceros, y la siguiente ya leía en la biblioteca. Sin embargo, todos seguían mirándolo.

De ese modo pasaron varios años hasta finalizar su carrera, y Adán comprendió que había recuperado su naturaleza humana. El día de su graduación, el jurado, después de haber revisado y escuchado su ponencia, inició una serie de preguntas. Ante ello, Adán empezó a sudar, intentaba articular palabras pero solo alcanzaba a mover los labios. De pronto, se escucharon varios gritos que provenían de la sala de graduación.

La policía sigue investigando.

Iluminación

Como todas las noches, Antonio y Morgana salieron a pasear. Mientras caminaban por la acera cogidos de la mano, un poste de luz interrumpió su camino; ella avanzó por la derecha y él por la izquierda. Luego de unos minutos, terminaron su relación. Habían sido iluminados.

Cristo en Sol Mayor

Era media noche y la luna nos llamó a la alcoba carnal. Aceptamos la invitación. De niño te observé como mujer y de niña me viste como hombre. Ambos nos quisimos esa noche. Las golondrinas nos despertaron. Un beso selló nuestra noche y Cristo cantó a nuestro amor en Sol Mayor.

La pulga

Hace una hora, una pulga está en la mesa observando a todos almorzar. El padre empezó a insultar a la madre y ella le respondía: el caos familiar se produjo.

Al fin del almuerzo, la pulga se puso a llorar y luego saltó de la mesa al abismo. Intentó suicidarse.

Pregunta vital

Cierto día, una rosa le preguntó a otra:

— ¿Por qué nos llamamos así?

Entonces, ambas se abrazaron y se marchitaron pensando.

El mundo de los hombres sin cabeza

—Érase una vez, el mundo de los hombres sin cabeza (…) y todos fueron felices para siempre.

— ¡Abuelito, qué lindo cuento!— celebró el niño.

Segundos más tarde, su cabeza rueda a los pies del abuelo.

Volver

Al cumplir sus cinco años, la madre sentenció:

—Llegó tu hora de conocer la familia.

Segundos después, a través del transportador ultrasónico, llegaron. En el interior, la madre presionó un botón: aparecieron las figuras de todos los familiares en hologramas que rodearon a los visitantes. La madre señalando a cada uno, inmortalizado en hologramas electrónicos, presentó a su hijo.

Al finalizar la visita, el niño preguntó por su abuelo: había escuchado que los abuelitos saben contar muchas historias. La abuela, desde el holograma, mirando a ambos:

—Volverá a nacer— dijo.

Sin título

Era su tercer día. No había ruido ni imágenes. Inevitablemente murió.

Abrió los ojos nuevamente y los volvió a cerrar. Todo seguía en su estado natural.

El paraíso nuevo

Mientras astronautas, analistas y demás científicos se ocupaban de su trabajo, el agricultor de manzanas, A. y su esposa E., abordaron una nave que les salvó de la explosión terrestre.

Cuando despertaron, un paisaje desértico los rodeaba: estaban en la luna. A. previendo el hambre en el futuro, metió la mano en el bolsillo y sembró una semilla. Esta vez, intentarán burlar a la serpiente.

Parricidio

-Hijo, hace dos días que no duermo- quejose la madre.

-No te preocupes. Esta noche dormirás eternamente- apaciguó el hijo mientras desenfundaba el cuchillo.

Primer contacto

Fue impresionante: el tenebroso estruendo de dos esferas penetraron la atmósfera y perforaron numerosos kilómetros de tierra. Trotaconventos, curiosos, y demás cercanos se aproximaron con desconfianza. Las esferas cubiertas de polvo dejaban entrever luces de diversos colores; descansaban sin mostrar peligro alguno.

Se abrieron las puertas y los humanos caminaron deprisa: ambos civilizaciones estaban preparados para su primer contacto.

Palimpsesto de Arquímedes

Madrid, 29 de febrero (EFE).- Un historiador palestino, que ha preferido reservar su nombre, asegura que en el Palimpsesto de Arquímedes se anuncia lo siguiente: Se comunica al señor Jesús de Nazareth que no realice milagro alguno y, menos aun, que visite la casa de Lázaro: cambiaría la historia y futuro de la humanidad. Los sacerdotes del templo de Judea esperan respuesta.

***

Rony Vásquez Guevara (Lima, 1987)

Cursó tres años de estudios de Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM-Perú). Ha publicado minificciones y artículos en diversas revistas literarias. Fue seleccionado por el Diario El Liberal (Santiago del Estero-Argentina) para la colección de escritores latinoamericanos. Ponente en temas de minificción en diversos congresos nacionales e internacionales. Director de la revista Plesiosaurio-Primera revista de ficción breve peruana. Actualmente estudia Derecho en la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV-Perú).