Por Jorge Calvo

ENTRENIEBLAS es una novela breve que aborda el tema de un joven adolescente que debe aprender a madurar en las complejas circunstancias de los primeros años de la dictadura militar.

 

Presentarán el libro el profesor Fernando Moreno Turner de la Universidad de Poitiers y el escritor Ramón Díaz Eterovic. La ceremonia se realizará el miércoles 11 de julio a las 19 horas, en la Casa del Escritor, Almirante Simpson No. 7 (Plaza Italia, Metro Baquedano)

Diego Muñoz Valenzuela, connotado escritor nacional, pertenece a una generación que hace sus armas literarias y da a conocer sus primeros textos narrativos precisamente en aquel periodo en que vivimos en peligro. En esta oportunidad la invitación es a leer su más reciente creación literaria que lleva por título ENTRENIEBLAS. Se trata de una novela breve, compuesta de pequeñas y potentes imágenes que nos sitúan en un periodo de tiempo claramente acotado; se inicia el día 11 de septiembre de 1973 y se prolonga exactamente dos años hasta el 4 de septiembre de 1975. Se trata de un periodo de tiempo necesario e inevitable para que el joven protagonista –a quien conocemos con el nombre de Diógenes- entre en abrupto contacto con las adversidades de la existencia –que en esta novela adquieren la forma de una oscura niebla contaminada de violentos y mortales virus- y enfrente jornada a jornada una serie de vicisitudes que finalmente podrán claridad en su fuero interno llevándolo a tomar la decisión con que cierra la novela.

Es verdad que las páginas de esta novela revisitan una época de nuestra historia nacional que -en opinión de algunos- ha sido ya suficientemente tratada en ensayos, reportajes y todo tipo de testimonios. Solo que en este caso se agradece. Los estremecedores eventos se miran desde el punto de vista de Diógenes, un hombre joven. Acaso demasiado joven. El día que arranca la acción se encuentra en el último curso de enseñanza media y en aquel día, de regreso a su hogar, presencia la inquietud y el nerviosismo de una ciudad que se dispone a ser bombardeada. Si bien Diógenes es un joven que simpatiza con la izquierda se encuentra lejos de encarnar al militante político ideologizado, por tanto, desde una perspectiva moderada y si se quiere algo ingenua va presenciando el devenir de los hechos: vehículos militares patrullando las calles, allanamientos, el sonido de los bototos en el pavimento y los tiroteos. La sociedad, la cotidianeidad, la vida completa se encuentra en crisis. Amigos que desaparecen, hábitos que cambian. Rumores extraños sobre tortura y muertes. Pero él debe seguir adelante. La Universidad espera. Se acostumbra a funcionar en una aparente normalidad- De todos modos, por ahí aparece una atractiva mujer; Catalina. En el primer año de ingeniería el desafío son las matemáticas. En todos lados la gente desconfía. Se producen arrestos. Las nuevas amistades se intuyen, se olfatean ¿Será verdad lo que cuenta o estará provocando para tirar lengua? Nada volverá jamás a ser lo que una vez fue. Todo está contaminado. El cálculo y las ecuaciones ofrecen un buen refugio. El amor también es poco fiable; en sus mejores momentos le inyecta energía y pasión de vivir, pero luego muestra su rostro agrio, su sabor amargo. Es como la vida donde esa niebla oscura ha instalado sus dudas y temores. En cualquier momento del lugar menos esperado te cae un golpe. Se crece como persona, se aprende a caminar a tientas. ¿En quién se puede confiar? Cualquiera te puede delatar para salvar el trabajo o rehuir la tortura. A pesar de todo, inmerso en la tiniebla, de pronto atisbar destellos de luz. Existe una condición humana. Tomar las decisiones que te convierten en persona y te dejan al lado de los seres humanos. Sin duda una excelente novela. Necesaria. Se agradece.

Aunque está destinada a todo lector, ENTRENIEBLAS puede concebirse como una nouvelle dirigida a las generaciones de jóvenes que no vivieron directamente el periodo de la dictadura militar en Chile.

Se percibe un país violento desde la sensibilidad de un muchacho afectado profundamente por la historia. Con un manejo lingüístico y verbal verosímil y honesto, la voz del joven nos habla por sobre los temores y la muerte. Diógenes madura y camina hacia decisiones trascendentales.

Esta novela muestra de manera profunda el talento narrativo del autor y vuelve a una temática abordada en libros anteriores como LUGARES SECRETOS, EL TIEMPO DEL OGRO y TODO EL AMOR EN SUS OJOS.

Dos capítulos a modo de prueba.

Martes 11 de septiembre, 1973, 5 A.M.

El día en que la pesadilla se consumó, Diógenes se había levantado —como acostumbraba— a las cinco de la mañana. No había buses. Tampoco había leche, ni pollo, ni tabaco, ni pasta dentífrica, ni café. Se levantaba temprano porque consideraba que su deber —uno de los pocos que aceptaba a esas alturas— era asistir a clases. Que el colegio funcionara ayudaba a generar la apariencia de que el mundo seguía su curso normal. Aunque no fuera así.

Diógenes tomaba una taza de té y remojaba el pan para que se ablandara. Sus padres dormían. Medio adormilado pensaba a cuál cola ponerse una vez terminadas las clases. Y si tendría alguna posibilidad de éxito. ¿Cigarrillos, aceite, harina, conservas? Ya se vería.

Se peinó con esmero para disimular el largo excesivo del cabello. Los inspectores todavía los revisaban en el ejercicio de aquel guion de normalidad. Mientras tanto el mundo se derrumbaba. Deshizo el nudo de la corbata, apretado en un lazo compacto, y construyó uno nuevo. El cuello de la camisa estaba muy gastado.
Salió. Caminó hacia la avenida por calles solitarias y oscuras. Unos pocos árboles floridos procuraban anunciar la primavera inminente, aunque el ambiente fuese tan gris, tan lóbrego. Se encontró con unos perros vagabundos. Por la avenida pasaban pocos automóviles repletos de pasajeros. Inició la caminata. Eran por lo menos sesenta cuadras. Pasaron varios microbuses atestados de trabajadores y empleados. Observó aquellos rostros repletos de incertidumbre, rabia y desesperanza.

Martes 11 de septiembre, 1973, 10:15 A.M.

Estaba solo en el paradero, justo al frente de la casa de gobierno, rodeada por tanques y tropas militares. Veía borroso, pues tenía los ojos inundados de lágrimas y la bruma gris lo empeoraba todo. Se escuchaban cada vez más disparos; las ametralladoras tableteaban, las personas huían como conejos por las calles.

Diógenes esperaba un microbús o quizás un milagro. O escapar de la pesadilla. El tiempo se deslizaba lento, líquido, impasible. Los Hawker Hunter atronaban el espacio rompiendo la barrera del sonido. Volaban muy bajo, a punto de rozar los edificios circundantes.

Apareció un microbús lleno de personas apretadas. El chofer se compadeció. Era tan patética e indefensa su espera, que frenó y esperó a que subiera. En el cielo los aviones de guerra dejaban su estela de horror.

Convertido en una ameba se introdujo por mínimos intersticios y logró su cometido. Alguien portaba una radio a pilas. El presidente acusó a quienes lo estaban derrocando. Pidió calma, dignidad, no deseaba un baño de sangre. Una señora agradeció a Dios por la sublevación militar. Un obrero la maldijo con voz fiera. La transmisión terminó abruptamente.

El resto del viaje fue silencioso y tenso. Él observaba como la bruma gris y rojiza se apoderaba de la ciudad. Las personas fueron bajando del vehículo y corrieron a sus hogares. Diógenes hizo lo propio y trotó hacia la casa de sus padres.

Diego Muñoz Valenzuela (Constitución, Chile, 1956)

Ha publicado los libros de cuentos: Nada ha terminado (1984), Lugares secretos (1993), Ángeles y verdugos (2002), Déjalo ser (2003), De monstruos y bellezas (2007), Las nuevas hadas (2011), Microsauri (2014), Demonios Vagos (2015), El tiempo del ogro (2017), incluyendo los libros ilustrados de microrrelatos Microcuentos (libro virtual, 2008, con Virginia Herrera), Breviario Mínimo (2011, con Luisa Rivera) y Largo viaje (2016, con Virginia Herrera); las novelas: Todo el amor en sus ojos (tres ediciones: 1990, 1999, 2014), Flores para un cyborg (tres ediciones: 1997, 2003, 2010), Las criaturas del cyborg (2011) y Ojos de Metal (2014); las tres últimas conforman una trilogía de ciencia-ficción; y Entrenieblas (2018). Se distingue como cultor de la ciencia ficción y del microrrelato; también ha abordado en profundidad el periodo de dictadura militar.

La novela Flores para un cyborg fue publicada por EDA Libros en España (2008), en Italia por la editorial Atmosphere Libri (2013), y en Croacia por la editorial ALFA (2014); y los volúmenes de cuentos Tajna Mjesta (Lugares secretos) en Croacia por ZNANJE (2009), Microsauri (Microsaurios) en Italia por Robin Edizioni (2014), y Ángeles y verdugos en Argentina por Macedonia Ediciones (2016).

Ha sido incluido en antologías y muestras literarias publicadas en Chile y el extranjero. Obras suyas han sido traducidas al chino, búlgaro, croata, francés, italiano, inglés, ruso, islandés, chino y mapudungun. Distinguido en numerosos certámenes literarios, entre ellos el Premio Mejores Obras Literarias del Consejo Nacional del Libro en 1994 y 1996. En 2011 el autor fue seleccionado como uno de los “25 secretos literarios a la espera de ser descubiertos” por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara para celebrar sus 25 años de existencia. Recibió la MEDALLA COLIBRÍ 2012 por el libro de microrrelatos ilustrado Breviario Mínimo.

En www.cactuscultural.cl