TapaAmorInesperadoRostros de papel

 

Rostros de papel, ojos egoístas, interesados, figuras pétreas.

Allí estaba, pues debía estar, más mi alma estaba  en una playa en la que caminaba junto a ti de la mano.

Esos rostros de moais, infames,  parecían inmiscuirse en mis pensamientos,

Miraban desde montes sin árboles, polinésicos, nuestro andar bajo las nubes grises, bajo las gaviotas tristes, nuestro andar de enamorados. Allí, mientras sigo con ellos, añoro esa mujer enamorada que me necesitaba, que me buscaba.

Hoy pareces irte ave hermosa, ave mía, que si has de ser mía no has de serlo.

Rostros duros, miradas furiosas, rostros temerosos, aduladores.

Amigos rastreros, enemigos gentiles.

¡Qué falsedad!

Puedo sentir mi corazón detrás de esa fachada de papel rictus, latiendo y doliendo.

Gracias por hacerme doler, se que vivo pues mi corazón duele, se que vivo pues mi corazón goza y llora.

Sigo con ellos. Estoy y no estoy.

Traté de estar y no estuve, trate de no estar y estuve.

Estuve contigo en esa playa, con nubes y vientos, pájaros marinos, atardecer melancólico.

Quiero encontrar ese paraje y convertirlo en mi lugar en el mundo donde escribirte poemas.

Quiero empezar a morir, dando vida a las palabras que de mi corazón salen por ti.

Llegaste a mi cual paloma herida, buscando refugio, esperanza, amor, ternura.

Hoy quieres volar, y he de dejarte volar.

A ti la vida y a mi la muerte.

 

Tarde

 

Tarde nos juntó la vida y tarde nos quiere separar.

Oh amor, cuánto habríamos hecho de habernos conocido antes,

Cuantas  fantasías maravillosas habríamos hecho realidad,

Habrías sido mi doncella juvenil, apenas si recién despertando de tu niñez,

Habría sido tu príncipe azul,

Te habría hecho poemas, escrito canciones, construido castillos, conquistado reinos,

Habríamos sido tan felices!

En cambio hoy estamos aquí,

Mis sienes no son de mocete, el dolor y los años han marcado nuestros cuerpos,

No hay ni reinos ni castillo.

Pero si hay canciones, si hay poemas, y si están tus ojos y tu sonrisa,

Ese portal de tu alma que es tu sonrisa, que al cruzarlo me muestra sin tapujos tu alma de niña,

Esa doncella de la que enamoré perdidamente hace milenios, de la que seguiré enamorado por siglos.

Ya es tarde, sí,

Ya es tarde para creer que podemos seguir viviendo sin el otro,

Ya es tarde para separarnos.

Aún si el destino aciago lo intenta, aún si la sinrazón de la razón lo pretende, aún si lo lograren,

Nuestras almas están unidas para siempre,

Tu príncipe azul,  corazón valiente, corazón de chocolate,

Seguirá eternamente enamorado de su doncella maravillosa, y construirá castillos, conquistará reinos, te ofrendará su corazón como sacrificio supremo si es necesario.

Tarde nos juntó la vida y tarde nos quiere separar.

 

Mar

 

Eres como el mar,

Misteriosa, irresistible, fascinante.

Como las olas, te acercas y te alejas.

Así como cada ola al reventar da vida a los diminutos seres de pleamar, tú me das la vida cada vez que te acercas, que me inundas, que me bañas de tu dulzura, de tu amor, de ti.

Como la marea, tienes ciclos altos y bajos.

En los primeros me extasías, me sumerges, lavas mis heridas,

En los segundos te recoges, te pierdes en los roqueríos que asoman casi imperceptibles en las noches sin luna de marea baja,

Dejando al descubierto mi alma desnuda,  secándose dolorosamente a merced de gaviotas y cangrejos hambrientos, ávidos de desolación y carroña.

Baco a veces viene a untar mis labios con su traicionero elixir, pero a veces no, a veces, como hoy, estoy solo.

Desde mi lecho de arena y cangrejos te vislumbro en esos roqueríos,

Eres una gata que deambula buscando amor.

Me miras desde lo lejos, pensativa, triste,  necesitada de mí.

Ya llegarás, tu marea subirá, la gata podrá nadar hasta mí nuevamente.

Te permitirás ser amada, yo me regocijaré en tí, soñaremos nuevamente.

Danzaremos, yo nadando en tus aguas cálidas, tú envolviéndome y gozando de mi amor.

No dejaremos de mirarnos, de tocarnos, de fascinarnos el uno con el otro.

La luna, gravitatoria y socarrona, nos mirará con ternura y complicidad, mal que mal tiene mucho que ver con nuestro amor.