Por Eduardo Contreras Villablanca

No conocía esta novela. Luego de leerla me entero de que es una obra que ha resonado en la literatura rumana moderna. Con justa razón. La historia, narrada en primera persona, presenta a Nicolás, quien desde el principio se declara culpable de un crimen, invitando al lector a un recorrido por su vida para entender las razones detrás de ese acto.

La obra se publicó en Rumania en 1934, cuatro años después fue traducida al francés y esa traducción es la que sirve de base a nuestro gran escritor Manuel Rojas, para traducir el libro al español, por encargo de la editorial Ercilla, que la publica en Chile en 1940. Las y los lectores debemos agradecer el rescate de esta novela, por parte de editorial Trinca, que acaba de publicar una nueva edición, en diciembre de 2024.

La novela sumerge al lector en la dura vida de Nicolás, un hijo ilegítimo de una prostituta criado en un burdel. La primera parte de la obra, con el niño creciendo en ese ambiente, guardando las diferencias, evoca a El Río, de Gómez Morel, al tratar temas tales como la marginalidad y exclusión social, aunque en contextos diferentes. El Río, explora la vida de un niño en la pobreza a orillas del río Mapocho, mientras que «El defensor tiene la palabra» presenta a un protagonista que crece en un burdel, ambos enfrentan discriminación, ambos con madres que prácticamente no se hacen cargo de su crianza y que suelen maltratarlos. Hay una fuerte crítica social en ambas obras, ellas develan los estándares de comportamiento de la sociedad de la época, sus hipocresías y sus injusticias, mostrando cómo las diferencias de clases sociales influyen en la vida de los personajes. Finalmente, el tema de la conformación de la identidad: ambas novelas exploran cómo los personajes la construyen en entornos difíciles y cómo se enfrentan a la adversidad.

Centrándonos en la obra de Bellú: a pesar de las adversidades y la discriminación social, Nicolás destaca en la escuela, pero su origen le impide acceder a una formación adecuada. En el ejército, conoce a un joven de buena familia que lo introduce en su mundo, donde vivirá un apasionado y trágico romance y finalmente, en esa clase social tan distante para él, encuentra a su padre. En esa parte, estamos en algo menos en la mitad de la novela, sirva este avance como invitación a leer la novela completa.

Se podría decir que hay dos personajes centrales: Nicolás, y las mujeres que conoce en su vida. Todas ellas sufren discriminación o explotación; si bien cada una de las protagonistas femeninas está bien caracterizada, todas tienen eso en común, llevar una vida de maltratos. Y no solo las prostitutas del burdel, también las mujeres de la oligarquía latifundista resultan zamarreadas por el machismo y el abuso. Lamentablemente, esa realidad de discriminación a la mujer persiste hoy en occidente, y sabemos que en algunos países la situación es aún peor que lo que describe Bellú en la Rumania de hace un siglo.

El autor logra emocionar y hacer reflexionar al lector sobre temas como el destino, el azar y la injusticia social. La narración atrapa desde la primera página, generando intriga y necesidad de descubrir las motivaciones que le llevan a asesinar a un ser querido. El final es inesperado.

Algún crítico ha comparado a Bellú con autores como Tolstoi, Chejov, o Camus, destacando su originalidad y capacidad para transmitir una sensación de fatalidad y angustia vital. A inicios del siglo pasado, y sobre todo en el siglo XIX, muchos autores de renombre utilizaban recursos como ese, que se podrían asociar al melodrama, por ejemplo, en este caso: la acumulación de desgracias, ya que la vida del protagonista, Nicolás, está marcada por una serie de eventos trágicos, desde su nacimiento como hijo ilegítimo hasta que comete el crimen. También hay algo de determinismo fatalista; la novela transmite la mencionada sensación de angustia, sugiriendo que el destino de Nicolás está predeterminado por su origen y circunstancias. Esta visión enfatiza la impotencia del individuo frente a fuerzas externas insuperables.

Con su sello de su época, entornos bien descritos, la primera guerra mundial como contexto de parte de la obra, se puede afirmar que la novela ha envejecido bien. «El defensor tiene la palabra» es una novela que invita a la reflexión y al debate. La novela destaca por su estilo narrativo, la construcción de personajes y la exploración de temas universales como la identidad, el amor, la injusticia social y el destino.

El defensor tiene la palabra
Petre Bellú. Edición del año 2024
Editorial Trinca
232 páginas

El defensor tiene la palabra