Por Christian Ponce Villegas
Licenciado en Literatura
Profesor de Lenguaje
Ponencia leída por Christian Ponce en el “Seminario Microcuentos en Chile, Micromundos”, organizado por el Consejo Nacional del Libro y la Lectura, el día miércoles 06 de septiembre de 2017 en la Casa Central de la Universidad de Chile
Agradezco cordialmente la invitación del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes a participar en este seminario acerca de la microficción chilena. En mi calidad de licenciado en literatura y profesor de lenguaje y comunicación, consejero asesor de la Corporación Letras de Chile, les presentaré una serie de observaciones acerca de enseñanza del microcuento en el aula.
Ha sido sorprendente el auge a nivel nacional y continental de la lectura y producción de la microficción narrativa o microcuento. Uno de los motivos de este auge ha sido el fenómeno de inmediatez y síntesis que nos piden los medios de comunicación y las redes. En efecto, el microcuento permite compartir un contenido simbólico de manera breve y eficaz, entretenida y sugerente. Además, la emergencia del microcuento en una época localizable en los finales de la dictadura –tesis de producción histórica que puede ser un tema interesante de demostrar en otra oportunidad- responde también a la posibilidad de polisemia, de ironía, humor y sarcasmo, que ofrece el género, la posibilidad de contrabandear significaciones asequibles por un lector activo que lee entrelíneas y comparte la subversión de la literatura, arte que no dice nada, pero que nunca se calla, en palabras de Foucault.
La misma postmodernidad nos permite vincular el microcuento con el fin de los grandes discursos y la aparición de las formas micrológicas anunciadas por Lyotard, nacidas, de acuerdo con el pensamiento del profesor Manuel Jofré, en sintonía con formas tales como el video clip y el spot publicitario.
Ha colaborado también en la promoción del género iniciativas como los concursos en 100 palabras, como el conocido “Santiago en 100 palabras” de la Fundación Plagio, modalidad que se ha extendido a otras ciudades y otras instituciones. Como representante de la Corporación de Letras de Chile, asociación que reúne a escritores, profesores e intelectuales preocupados del fomento del libro y la lectura, quiero destacar una serie de eventos realizados por esta corporación en los últimos años, tales como el Congreso Internacional de Mini ficción organizado por la Universidad de Playa Ancha, Valparaíso. La Corporación Letras de Chile patrocinó dicho evento, programando lecturas paralelas de microcuentos, en la ciudad de Santiago, y recomendando escritores invitados a las lecturas y mesas redondas organizadas en dicho Congreso. Junto a ello, la página web, www.letrasdechile.cl, publicó dos festivales de microcuento para escritores consolidados y emergentes, con excelentes resultados de lectura. En esa instancia se reunió la obra de más de sesenta autores chilenos y se recopiló más de un centenar de textos. Asimismo, en el IV Congreso Internacional de Escritores por el Fomento del Libro y la Lectura, “Al sur de la palabra”, también organizado por Letras de Chile en el 2005, se trató, entre otros, el tema del microcuento en mesas redondas, charlas y lecturas, con la participación especial de la escritora argentina Luisa Valenzuela, Angélica Gorodischer, entre otros escritores invitados. Finalmente, la misma Corporación de escritores, publicó la Antología de microcuentos Con pocas palabras, en mayo de 2005, donde incluye a escritores vigentes en el género como: Diego Muñoz, Jaime Valdivieso, Pía Barros, Max Valdés, entre otros. Posteriormente, la Corporación Letras de Chile efectuó –con el patrocinio del Centro Cultural de España- dos seminarios llamados Sea Breve I y Sea breve II, en 2011 y 2013, con alto respaldo del público.
Dentro de estos esfuerzos de promoción del libro y la lectura, Letras de Chile ha emprendido con buen éxito el Proyecto Letras en el Aula, el cual tiene como objetivo vincular a estudiantes de establecimientos educativos de enseñanza media con escritores nacionales, a través de lecturas masivas, visitas al aula y talleres literarios, en los cuales la iniciación en la escritura creativa se realiza por medio del microcuento. La respuesta a estas actividades por parte de los alumnos ha sido notable. La expresión condensada de una experiencia significativa marcada por una emoción ha sido muy valiosa para el aprendizaje de los alumnos y alumnas. Gracias a estas iniciativas, y otras tantas, la narrativa breve ha cobrado relevancia en los espacios públicos. Baste eso para referirse al asunto de la promoción y vigencia del micro género narrativo en nuestro medio.
Con respecto a la naturaleza del microcuento podemos definirlo como una producción textual breve que contiene un relato de alta condensación semántica y precisa sobredeterminación expresiva. Para el profesor Manuel Jofré, el microcuento es un retorno a los orígenes de la literatura, en cuanto posibilidad de oralidad breve de fácil transmisión y, por lo mismo, haciendo un loop de miles de años, se asocia a la postmodernidad, en cuanto producto híbrido de diferentes géneros y en su economía verbal: poesía, por su alta precisión en el uso figurativo, y en el ritmo y armonía de su construcción; ensayo, puesto que presenta ideas, interpretaciones y visiones de mundo que pueden ser compartidas por lector; drama, ya que muchos microcuentos evitan la presencia de un narrador y optan por el diálogo de personajes para construir el conflicto; y, por supuesto, con la narrativa, al presentar un conjunto de acciones estructuradas.
Característico de este género es su apertura a la interpretación, a la capacidad de funcionar en diferentes contextos, formando parte de un tiempo, de una época que se revela en estas diminutas piezas. Lo micro revela lo macro. En ese sentido, el de la revelación, el microcuento presenta un carácter visual que se proyecta en la imaginación. Pequeñas construcciones descriptivas abiertas que diferencian al microcuento, junto con las otras características ya señaladas, de otras formas narrativas breves, como la fábula, la parábola, el chiste y otras.
Entrando de lleno en el plano didáctico, los invito a recuperar nuestra experiencia como profesores, referida a las ocasiones en que nuestros estudiantes nos preguntan: profesor, ¿cómo se hace para escribir un cuento? O ¿qué le parece este cuento que escribí profesor? O el comentario: “Profesor, leí este cuento y me gustó, pero no sé porque me gustó” o el pedido: “Profesor, quiero ganarme un premio en un concurso de microcuento, ¿usted me puede ayudar?”
En definitiva, hay una motivación en el ambiente escolar por el microcuento que puede ser aprovechada para desarrollar todo un programa de enseñanza de habilidades lingüísticas. En esta breve exposición presentaré algunas maneras de enseñar el microcuento en el aula y sus beneficios para el aprendizaje de los niños y niñas.
Entendemos por habilidades lingüísticas básicas, o destrezas comunicativas o competencias, a los procesos de codificación y decodificación en cuanto implican leer y escribir, hablar y escuchar. Estimo que los niveles más apropiados para trabajar con el microcuento están en la Enseñanza Media, por el desarrollo de comprensión lectora que presentan los alumnos. El Ministerio de Educación lo articula en el currículum en I° y III° año medio
En primer lugar, hablemos del escuchar, que se distingue del mero oír puesto que implica una orientación del receptor hacia la detección de la emoción base del discurso del emisor. Se trata de un acto de empatía que nos permite comprender y llegar al sentido de lo que se nos dice.
En el aula, la práctica de escuchar se desarrolla en el momento en que llevamos una selección de microcuentos y los leemos en voz alta en la clase. Los alumnos pueden evocar el contenido del relato por medio de preguntas guías como ¿Qué sucedía en el cuento? ¿Qué le pasó al personaje? ¿Cómo está organizado el relato en términos estructurales? De esto modo, conectamos inmediatamente con la habilidad de hablar y, en lo cognitivo, con la capacidad de análisis. Aquí podemos desarrollar el respeto de turnos en la conversación, el uso de la voz, la modulación y la articulación, y el uso del registro formal.
Veamos un ejemplo:
MI INCREÍBLE PAPÁ
Premio del Público
Vivo con mi papá en un pequeño departamento de Portugal con Avenida Matta. Trabaja todo el día y llega tarde a casa. Siempre anda con ojeras, pero sonríe cada vez que me ve. Me mete a la cama y se queda a mi lado contándome cuentos hasta que me duermo. Una noche fingí dormir y me levanté para ver qué hacía. Lo descubrí poniéndose su traje especial. Una peluca y maquillaje protegían su identidad secreta y en una cartera llevaba sus aparatos y artefactos. Así, enfundado en mallas, salía todas las noches. Mi papá es un superhéroe.
Diego Guzmán, 21 años, Providencia
En este relato, los estudiantes distinguieron como emoción base la ingenuidad del narrador personaje, la ternura y compromiso del padre en su disposición al sacrificio y su conmovedora protección del niño; y el amor y admiración del hijo por su padre. En la conversación con los estudiantes aparecen elementos extratextuales y pragmáticos que tienen que ver con la discriminación social, la pobreza, el respeto a la diversidad y la necesidad de inclusión. En este ámbito de trabajo, logramos también articular la asignatura con los objetivos fundamentales transversales que tienen que ver con el desarrollo personal, empatía y la reflexión acerca del ser humano y su rol en la sociedad. Aquí podemos aprovechar la oportunidad de relacionar las lecturas con vivencias y experiencias previas, vinculando con la situación social en la que habitan los alumnos. En lo más específico, permite disfrutar las obras literarias, despertar el sentido crítico, reconocer el contexto cultural y enfocar incluso con los derechos humanos.
Luego de trabajar en una primera clase las habilidades de escuchar y hablar. La siguiente clase podemos dedicarla a la lectura de algunos microcuentos y ofrecerles a los alumnos que en su lectura vayan utilizando distinciones de análisis tales como: Situación inicial, Personajes, Conflicto, Crisis y Desenlace
Generalmente, los estudiantes al hacer esta tarea van descubriendo lo universal del género narrativo en cuanto a su arco estructural, que va desde el microcuento hasta los conjuntos narrativos extensos, o sagas, tan de moda en la actualidad, como “Harry Potter”, “Los juegos del hambre”, “Juego de Tronos” y otros. El gran disfrute del género se da en los alumnos, sobre todo, en los finales sorpresivos, en el cambio de perspectiva que da el desenlace.
Veamos un ejemplo:
Caída Libre
Primer Lugar
Tomó su decisión. Había pensado en ello por meses. Trazó su plan y esperó su oportunidad. Escaparía por fin de la rutina tantos años. Eligió el edificio más alto. En la hora del retorno a casa lo verían caer, justo cuando las calles arden en el gigantesco taco de las siete. Subió hasta la azotea. El viento soplaba muy fuerte. Todo era perfecto. Calculó el salto. Corrió con todas sus fuerzas y se arrojó al vacío. Mientras volaba, no paraba de reír pensando en los titulares de mañana: “Loco cruza la ciudad en alas delta”.
María Carolina Lobos, Concurso de Empresa Consorcio
El desenlace establece una reinterpretación total del relato, que juega con una posible situación trágica y luego desata el humor. Junto con el análisis estructural y el conocimiento de la forma universal de toda narrativa, los estudiantes desarrollan otras habilidades cognitivas, principalmente la inferencia. Al ser una pieza mínima, y por tanto, relativamente fácil de manipular al nivel didáctico, especialmente cuando hacemos modelamiento, las posibles inferencias se abren espontáneamente al lector en su proceso de ir construyendo sentido. En la lectura de microcuentos, los estudiantes van desarrollando su imaginación de manera lúdica y se van abriendo al interés por leer piezas literarias más amplias. El microcuento puede ser la puerta de entrada del lector al universo de la literatura.
En estos tiempos de twitter, de transmisión rápida y procesamiento veloz de mucha información simultánea, el microcuento ofrece la posibilidad de operar con interpretaciones ágiles y motivadoras en la clase. Su carácter fragmentario invita al lector a construir un diálogo, tal como nos enseñó Bajtin. Estimo que el alumno de hoy en día, postmillenial, vive en una gran ansiedad comunicativa, a raíz de las redes sociales y whatsapp y, por lo mismo, requiere del desarrollo de una habilidad de lectura de rápido procesamiento y comprensión, por lo cual el microcuento nos facilita el trabajo de dicha habilidad.
Finalmente, en la habilidad de escribir, tenemos un espacio de trabajo en el que podemos desarrollar desde el manejo operacional de los niveles más básicos de la lengua, pasando por uso de ciertas estructurales gramaticales y textuales y, también en este mismo espacio de interés, la subversión de lenguaje y el juego con modelos culturales. Notamos en el microcuento el uso de la oración breve, la elipsis, los saltos, los juegos dialógicos intertextuales y extratextuales.
Veamos un ejemplo, ya clásico:
La bella durmiente del bosque y el príncipe
Marco Denevi
La Bella Durmiente cierra los ojos, pero no duerme. Está esperando al príncipe. Y cuando lo oye acercarse, simula un sueño todavía más profundo. Nadie se lo ha dicho, pero ella lo sabe. Sabe que ningún príncipe pasa junto a una mujer que tenga los ojos bien abiertos.
Otro ejemplo que no puedo evitar compartir con ustedes es este:
Contracuento de hadas 1
Con el tiempo el príncipe ha engordado debido a la gula, el alcoholismo y la fiesta permanente. Ahora tiene una barriga gigantesca y una papada descomunal. Las piernas raquíticas apenas son capaces de sostenerlo. Hipa constantemente producto de una borrachera consuetudinaria. “Dios mío”, se dice con amargura la infanta, “ha terminado por convertirse en un sapo, igual que al inicio”. Y concluye que la historia es circular.
Diego Muñoz Valenzuela
En este contexto de trabajo, podemos invitar a los estudiantes a realizar algunas prácticas de escritura, tales como estas:
Prácticas de creatividad en el aula
1.- Crónica: Escribir un breve relato que hayas escuchado.
2.- Pastiche: Analizar y replicar un microrrelato prestigioso.
3.- Estímulo: Transformar un relato audiovisual en relato escrito
4.- Pie forzado.
5.- Sigue tú.
En síntesis, cuanto a procedimientos generales de trabajo con el microcuento, podemos sugerir:
1.- Imaginería: conectarse con la propia narrativa y la emoción, sensibilización en instancias previas a la escritura.
2.- Lecturas: Estudio del subgénero narrativo del microcuento: análisis, interpretación, comentario, distinción de rasgos textuales, intertextuales, pragmáticos y de recepción.
3.- Producción textual: uso de cuadernillos de planeación, redacción y revisión.
4.- Rúbricas de evaluación colaborativa
5.- Metacognición
Finalmente, y de manera muy puntual, con el objeto de compartir la producción de los alumnos y colaborar con su formación e integración social, podemos recomendar:
1.- Publicación de trabajos ilustrados en pasillos y diarios murales del establecimiento.
2.- Utilización de redes sociales
3.- Concursos internos y reconocimientos públicos.
4.- Producción de postales internas y externas, marcapáginas.
En conclusión, el microcuento se plantea como una pieza excelente para trabajar las habilidades lingüísticas en los estudiantes. Junto a ello, los alumnos pueden inferir desde la brevedad textual, elevar sus niveles de comprensión lectora y producir textos de manera lúdica. En lo fundamental, el proceso de enseñanza – aprendizaje de la minificción da la oportunidad a los estudiantes de plantear sus puntos de vista, ejercer la crítica y reflexionar sobre la sociedad en que vivimos.
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…