Por Jorge Etcheverry
La literatura hispano canadiense —o literaturas hispano canadienses [1]— que designa en general a la obra escrita en español en Canadá, ha contado desde sus primeros momentos con la presencia de revistas literarias.
Pero a diferencia de lo que sucede en los ámbitos hispanohablantes nacionales, no se encontrarán revistas que se dediquen únicamente a esta literatura. Muchas de las revistas incluyeron e incluyen componentes de otras culturas de Canadá, y del ámbito hispánico o mundial. En general, y no tan sólo en el ámbito canadiense, las revistas literarias son un elemento fundamental en el desenvolvimiento de agrupaciones, escuelas, tendencias y adscripciones literarias [2]. Las revistas son necesarias para la producción literaria individual y de grupo, las relaciones de estos con un público lector eventual, la plasmación de una corriente o agrupación literaria, el aspecto programático, el espacio para el diálogo o la polémica, el desarrollo individual de los autores. El aspecto geográfico, demográfico y lingüístico está presente en las revistas literarias, como en la otras manifestaciones culturales de la literatura en español producida en Canadá. Estas adquieren mayor importancia en un contexto multicultural como el del país, donde en el casi hispánico, la revista aparece como un medio de salvaguardar y desarrollar una literatura alófona en un país cuyos idiomas oficiales son el inglés y el francés y se hablan muy diversas lenguas. Sin desmedro, como se decía, de acoger elementos en otras lenguas y de otros ámbitos culturales. Esto último da fe de los diversos vínculos y negociaciones de los escritores castellanógrafos con el medio, cultura, instituciones y lenguas tanto hegemónicas como minoritarias. Todo esto en provincias que siendo parte de un mismo país tienen diferencias marcadas, sobre todo en el caso del Quebec, mayoritariamente francófono. En los diversos casos, la proporción de la parte fundamental de una literatura en Canadá escrita en español y su imbricación cultural con el medio se ve alterada y modificada localmente. En general, y pese a casos puntuales anteriores, la por así decir irrupción de la literatura hispano canadiense en el país se vincula con los exilios de los mil novecientos setenta-ochenta—por ejemplo el chileno, que crean una atmósfera que también contribuye a poner en relieve a otros elementos de la literatura hispano canadiense, debido al desarrollo de actividades culturales, entre ellas literarias, como parte integrante de la actividad de las comunidades exiladas. Esto se inscribe en un marco tradicional de los exilios, sobre todo de izquierda, y que brindó el carácter por así decir orgánico que permitió aglutinar a diversos otros autores hispano canadienses y de alguna manera contribuyó al establecimiento de su perfil.
El proceso de la literatura hispano canadiense se ve reflejado con cierto retraso en las revistas, ya que para su surgimiento se necesita de la presencia previa de actores tales como autores individuales, comunidades o sectores posiblemente interesados, objetivos, la necesidad de la revista como vehículo de encuentro y difusión, etc. . Pero las revistas contribuyen también a la conformación de esta literatura casi desde sus inicios. Por ejemplo, el carácter anfíbológico del exilio literario chileno se vio reflejado en El espíritu del valle, y los Cuadernos de la Editorial Cordillera, una editorial del exilio chileno que funcionó en Ontario entre 1979 y 1996 [3], estos últimos concebidos en sus inicios como una publicación periódica. Las primeras revistas específicamente literarias—como La botella verde, basada en Montreal, Quebec, a fines de los 1980 y comienzos de los 1990 [4], —en general fruto de los exilios de los setenta y ochenta, continuaban el espíritu, modus operandi y formato de las revistas latinoamericanas urbanas de hace un tiempo, gestionadas y producidas por escritores, con soporte material ligero y una tendencia parecida a los zines, de fácil, económica y casi inmediata producción. La revista Apostles, surgida en los últimos años y que se produce en Montreal, representa un trabajo inserto en el contexto de una inmigración hispánica en aumento y con mayores niveles de integración [5] y creemos que se concibe como un vehículo de una literatura neo canadiense aún emergente, pero ya reconocida en algunos medios, y además como una revista de corriente principal, lo que queda de manifiesto en su producción y contenido. Tres décadas antes, la ya mencionada Espíritu del valle, temprana y ambiciosa empresa de escritores y poetas de la primera ola exilada en el país— se concibió más bien como una empresa del exilio, de enlace e intercambio entre la poesía chilena exilada en Canadá, la del interior del país, la poesía latinoamericana y la poesía canadiense.
Otro caso en esta muestra es la revista Alter Vox, que se publicaba—y posiblemente se vuelva a publicar— en Ottawa, y que se inició dentro de esta suerte de tradición “chilena” en Canadá, en 1996, con un número titulado Chilean Poets, Canada Branch, que presentaba una selección de poetas chilenos en Canadá, algunos con traducciones al inglés y francés, y textos de Patrick White, ex poeta laureado de Ottawa. Así, este número inicial, dedicado al poeta chileno Jorge Tellier recientemente fallecido, se situaba en la encrucijada que la insertaba en el país originario, la solidaridad, el contexto intercultural y la escritura trasplantada [6].
La ambiciosa Mapalé, también de Otawa, revista trimestral multidisciplinaria de excelente producción, que no logró sin embargo abrirse un nicho comercial, presentó en su momento textos y artículos de escritores castellanógrafos de varias provincias y regiones de Canadá. Como es el caso de muchas revistas hispano canadienses, también doblaba como editorial y centro de actividades. Actualmente esta iniciativa se ha convertido en un portal virtual de noticias y eventos—muchos de ellos culturales—y en un gestor de actividades comunitarias y culturales, principalmente hispánicas [7].
Aparte de las revistas principalmente dedicadas a las letras hispánicas en Canadá, otra categoría la constituyen las revistas ‘canadienses’, antes en papel y ahora electrónicas, que acogían el trabajo de los autores hispano canadienses o los comentarios sobre los mismos, lo que testimonia la irremediable temprana inserción de estos autores y de esta literatura en el medio cultural canadiense. Estas publicaciones abarcan desde revistas académicas hasta revistas literarias o periódicas de diverso nivel y circuito de difusión, con presencia puntual—por ejemplo números especiales—o más o menos permanente de autores hispano canadienses. Ya desde los comienzos se pueden citar, entre otras, a la Revista Canadiense de Estudios Hispánicos, Reembou, Anthos, Canadian Forum, Now, Matrix, Indigo, Arc, Canadian Fiction Magazine, la revista de traducción literaria Ellipse, entre otras. Este fenómeno más patente el Quebec, donde destacaron las revistas Ruptures y Viceversa, la primera una ambiciosa empresa multilingüe que versaba primordialmente sobre la literatura de las Américas y la segunda una publicación intercultural y humanista/multidisciplinaria de ‘corriente principal’ con distribución internacional. Muchas de estas revistas gozaron y gozan de financiamiento institucional a diversos niveles y/o son publicaciones del ámbito académico, como Ellipse y la Revista Canadiense de Estudios Hispánicos. Por ejemplo, la revista Posibilitiis, de Ottawa, se enmarcaba en el multiculturalismo/multiculturalidad y buscaba la diversidad, lo que se reflejó en su contenido y consejo de redacción. Publicó un número dedicado a la literatura hispano canadiense. La publicación de esta revista estaba inserta en un entorno del multiculturalismo, definido por políticas que intentaban encauzar o canalizar la realidad multicultural del mosaico canadiense [8].
Como en otras instancias, antologías, libros personales y eventos, la adscripción fluida y múltiple [9] que caracteriza a los autores y literatura hispano canadiense se ha manifestado también en las revistas, incluyendo en las últimas décadas a las electrónicas.
Si bien no hay revistas electrónicas dedicadas específicamente a la literatura hispano canadiense—por otro lado ella misma en proceso de definición debido a sus múltiples actores, públicos y adscripciones—no faltan los medios electrónicos periódicos que le dan acogida. Actualmente, el más específico, por así decir, sería la versión electrónica de Apostles, que sin embargo no está a disposición del público en general, pero que presenta los números completos accesibles mediante una clave. Esto puede deberse al reconocimiento de que, después de todo, la literatura es un quehacer restringido a un público interesado. A pesar de su difusión en teoría casi universal, según la percepción del público, la revista virtual no es equivalente a la impresa: el acceso puede ser mucho más amplio, pero la comercialización, el prestigio, el status y la autoridad de la revista en papel se mantienen, sobre todo en un contexto de la búsqueda de institucionalización y reconocimiento, componente importante de la negociación de un espacio social y cultural en Canadá para la escritura, cultura y comunidades hispano canadienses.
En las revistas virtuales se encontrarán textos o entrevistas a autores y notas de lectura, anuncios de eventos junto a material proveniente de otras fuentes y otros contextos geográficos. Qantati, de Ottawa, publica principalmente material hispano canadiense, pero da amplia cabida a textos sobre todo de Sudamérica. El portal Poetas Antiimperialistas de América aloja a revistas literarias, en su mayoría de Chile, que además de a textos literarios y críticos, dan cabida a notas con otros contenidos y a la ideología progresista. La presencia de textos hispano canadienses en otras revistas electrónicas que no son específicamente literarias, dependerá de la orientación de la publicación, muchas veces centrada en otros focos de contenido, entre los cuales la literatura es solo un elemento, destacando las publicaciones electrónicas centradas en la problemática político social. Dado el carácter ubicuo de la revista virtual, diversas revistas no basadas en Canadá, como Isla Negra, Letras 5, Letralia, Cuadernos del Sur, Oriflama, Con-fabulación y otras, darán espacio ocasional a autores hispano canadienses, ya que la adquisición o envío de textos son prácticamente instantáneos y la distancia física es irrelevante.
Entre las revistas canadienses cabe destacar a Diálogos, que enmarca textos de y sobre autores hispano canadienses en una revista primordialmente dedicada al intercambio/traducción entre los idiomas oficiales de Canadá, principalmente el inglés ya que se basa en Ontario, y el idioma y la cultura hispana, en un entorno de creciente interés e intercambio entre instancias económicas y culturales entre Canadá y América Latina. Esta revista ofrece la posibilidad al lector de escoger entre versiones de la revista en español e inglés, y ofrece en general los textos literarios en excelente traducción al inglés. Cañasanta, básicamente dedicada a la cultura cubana y el acontecer torontiano, admite de vez en cuando textos, eventos y comentarios referentes a la literatura y cultura hispano canadiense, especialmente local. Quizás la instancia virtual de mayor envergadura sea el portal ya mencionado Poetas Antiimperialistas de América, junto a cuyas revistas virtuales enmarcadas en el antiimperialismo incorpora a autores anglófonos del Quebec y presenta una variedad de libros electrónicos, en su mayoría de poetas chilenos en Chile, pero algunos chilenos canadienses [10]. La ya mencionada revista Qantati, de Ottawa, le da gran espacio a la literatura hispano canadiense y también cuenta a su haber con una colección de libros electrónicos de y sobre estos autores, y parece comprometida con el futuro electrónico de la literatura [11].
En general, creemos que esta especie de tipología somera de revistas hispano canadienses, más bien una muestra, puede describir y quizás describa los tipos de publicaciones periódicas hispano canadienses, o que comparten su espacio o gestión con autores/gestores culturales hispano canadienses. Además, los autores y eventos relacionados con esta literatura están presentes en toda una gama de periódicos u otras publicaciones, en papel o virtuales, o ambas. Aparte de las publicaciones propiamente literarias o culturales, muchas publicaciones periódicas locales en cada caso dan lugar a estos textos y autores, como ha sido el caso del Eco Latino, El Mensajero, El Popular, y muchas otras, que como en el caso de las revistas académicas, reflejan la incidencia, creciente y variable, de la población hispanoparlante en general.
Por lo común, las revistas culturales y literarias hispano canadienses han carecido de una estrategia precisa de financiamiento y comercialización—lo que en gran medida repercute en su distribución y difusión—.Así, Alter Vox publicaba según las posibilidades de financiamiento que fueran apareciendo: anuncios comerciales ocasionales, aportes de contribuyentes o institucionales y cuotas de inscripción de participantes en los congresos que organizaba el Taller Cultural El Dorado, ya que ambas empresas eran conexas. La botella Verde mostraba básicamente algunos anuncios comerciales. Distinto es el caso de Apostles, más reciente, que pareciera haber delimitado su público como básicamente restringido a autores y un segmento de interesados en la literatura y la cultura y que ha adoptado una estrategia de financiamiento sistemática, acorde y accesible, en que los contribuyentes literarios que selecciona el consejo editorial compran anticipadamente ejemplares de la revista según el espacio que ocupen sus textos. Esto asegura la continua existencia y periodicidad de la revista. También participa no tan sólo en lanzamientos de los números de la revista, sino en diversas actividades de promoción de la literatura hispano canadiense, desempeñándose como jurado para cuentos de contenido canadiense en el ya tradicional concurso de cuentos anual para autores hispano canadienses Nuestra Palabra, que dirige el narrador peruano residente en Toronto Guillermo Rose, así como la organización de sesiones en el festival literario montrealés, Metropolis Bleu.
Creemos que las estrategias de financiamiento, comercialización y difusión se corresponden de alguna manera con la concepción de las revistas que tienen sus realizadores, a su percepción del entorno en que se producen, a su concepción de la literatura y su auto percepción como escritores/gestores culturales. Estas estrategias también toman (o dejan de tomar) en consideración la recepción posible de la revista y el financiamiento institucional, comunitario o privado. En el caso de las revistas hispano canadienses, estos últimos factores no parecen haber sido objeto de una estrategia sostenida de parte de los editores. Las revistas basadas en medios universitarios estudiantiles, principalmente en departamentos de español, como Tinta y Papel de la Universidad de Concordia en Montreal, que si bien cuentan con cierto apoyo institucional, en general cambian o desaparecen según las promociones de estudiantes y su grupo foco es básicamente el estudiantado de los departamentos de enseñanza del español. La revista Canuvian, de Toronto, dirigida básicamente a la comunidad peruana, se financiaba mediante publicidad y un precio modesto. La Botella Verde, ya mencionada, aparecía implícitamente como una revista literaria de y para un grupo nuclear de interesados, sin plantearse o preocuparse de la llegada al público amplio, pero que parece haber tenido cierto intercambio con Chile. Se financiaba aparentemente mediante anuncios comerciales y como Alter Vox, parecía carecer de un estimado sobre un posible público lector más allá del círculo de autores e interesados. Esta última se planteaba a veces el registro de eventos organizados por El Dorado y mostraba una conexión especial con Chile. Mapalé tenía la intención de llegar al público canadiense anglo y francófono, incluyendo al latinoamericano, con un formato de revista cultural convencional muy bien producida con contenido multilingüe y multidisciplinario. Como en el caso de Alter Vox y La Botella Verde, esta revista ejercía paralelamente funciones editoriales, en que los gestores, además del activismo cultural abordaban la publicación de libros. Esto se mantiene como constante en las revistas y publicaciones periódicas en soporte de papel o electrónicas surgidas en Canadá bajo égidas de autores de origen hispánico. Así el portal de los Poetas Antiimperialistas de América ha publicado una serie de libros en papel, además de los virtuales, entre ellos algunos de autores hispano canadienses, Letras sueltas, basada en London, bastante mutable, ha publicado al menos un libro, Qantati, además de libros electrónicos, está involucrada en la edición de libros de literatura infantil, bajo Qantati Junior.
Esta pluralidad de tareas es una constante casi universal en las revistas/editoriales/actividades de promoción cultural hispano canadienses. Pero no nos parece ser un fenómeno tan corriente en las literaturas por así decir constituidas, que nacen, se desarrollan y se establecen en su ámbito geográfico, cultural y lingüístico natural, en que los autores son—o tratan de ser—profesionales que pueden recurrir a agentes o editores, y no siempre sienten la necesidad de organizar eventos y crear editoriales, salvo en momentos de creaciones de escuelas, surgimientos de tendencias, etc. Esto es más habitual en las editoriales y círculos literarios emergentes o alternativos, situación que podría decirse describe a las instancias de la literatura hispano canadiense, no por sus contenidos—raramente alternativos o vanguardistas— sino por su posición al interior del mercado y la institución literaria, que la confinan en tanto literatura “étnica” a ser una literatura de “menor difusión”, según el término acuñado por Milan V. Dimić [12].
Otros ejemplos de esta pluralidad de funciones lo ofrecen la ya mencionada revista electrónica Diálogos, que gestiona el traductor y escritor Martin Boyd y que publica libros bilingües y gestiona actividades y la editorial La Enana Blanca, que dirige el poeta, académico y traductor Hugh Hazelton, que coordina actividades culturales en Montreal. Pero por otro lado, el fenómeno de la editorial pequeña que se inserta en una actividad de gestión cultural y se proyecta en revistas parece ser una constante en el surgimiento de la institución literaria, más aún cuando se da en el marco de una literatura de menor difusión.
La presencia migrante hispanófona en el país ha ido cambiando tanto cuantitativa como cualitativamente. El número y peso de los exilados—que consideran en general la vida en el país anfitrión como proceso transitorio—se ha visto reducido respecto a la población inmigrante—con un foco más centrado en el nuevo país de residencia. También han aumentado los intercambios estudiantiles con países de habla hispana, la población estudiantil de procedencia en países hispánicos y el interés general por la lengua castellana. Existiría un elemento de ‘clase media’, producto de nuevas tendencias de la inmigración. El interés y la conexión canadiense con América Latina también se han incrementado, pese a las oscilaciones políticas en ambos ámbitos que han caracterizado a la última década. La participación y el apoyo de las diferentes instancias diplomáticas latinoamericanas a actividades culturales hispano canadienses, por ejemplo, se ha incrementado en la mayoría de los casos y en ciertos medios académicos y de investigación existe interés en la relación con América Latina, bajo formas hemisféricas u otras. Pero eso no ha cambiado el lugar de “literatura de menor difusión” de los productos literarios en español en el país. Las exigencias para la inserción de esta literatura en un esquema de distribución más amplio están determinadas por requisitos de periodicidad y calificación para subvenciones y contenido, sobre todo respecto a los idiomas oficiales y la adscripción a estructuras institucionales, como la universidad. El reemplazo de la población hispanohablante proveniente de América Latina de comunidades exiladas a inmigrantes trajo consigo una disminución proporcional tanto de escritores y agentes culturales como de público para la literatura y las artes, ya que en general los exilios comportan una parte importante de las elites y la persona politizada, sobre todo si es de izquierda—como era la mayoría de los exilados latinoamericanos de los 1870 y 1980,— tiende a tener mayor interés en la cultura que el inmigrante per se, muchas veces por motivaciones ideológicas. Roque Dalton y Pablo Neruda son figuras emblemáticas para las izquierdas de sus países.
Respecto a la inserción de la literatura hispano canadiense en la sociedad anfitriona, esta se verá determinada por las demandas (o necesidades) de la misma, las exigencias temáticas de interés para el público canadiense (por ejemplo la aculturación, la identidad, la confrontación/comparación entre el ámbito original y el nuevo). Entonces, las revistas hispano canadienses mostrarán en sus contenidos esas determinaciones en la medida que pretendan acceder a la literatura mainstream. También están las determinaciones por así decir estilísticas: las revistas que se plantean como alternativas o puramente literarias en el ámbito hispánico per se permitirán por ejemplo una mayor presencia de textos más sofisticados y experimentales, sobre todo en la medida en que pueden contar con conexiones con el ámbito hispanohablante mundial, casa fácil en la era de las TIC. Aquellas revistas en cierta medida destinadas a públicos anglo o francófonos con conocimientos de español o que lo hablan como segunda o tercera lengua, tenderán a contenidos y formas más simples e identificables, propicios a la enseñanza, práctica y lectura de un idioma. Son muchas las posibles variedades entre ambos extremos. Por otro lado, para el autor que no sea exilado o no esté vinculado a su literatura original, el tema de la identidad será muy importante y rara vez tenderá al experimentalismo, ya que las formas literarias establecidas ofrecen el arraigo de su aceptación, institucionalidad y universalidad. Son más estables y establecidas y el adscribirse a ellas proporciona cierta solidez en un entorno en que la identidad, también la cultural, es problemática e inestable. El tema del compromiso político, la denuncia en sus variadas manifestaciones y vehiculizado principalmente por la poesía, género por así decir más inmediato, despierta también un relativo interés en el país, sobre todo en sectores afines, y es una vertiente de la literatura hispano canadiense presente desde sus inicios y manifiesta en publicaciones como Sur, en Montreal y actualmente por Poetas.com. Pero para llegar a convertirse definitivamente en autor canadiense, de alguna manera el autor hispano tiene que dejar—al menos por ahora—de ser hispano, para pasar a escribir en inglés o francés. Pero el aumento de la presencia del español y el interés por el mundo hispánico en Canadá puede que le permita una cierta anfibología, que la presencia fluctuante, flexible y variada de la revista literaria podría facilitar.
NOTAS
[1] Abundan las compilaciones y notas de la literatura chilena, desde Literatura chilena en Canadá de Naín Nómez, 1982, Cordillera (Ottawa) y más recientemente la argentina, que forma parte de Other Latitudes: Argentinian Voices Around the 49th Parallel, Anthology of Contemporary Writers, 2013, compilada por Margarita Feliciano y publicada en Antares (Toronto).
[2] “Una literatura no nace de repente. El corpus de obras que se muestran en la institución literaria en el nivel que sea no empiezan a existir de repente. En el nacimiento de las tendencias, escuelas y agrupaciones literarias, y de manera especial en las literaturas germinales, trasplantadas y emergentes, antes de esa presencia que se percibe como nueva, y subyacente a ella, se produce una ebullición de proyectos personales o colectivos, intercambios de textos en diversas etapas de elaboración, se hacen ensayos en diversas direcciones, hay polémicas, acuerdos y rechazos, adscripciones diversas, esbozos, etc. Esto se da con espontaneidad variada en actividades como talleres, grupos de lectura, reuniones de café, múltiples conversaciones regadas o no, que se concretizan entre otras cosas en revistas producidas con diferentes medios de producción y difusión y con un público aleatorio. Las lecturas públicas o semiprivadas, orientadas según variados motivos culturales, ideológicos, lingüísticos y de periodicidad fluctuante, son una continuación o plasmación de la conversación de café o del taller o el mitin político o comunitario, y son el tejido primario de esa literatura que luego, concretada en libro, se proclamará como un conjunto de textos sancionado y cribado por las determinaciones del sistema cultural y político de que se trate. Las revistas se incluyen entre estos productos culturales y parecen recorrer y registrar esta trayectoria, surgen en las etapas experimentales o de formación de las tendencias o agrupaciones literarias o culturales y las acompañan hasta sus manifestaciones más por así decir institucionales y quizás en sus estertores finales”. Inicio de Ojeada preliminar sobre revistas hispanocanadienses, Jorge Etcheverry, Artículo publicado originalmente en “The Apostles Review”, de Montreal, en su número 10, 30 de Septiembre de 2012.
[3] “Casi al mismo tiempo, y con medios muy modestos, Cordillera produjo dos cuadernos, que iniciaban lo que hubiera debido ser una serie: un cuaderno de ensayo y uno de poesía. El Primer cuaderno de poesía chilena, publicado en Ottawa en 1980, era el primero: “Nacidos como material de apoyo para recitales que tienen una finalidad de asistencia material y difusión de la cultura chilena…pretenden convertirse en pequeños sumarios de lo más representativo y selecto de la cultura chilena escrita, tanto en el interior como en el exterior”. Compilado por Gonzalo Millán, Jorge Etcheverry y Leandro Urbina, con ilustraciones mías y portada de René Castro, el cuaderno tenía una meta que se perfilaba entonces y que sigue estando presente en la literatura y cultura chilenas en Canadá “Con esta iniciativa se pretende además contribuir a la unificación de la producción literaria e intelectual del interior y el exterior”. La publicación se divide en dos partes; “De allá” y “de acá”. De allá figuraban Claudio Bertoni, Claudio Betsalel, Teresa Calderón, Juan Cámeron, José Cuevas, Ricarlo Larraín, Carlos Mellado, José María Memet, Roberto Merino, Manuel Silvacevedo, David Turkeltaub, Raúl Zurita. De acá éramos el que habla, Gonzalo Millán, y Naín Nómez”,de La aventura de Cordillera, en. Boreal – Primer encuentro de literatura chilena en Canadá, Ottawa, Alter Vox, 2002, Verbum Veritas, Split/Quotation – La cita trunca
[4] Por ejemplo su número 3, de octubre de 1990, además de autores hispano canadienses, incluye trabajos de Nicanor Parra, Diego Maqueira y Ennio Moltedo, de Chile, Elda Boldrini, de Argentina. Marjorie Agosín, chilena en EEUU, en un número que está dedicado al Premio Nobel de Octavio Paz.
[5] “Latin Americans are some of the most recent cultural groups to arrive in Canada. However the number of people reporting Latin American origins has grown quickly. Between 1996 and 2001 the number of Latin Americans in Canada increased 32%, while the overall population grew by 4% during the same period. According to Statistics Canada there were almost 250 000 Latin Americans in Canada in 2001, and by 2006 their numbers had grown to over 527 000. The growth of this segment of the population is due to immigration; the majority of people of Latin American origins report being born outside Canada. Reasons for immigrating include Canada’s better economic opportunities and politics or civil war and political repression in their native countries, as in the case of Cubans fleeing from the Fidel Castro revolution, Chileans escaping from Augusto Pinochet’s rule, Salvadorans fleeing from the Salvadoran Civil War and Peruvians escaping from the Juan Velasco Alvarado dictatorship and from the July 1979 constitution’s compulsory voting requirement. – See more at http://www.saultcareercentre.ca/latin-culture/ .Respecto a la incidencia en el desarrollo de la literatura hispanocanadiense en http://dialogos.ca/2008/10/overview-culture-in-spanish-canada/ y en Latinocanada: A Critical Study of Ten Latin American Writers of Canada, de Hugh HazeltonMcGill-Queen’s Universiyu Press, 2007, especialmente la introducción y notas, en http://books.google.ca/books, además de las introducciones a los autores.
[6] Como las otras revistas hispano canadienses que conozco (puede haber otras, pero esta muestra puede servir a manera de ejemplo) los gestores de Alter Vox son a su vez escritores, editores y activistas culturales, que en esta calidad organizaron Boreal – Primer Encuentro de Literatura en Canadá, a comienzos del 2002 y Boreal III- Literatura Hispánica y el Mosaico Canadiense, en 2005. Los textos de ambos encuentros se publicaron en números de la revista.
[7] Su número 6, de impresionante aspecto materia edición en inglés y español, contaba con artículos de crítica literaria, pintura, música, y cine latinoamericano, una entrevista a la destacada poetisa cubana Nancy Morejón, además de textos hispano canadienses de diversa factura. La revista enumera sus campos de interés: artes plásticas, cine, viajes, danza, literatura, fotografía, teatro, poesía, diseño, humor, folclor, música, cultura, cuentos, historia, arquitectura, gastronomía.
[8] En su volumen 2, N. 1, se publicó un Special Latino-Canadian Issue, bilingüe, incluyendo una nota de Aquelarre, importante revista interdisciplinaria básicamente feminista, que en ese momento y según su editora, Carmen Rodríguez, escritora chilena residente en Vancouver, era: “…to the best of our knowledge, it’s the only bilingual Latin American women’s periodical in the world” (p,54).
[9] Ver Jorge Etcheverry (Canada): “El escritor latino, una persona difícil”, leído en Dislocación
Writting Exile/Migrancy/Nomadism/Border CrossingExilio/Migración/Nomadismo/fronteras
Exil/Migration/Nomadisme/Frontières
Concordia University
May5-7, 2005, versión electrónica en el-escritor-latino-una-persona-dificil
[10] Los libros electrónicos de Poetas.com se pueden encontrar aquí http://poetas.com/ y aquí http://cd-poesia.com/
[11] Los libros electrónicos de Qantati están accesibles en: http://www.revistaqantati.com/?page_id=1593
[12] http://ejournals.library.ualberta.ca/index.php/crcl/article/view/2917
*
Jorge Etecheverry
Nacido en Chile y vive en Canadá desde 1975 donde trabaja como traductor. Es poeta, prosista y crítico. Cronipoemas, su sexto libro de poemas fue publicado en Canadá en 2010. En 1993 apareció su novela De chácharas y largavistas. Su antología de narradores chilenos en Canadá, Northern Cronopios, también fue publicada en 1993. Ha publicado prosa, poesía y crítica en Chile, Canadá, México, Cuba, Estados Unidos y otros países. Escritos suyos aparecen en antologías como Cien microcuentos chilenos, Armando Epple, Chile, 2002; Los poetas y el general, Eva Goldschmidt, Chile, 2002; Anaconda, Antología di Poeti Americani, Elías Letelier, Canadá, 2003; Latinocanadá, Hugh Hazelton, 2008 y The Changing Faces of Chilean Poetry. A Translation of Avant Garde, Women’s, and Protest Poetry, Sandra E.Aravena de Herron, USA., 2008. Es embajador en Canadá de Poetas del Mundo. Su antología Chilean Poets: A New Anthology fue publicada por Marick Press, USA, 2011. Recientemente fue antologado en la Antología de poesía chilena I. La generación de los 60 o la dolorosa diáspora, de Teresa Calderón, Lila Calderón y Tomás Harris, 2012 y en Alquimia de la tierra, de Santiago Aguaded Landero, Dante Medina y Sarah Schbabel, España, 2013.
***
En: Crítica.cl
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…