Por Eduardo Contreras Villablanca / Letras de Chile
“Algo habrán hecho. Medio siglo después”, es una reedición, corregida y aumentada con cuatro nuevos textos, del libro “Algo habrán hecho”, publicado por Rodrigo Barra en el año 2018. A través de sus relatos, el autor nos invita a recorrer y revivir el golpe de estado y sus secuelas, algo necesario y oportuno en este año en que se conmemoran cinco décadas desde que se consumara la sedición, ese día martes de 1973.
El libro se inicia precisamente con un relato que muestra las vivencias en las calles de una pareja, Esperanza y Marcelo, que viven relativamente cerca de La Moneda. Si bien de regreso de sus trabajos logran llegar con vida a su casa, sufren experiencias ese día que marcan sus vidas y su relación para siempre.
No es la idea comentar cada uno de los veinte y tres relatos, pero creo importante destacar algunos de los protagonistas e historias de la obra. Se nos presenta a un misógino Jaime Guzmán, embarcado en su cruzada contra el socialismo, por la vía de legar una ideología a la Junta Militar, y una Constitución que restrinja los caminos alternativos para la evolución del país. Lo anterior mientras lo acosan sus sueños de amor con Jorge Alessandri, el ex presidente que al ser dejado en el camino (por discrepar en algunos aspectos con los militares), es evocado por el profesor de la Universidad Católica como Patroclo caído al lado de Aquiles.
En “Doctor Tormento”, se revive el secuestro y, las torturas a Carlos Contreras Maluje, militante de las Juventudes Comunistas. También se recrea su fallido intento de escapar del Comando Conjunto que lo había detenido, fingiendo un contacto con un compañero. Finalmente se narra su asesinato en Cuesta Barriga.
En otros relatos se nos presenta a Oswald, un médico, que fuera dirigente estudiantil del gremialismo en la época de la dictadura, luego involucrado en violaciones a los derechos humanos. Si bien en estas historias hay un sutil cambio de nombre, sin duda el personaje guarda gran similitud con un médico de la siniestra DINA que participó en el asesinato de otro agente de ese órgano represivo.
Se narran también, en clave de ficción, hechos históricos como el del 30 de marzo de 1980, cuando un comando del MIR robó la bandera de seda sobre la cual se juró la independencia de Chile en 1818, y la mantuvo oculta por veintitrés años. En otro de los relatos se nos presenta a Gustavo Leigh, ya como ex general, dedicado al cultivo de rosas en su casa, después del atentado en el que perdiera un ojo, cuestionándose algunas decisiones tomadas mientras fue miembro de la Junta.
Personajes como el cura Hasbún también son retratados con todo su fanatismo, se nos presenta al hombre de la sotana muy condescendiente y amistoso con el criminal Álvaro Corbalán, quien aparece en varios de los relatos, mostrando el rostro más cruel del régimen. Entre los personajes adictos al dictador y sus secuaces, figuran también Los Huasos Quincheros. En las antípodas de esa realidad, en el relato “Una película romántica”, se muestran los inicios del grupo Los Prisioneros.
Álvaro Corbalán es también uno de los protagonistas de “Dos tipos lo buscan”, una historia que hace un guiño al clásico “Los asesinos” de Ernest Hemingway, en el que en esta ocasión en lugar de mafiosos tenemos a los “agentes de seguridad” de la dictadura, y a quien quieren capturar es al actor y militante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, Sergio Buschmann.
En la galería de atrocidades no podía faltar Paul Schäfer, y el surgimiento de Colonia Dignidad, así como el uso de ese recinto por los partidarios del régimen, tanto para retiros de adoctrinamiento como para actividades represivas.
En “Algo habrán hecho”, el relato que da nombre al libro, se presenta el entorno de las primeras protestas, y el llamado “Caso quemados”, en que una patrulla militar quema vivos a Rodrigo Rojas de Negri y a Carmen Gloria Quintana, lo que provoca la muerte de Rodrigo. En ese contexto se desarrolla una historia que vivieron muchas familias chilenas, antes y después del golpe de estado de 1973, los hijos que toman un camino político distinto al de sus padres, es el caso de Ignacio, que decide entrar a militar al Partido Comunista.
A medida que se avanza en la obra, las historias se van entrelazando, a modo de ejemplo: Jaime Guzmán vuelve a aparecer en “La pena de Jaime”, un relato en que un personaje llamado Hamlet, dialoga con su hijo Fortimbrás, y el tema de la conversación es Guzmán, salen a colación las declaraciones del gremialista a favor de la pena de muerte, justificando su posición en el efecto de rehabilitación que aquello podría generar en las personas al convertirlas (se deduce que la fe cristiana). En el cuento “El pase”, también vemos el cruce de historias, descubrimos que la vida trágica que se relata, es la de Maykel, a quien ya conocíamos como personaje de “Dos tipos lo buscan”.
El recurso de entretejer las historias funciona, y va creando una atmósfera de violencia, a veces contenida y a veces explícita, que resulta muy apropiada para los temas que se narran. En resumen, la obra es un mosaico de voces y experiencias entrelazadas, veintitrés relatos que revelan la dolorosa y compleja realidad de la dictadura de Pinochet, explorando diferentes aspectos y perspectivas de esa época oscura, que dejó huellas imborrables en la historia de nuestro país: un legado de injusticias que perduran hasta este año de conmemoración, y que lamentablemente se ve muy difícil de superar, toda vez que el voto popular ha erigido como principal fuerza política de Chile, al partido que declara que no es necesario modificar el legado de ese período.
Algo habrán hecho. Medio siglo después.
Rodrigo Barra.
Editorial Zuramérica, 2022
301 páginas
Es asombroso descubrir cómo se articulan las ideas y pasiones en torno a la poesía habiendo tanta distancia geográfica -nunca…