I
negro fue el momento de la noticia:
tu muerte, sin palabra
negro, fue negro
me fue imposible hablar
balbucear no, no fue dada palabra
imposible el instante
negro el instante mismo
recién ahora
recién ahora letras salen casi:
va
vas
viniendo
para
abajo
entera
II
fue un día ardiente y blanco:
negro, como el de los ojos cerrados
frío, pero brillante como el bronce
pues ya no hay sol, ya no hay sol en el día
los colores se van como los pájaros
sobrepasaste todas las fronteras
a tus pies quedaron todos los muros
así fuiste: final y solitaria
en todo diferente de un recuerdo:
rompiéndote los huesos con los huesos
III
yo no tengo certidumbre de dios
no quiero ir a la iglesia
pero el alma se sale: por la boca
y por las manos
quedan marcas del nombre que te dieron
en las olas del pecho
ni las olas se van
del mar, del pecho: no se van jamás
¡y tal es el dolor!
¡pues todo! todo se queda acá adentro:
el misterio con su sombra violácea
el hondo entusiasmo por la tristeza
el negro y mortal vértigo
yo no tengo no quiero
pero como las lágrimas
que me lloran a mí:
¡el alma se me sale!
IV
de a poco saliéndote de la vida
de la tierra, del aire
sin reconocer: tamaños, figuras
sin poder escuchar tus propios gritos
encontrando murallas donde luces
a tientas abrazas lo que no está
o chocas con lo que ya no percibes
de a poco saliéndote de la vida
como si el cuerpo:
¡te hubiera crecido de golpe, rápido!
sin que te dieras cuenta
en tu día el sol quiere salir negro
golpeándote, doliéndote
estrellándote con lo detenido
antes, antes: cuando aún caminabas
V
por los cielos de junio: la bandada
emigra con su forma de be corta
como si fuese: a escribir tu nombre
pero apenas es la primera letra
entre las nubes del cinco de junio
VI
¡tan vertiginosa tan tempestad!
que está el aire quieto desde que faltas
faltas tú, la enamorada de lenguas
están noche los días
están luto las noches:
parece no llegar la madrugada
también mi llanto es negro:
por las noches en vela
que me paso pensándote
y aunque amanece: todo sigue negro
leche negra del alba
y en silencio doy cuerda a mi tristeza
día tras día
VII
puente casi hacia el aire:
hilo negro a través del firmamento
coronaste las fechas
en el fin de la vida
al que nos llevas al marcharte tú
algo profundo de nosotros mismos:
¡te lo has llevado!
en el fin de la vida
que nos obligas a observar de frente:
vastas arenas húmedas
como si el mar se hubiera retirado
dando imagen a la confusa niebla
vapor en que los nombres
indican a otras cosas:
amor es la locura
no es posible otra casa:
casa casi del aire
VIII
sombra rota y entera
te has alejado del todo, de todo
¿cómo podría hablarte?
bajé a bañarme en un sitio mortal
a las costas de tu nacimiento
que son las mías
mirándome en silencio, devastadas
sin poder saber cómo:
¿cómo podría hablarte?
instauras, negras, tus olas quebradas
llevas rotas las alas
ya no sabes qué es el amarillo
tu sombra se ha descosido del mundo
te sales de ti misma
te desplumas, te sales
hacia arriba hacia abajo
no respiras y tienes:
este descanso infértil
como
IX
dirigida a la tierra
cuando correspondidos:
la ternura y el vértigo
horas segundos: cuando por vez última
las luces de tu lámpara
alcanzaron tus córneas
luego todo fue negro
¿y qué restará para tu fantasma
si informe como el bosque por la tala
si irreconocible ante los espejos
si parecida al humo del cigarro
y al viento entre tu pelo?
asciendes: al sueño voraz del símbolo
X
caes: por tu propia mano te caes
azulada oscureces hasta lo negro
dejas de escribir lágrimas
pero te curvas al igual que velas
sometidas al viento
y dentro tuyo nace el torbellino
te entregas al aire, mudas la piel
cauterizas las cicatrices pero:
tornas en gemido, te despedazas
XI
no, no se puede, no se puede hablar
no supe tejer lazos:
te esperaba con soles
tú turbabas mi voz
mientras remabas inútiles aguas
muy lejos: detrás de la lejanía
ibas en busca de tu propia sombra
por caminos violetas
que también he querido recorrer
XII
hay gritos en las manos que te piensan
sucedemos tristeza
nos volvemos de angustia
una zona negra ocupa tu nombre:
el día es laberinto
el corazón hipérbole
y en guerra modula sus sinsabores
ya no estás conocida:
eres errata, no estás conocida
mácula que eres tú misma, tus sangres
su iletrada escritura
que alimenta mi llanto
lo ennegrece, silencia
el silencio es una página en negro
Felipe Eugenio Poblete Rivera (15 de Agosto 1986, Viña del Mar). Publicó «negro» (Ediciones Altazor, 2013). Poemas suyos aparecen en las antologías «Tres Puntos» (Instituto de Arte PUCV, 2008), «Archipiélago» (La Trastienda, 2013), «Entrada En Materia» (Ediciones Altazor, 2013) y «Para Ni Roncar» (Balmaceda Arte Joven, 2014). Participó en talleres de la Fundación Pablo Neruda en La Sebastiana (2009) y en La Chascona (2011), de Balmaceda Arte Joven (2012) y La Trastienda (2013). Es magíster en historia del arte y director del sello editorial «yogurt de pajarito». Actualmente es coorganizador del ciclo «Lecturas Mistralianas» e investigador adjunto del archivo patrimonial Ruiz-Sarmiento.
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…