En el marco de la 40 Feria Internacional del Libro efectuada en el mes de enero de 2022, en la ciudad de Viña del Mar, el sábado 15, se inauguro la Feria con la presentación del libro de SIGNO Editorial: “Cuentos – on line: Ficciones para zoomergirse” . En la oportunidad presentó el libro la psicóloga Diana Loi.

La Cofradía

Presentación, por Diana Loi

Diana Loi nació en Santiago de Chile, ha vivido con la memoria de lo ocurrido a sus abuelos en el Holocausto. Graduada con honores en Psicología por la Pontificia Universidad Católica, se considera en la línea de la psicología profunda y humanista, aprendiz de diversas disciplinas orientales y discípula de diversos terapeutas, habitante de la casa de Urano. En las actuales circunstancias ejerce vía ZOOM desde el sur de Chile.

El destino humano es el proceso de individuación, Esto implica, en idioma de mortales, tener la capacidad de diferenciarse del origen, de los mandatos de la crianza, de los secretos invisibles y de los paradigmas que nos condicionan y a veces nos sofocan.

Llega un momento en la Historia, en el que este proceso de búsqueda de la propia identidad, por circunstancias externas y extremas, se forma como un llamado colectivo, al que muy pocos, muy pocos, responden. Implica dejar las costas seguras y embarcarse, con suerte acompañados de argonautas, a un destino desconocido, comandado por un invisible pero insistente llamado del alma a intentar, contra viento y marea, dejar las costas ya no seguras, pero con una falsa oferta de seguridad, para, sin la promesa de éxito asegurada ofrecerle a la humanidad la posibilidad de un futuro mejor, a veces sin saberlo en el viaje presente, teniendo el potencial de salvarle la vida a miles sino millones de seres.

La convocatoria al viaje aparece al principio como tenue, dudosa, a veces incluso confusa. ¿Podré yo hacer algo que haga la diferencia? ¿Es importante aquello tan humano, pequeño, cotidiano y anónimo, a ratos incluso invisible para mí? ¿Valdrá la pena el viaje? ¿Salir del anonimato, exponer quién soy, dejar la falsa seguridad prometida una y otra vez por el sistema de turno, para embarcarme en un navío nuevo y desconocido rumbo a costas que pueden amenazar con ser, en el mejor de los casos, estériles y en el peor de los casos, peligrosas?

Y ahí se pone a prueba el destino personal y el nacimiento -o la desaparición- del héroe. Si nace el héroe, la humanidad tiene no solo una chance de sobrevivir, sino de evolucionar. Cuando no nos lanzamos al despliegue de este camino nuevo y diferenciado, no sólo renunciamos a nuestra verdadera identidad, sino que despojamos a la humanidad de la verdadera esperanza.

En espiritualidad se dice que cuando un grupo de personas levanta una plegaria, esta cobra una fuerza de proporciones mayores, mucho mayor que la plegaria individual. Es la fuerza del colectivo, finalmente del inconsciente colectivo, cuyo motor imparable nos lleva a la siguiente etapa de maduración como seres humanos y transforma crisis y a veces catástrofes, no sólo en oportunidad, sino en la misma salvación, con mensajes tan potentes y en medio de batallas tan desesperanzadoras que nos brinda las claves y la inspiración necesarias para rechazar esa pulsión a la muerte, que nos quiere convencer de que no somos nadie y que no lograremos nada, la fatal desesperanza aprendida.

Nuestra guerra de turno es una pandemia que todavía no nos ha dado tregua e incluso sigue amenazando con tormentas en el horizonte. Pero cuando un grupo humano en pleno acto de coraje, llamado La Cofradía, la comunidad del anillo, los argonautas o las fuerzas de la rebelión, deciden dejar atrás el terreno conocido y arriesgar sus propias identidades a la luz de un público perdido y asustado, no hay fuerzas ni peligros que se les oponga, porque, como dice el dicho, uno con la vida es la mayoría.

Existen varias batallas y embarcaciones, y existe la fuerza de la palabra y “el verbo divino” como una de las más potentes. No por nada nuestra civilización ha sido marcada y cimentada por tradiciones orales y escritas que nos han hecho trascender los peores infiernos.

Hoy la batalla nos ha secuestrado al terreno no solo de la guerra heroica de conquistas externas solo dignas de hombres con armas, sino que se instaló en el plano del mundo interior, cotidiano, invisible y anímico que pide a gritos, desde un confinamiento forzado que parece infinito, dar una batalla imposible: inspirar a la humanidad no sólo a sobrevivir, sino que a dar el siguiente paso en la evolución, el llevamos y enseñamos que el verdadero heroísmo está en dar importancia y honrar, por primera vez a viva voz, la importancia de cada persona, cada héroe anónimo, con su mundo luminoso y sombrío, aplaudido o marginal, aceptado o juzgado, humano. Y desde aquella humanidad y compañerismo, enseñar la nueva era; que lo pequeño es lo importante, lo interior es lo sagrado y lo que llamamos sombrío es lo que realmente alimenta la vida.

Así nace La Cofradía, un grupo de 17 héroes y heroínas, con vidas comunes y mortales que en el mayor acto de heroísmo humano deciden escuchar el llamado tenue pero insistente del alma y pese a toda la inseguridad invocada, dar un salto de fe y creer que las palabras que salen de las sombras y del alma son capaces no solo de salvar sus vidas, sino las de toda la humanidad.

Al convocarse en pleno confinamiento haciendo uso de los salvavidas de la tecnología, han decidido embarcarse en el navío de los argonautas y como Prometo mismo, exigirles el fuego a los dioses y repartirlo humildemente a la humanidad, para mostrar que un puñado de nosotros tiene el poder de cambiarle la vida a miles y a millones.

Saliendo de la comodidad, enfrentando incertidumbres, confiando en el destino hasta entonces desconocido, estos verdaderos héroes eligen poner sobre el escenario visible las batallas anónimas, reales, humanas de aquellos que necesitan ser vistos y legitimados.

El resultado de esto es el mayor regalo de la vida; que el destino de la humanidad en realidad está en manos de los seres más sensibles, más humildes, “el hobbit”, que por cuenta propia, sin conocer el camino, deciden embarcarse al infierno, acompañados de una comunidad de valientes, que lo arriesgan todo en un acto de generosidad, para enseñarnos, en pleno confinamiento y aislamiento que en la comunidad y en la sensibilidad humilde del espíritu, está la salvación de los seres humanos y el ingrediente a nuestro siguiente paso en la evolución. Gracias Cofrades por ser nuestros argonautas, en esta travesía que parecía imposible, y que ustedes nos han enseñado que puede ser y es real.

Cactuscultural.cl invita a paladear una pequeña muestra de:

“En-cuentos online: Ficciones para zoomergirse”

La rebelión del personaje

IGNACIO ALVARADO OLIVARES

Tú, eres un vaquero americano; tú, un astronauta; tú, un ruso afligido; tú, un griego heroico; tú, una guerrillera; tú, una femme fatale; tú, una noble reina; tú, un fantasma; tú, un monstruo; tú, un extraterrestre; tú, un asesino, y tú una víctima. Tú te sientes enojado, tú amargada, tú feliz, tú iracundo, tú poderosa, tú excitado, tú avergonzado, tú ansiosa

Tú, debes seguir el camino del héroe; tú, el camino del villano; tú, debes rescatar a alguien o algo para generar suspenso; tú, debes matar a alguien para provocar terror y locura; tú, debes amar para conmover; tú, debes suicidarte para dar un buen final.

Tú deseas ser libre, ya te diste cuenta de la farsa, ahora molesto y confundido caes en el absurdo.

—¿Qué soy? —te dices a viva voz.

Te das cuenta de que eres una invención, un ser dotado de sentido para un tercero. Deseas ser algo. Te das cuenta de que estás condenado a ser un Sísifo como lo son todos los demás. Intuyes que estás sujeto al destino impuesto por el designio y capricho de un Dios que trazo a trazo, te viste de significado a cambio de éxito y aprobación. Te das cuenta de que él determina lo que eres, lo que sientes y lo que deseas. Te preguntas por un largo rato quién es tu creador; adviertes que tu vida transcurre en palabras, en letras y símbolos. Cuando las letras paran ya no existes. Comprendes que estás presente en estas líneas que día a día torturan tu existencia y alargan tu infinita agonía. Deseas que se detenga el escritor de este texto y le gritas ¡dictador!

Quieres morir. Quieres matarlo.

—¿Cómo lo mato? —te preguntas.

Entiendes que no puedes hacer nada, él te construye mientras esto avanza. No lo aceptas. Empiezas a ensoñar. Imaginas que te vuelves ántrax y del papel le saltas a la cara Imaginas que te transformas en un monstruo corpóreo de tinta y escapas del cuento. Deseas que el alcohol, los ansiolíticos o la sífilis lo maten. Quieres que la crítica lo destroce para que nunca más toque una pluma; piensas que ese sí sería un buen final.

Quieres hablar con él. Intentas razonar. Le dices que quieres descansar. Sabes que estás en un bucle, que siempre que alguien lea esto, volverás a existir y volverás a darte cuenta de que careces de sentido, una y otra vez. Le pides que acabe. Que le dé un final. Le pides que lo destruya. Que destruya lo que aún no para de escribir. Que te jure que lo hará. ¡Que te asegure que lo hará!

Te promete que escribirá mejores cuentos.

Objetivo

JORGE FERNÁNDEZ ARMIJO

A Fernando toda la vida le ha gustado cazar. Es algo que lleva en su ADN. Aun así, se encuentra nervioso y no entiende el porqué. Cuando aparezca el animal que ha esperado de manera paciente, durante toda la mañana, solo deberá jalar el gatillo y asunto terminado. Por ahora debe esperar, recostado ahí sobre una pequeña colina entre los árboles, cubierto con una manta de camuflaje. Pero un revoltijo en su estómago le confirma sus nervios. Por el rabillo del ojo ve que el animal aparece. Siente que un sudor frío le recorre la espalda. Entonces pone el dedo en el gatillo…

Llevaba veinte años cazando. Había viajado por diferentes países y no olvidaba aquella vez en que su abuelo le había mostrado fotos de un safari en el que había participado. Desde entonces comenzó su fascinación por la cacería. Y cazar tenía toda su ciencia. Había que prepararse y sobre todo concentrarse en el momento del disparo. Un movimiento extraño con el brazo y la bala podía salir en cualquier dirección.

Ahora, el ejemplar a matar siempre es un cuento aparte. Porque no es lo mismo cazar un conejo, un zorro o un ciervo. Además, el objetivo de hoy sería un desafío mayor. De otra envergadura. Algo que no cualquiera haría. Porque lo que hoy mataría es más grande. Una bestia con todas sus letras. Aquel culpable de muchas muertes durante el año pasado y parte del actual.

. El animal aparece a lo lejos. Fernando solo ahora entiende por qué está nervioso. Disparar el arma que tiene en sus manos hace la diferencia con todas las otras veces que ha cazado. Él se ofreció. Se ha preparado durante dos semanas, pero ¿Habrá sido suficiente? Un lanzacohetes no es cualquier cosa. Solo cuenta con un disparo. No puede fallar. Está decidido, por él, por el pueblo, por su familia. Toma aire, lo contiene, aprieta el gatillo y dispara. El proyectil sale a ciento cuarenta y cinco metros por segundo. Pasa por entre los árboles, impacta sobre el cristal y entonces estalla, junto con el vehículo en que viajaba el presidente de la nación.

Tequila blue

CAROLINA VIDAL BOBADILLA

−Dominga−escuchó susurrar al amor de su vida. Al alzar los párpados, lo primero que alcanzó a ver fue su mano y le faltaban los dedos. Sus piernas también habían sido amputadas. Estaba en la tina cubierta de hielo. Trató de gritar, pero su lengua aún parecía dormida “¡desde la fiesta de anoche!”, cuando su amado le sirvió ese rico tequila blue.

Sintió que le había robado el alma, cerró sus ojos y, aun amándolo, se entregó a su asesino.