Por Eduardo Contreras Villablanca

El don, de Mai Jia es una novela que trasciende el género del espionaje para adentrarse en los territorios de la literatura psicológica y filosófica. La historia se centra en Rong Jinzhen, un niño prodigio de las matemáticas cuya infancia transcurre en la soledad y el aislamiento, marcada por una familia peculiar y una inteligencia que lo separa de quienes lo rodean. Su vida da un giro cuando es reclutado por una agencia gubernamental de la República Popular China, dedicada a la criptografía, y de pronto se ve enfrentado a desafíos intelectuales y morales que lo llevarán al límite de sus capacidades y de su cordura.

La trama se despliega en dos grandes arcos narrativos. El primero es una reconstrucción casi biográfica de la vida de Rong, y de sus ancestros, en la que Mai Jia despliega un estilo sobrio y detallista, en la que va perfilando la soledad del protagonista, bastante olvidado por su familia en su infancia (lo cría un occidental, el señor Auslander, que vive en China), mientras va evocando la atmósfera de la China rural, el entorno de la invasión de Japón y la revolución encabezada por Mao Zedong. El segundo arco se centra en el genio matemático de Rong Jinshen, su prometedora carrera académica, su posterior reclutamiento por la unidad militar secreta 701, y con eso la obsesión de Rong por descifrar un código imposible, una tarea que lo consume y lo aísla aún más del mundo exterior. La novela más que un thriller sobre el desciframiento de códigos, es un estudio profundo sobre la naturaleza del genio, la soledad y el precio que se paga por el conocimiento.

Según The Guardian, uno de los grandes aciertos de Mai Jia es la capacidad para sumergir al lector en la mente de su protagonista, permitiendo que se sienta tanto la fascinación por el enigma matemático como la angustia y el aislamiento que lo acompañan. La estructura fragmentaria de la novela, que alterna entre diferentes voces y perspectivas (alterna narración en primera persona, con cartas, entrevistas, y notas de una libreta del protagonista), contribuye a crear una sensación de misterio y de inminente revelación.

The New York Times destacó que la novela trasciende su contexto histórico y político para abordar cuestiones universales: la identidad, la obsesión, la fragilidad humana y la búsqueda de sentido. Rong Jinzhen no es solo un genio matemático, sino un ser humano vulnerable, cuya historia invita a reflexionar sobre el costo personal de la excelencia y sobre la delgada línea que separa la genialidad de la autodestrucción.

La novela plantea preguntas sobre el valor del conocimiento y el papel del individuo en un país que se ve enfrentado amenazas externas, temas que lamentablemente siguen resonando hoy, tanto para China como para otros países, en un contexto que por el momento es de guerra comercial global, con serios conflictos bélicos locales.

En definitiva, El don es una obra que combina el suspenso con una mirada compasiva y compleja sobre la condición humana. Mai Jia logra que el lector se adentre tanto en los secretos del Estado como en los del corazón y la mente de su protagonista, haciendo de esta novela una lectura memorable, profunda y universalmente relevante. Su éxito internacional se debe en gran parte a la manera en que fusiona la tradición literaria china con elementos modernos del suspenso y el análisis psicológico, ofreciendo una historia que es a la vez íntima y épica, personal y universal.

Portada: El don de Mai-Jia
Portada: El don de Mai Jia