La poeta y profesora de castellano Rosabetty Muñoz Serón (Ancud, 1960) ha recibido este premio creado en 2004. El jurado está compuesto por destacados escritores y escritoras nacionales y extranjeros y es entregado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el patrimonio.

El acta señala algunas de las razones por las cuales fue seleccionada, el que su poesía se enraíza en el contexto de vida, lo que se traduce en una “poesía situada”. En su caso, en Chiloé, en términos de naturaleza, habitantes, costumbres y también una mirada crítica al modelo impuesto, el capitalismo, en términos del daño y pérdida de un modo de vida que termina destruyendo el medioambiente y las formas de vida de grupos humanos cuyos valores se contraponen a una visión meramente economicista de la vida. También, una posición crítica desde una perspectiva de ser mujer hoy, en esta sociedad.

El premio contempla una medalla, un diploma firmado por quien encabeza el ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio y 45 millones de pesos chilenos. Incluye también la edición de una antología poética que luego es enviada a las bibliotecas públicas del país.

Algunos de sus libros son “Canto de una oveja del rebaño” (1981); “En lugar de morir” (1987); “Baile de señoritas” (1994); “La santa historia de su elevación” (1998); “Sombras en el Rosselot” (2002); “Ratada” (2005); “Polvo de huesos” (antología, 2012); “Técnicas para cegar a los peces” (2019); “Poesía en breve” (2020).

Entre los numerosos premios recibidos están el Primer Premio Concurso Universidad Austral de Chile, 1982; Premio Pablo Neruda por su obra, 2000; Premio Consejo Nacional del Libro (obra inédita, Sombras en el Rosselot). Ha sido incluida en numerosas antologías de poesía.

La Corporación Letras de Chile felicita a una gran poeta y, a modo de homenaje, incluimos el siguiente poema, de su primer y bellísimo libro “Canto de una oveja del rebaño”, que muestra su talento poético y su mirada crítica, que cruzan una extensa creación, siempre contemplando el mundo y la sociedad en que vive junto a otros seres humanos. Invitamos a leerla y a conocer a nuestros creadores de hoy y de ayer, porque somos seres de palabras.

Hay ovejas y ovejas

Las que comen de cualquier pastizal
y duermen con una sonrisa de satisfacción
en los potreros.
Las que caminan ciegamente
por los caminos acostumbrados.
Las que beben despreocupadas
en los arroyos.
Las que no trepan por pendientes peligrosas.
Esas van a dar lana abundante
en las esquilas
y serán sabrosas invitadas
en las fiestas de fin de año.
Hay también
las que tuercen las patas
buscando campos de margaritas
y se quedan horas y horas
contemplando los barrancos.
Esas balan toda la gran noche de su vida
encogidas de miedo.
Y hay, por fin,
las malas ovejas descarriadas.
Para ellas y por ellas
son las escondidas raíces
y los mejores y más deliciosos pastos.

Josefina Muñoz Valenzuela, directora de Letras de Chile