Sobre la novela negra QAP Código Interno

Por Bartolomé Leal

Texto de la presentación del escritor Bartolomé Leal de QAP Código Interno, nueva novela de César Biernay, que tuvo lugar el 3 de junio del presente año en el Museo de Carabineros, comuna de Providencia, RM.

Buenas tardes estimada concurrencia. Quisiera señalar antes que nada que este libro, como proyecto editorial, tuvo variados avatares ya que se concibió en pleno proceso de pre y post pandemia, fenómenos que tanto afectaron a la sociedad chilena y cuyas secuelas siguen acaeciendo. En lo sanitario, por supuesto, aunque también en lo social, moral y económico. De allí que producir libros, empujar por la cultura, recuperar los daños patrimoniales, ha sido arduo.

Finalmente, con empeño y con imaginación, con la participación activa de un autor tan importante como César Biernay, uno de los pilares del género policial en nuestro país, estamos no solo lanzando un libro suyo, sino que también una nueva colección del género bautizada “La Orilla Oscura”, un homenaje al “Infierno” del Dante. Ya vienen otros títulos.

Es por eso que estamos aquí todos los involucrados, la Editorial PAN y sus directivos, el autor de QAP Código Interno y quien habla, responsable de la nueva serie negra. Agradecidos por lo tanto, y sobremanera, de la acogida recibida en este bello lugar dedicado a la cultura.

Quisiera señalar que me parece que este libro es un paso adelante en la literatura de César Biernay. No en el sentido que supere a su importante obra, y me refiero en especial a la trilogía Macabros, que se ha transformado en un hito en el género policial chileno, un tanto estancado a pesar del esfuerzo de sus autores y editores. No quiero dejar de destacar mi obra predilecta en la trilogía es Macabros 3 – Crímenes de religiosos, sectas y adoradores de Satán. Uno porque se mete en temas truculentos y eso me estimula; y dos porque creo que en esos medios se incuban algunos de los delitos más espantosos del repertorio criminal.

El libro que presentamos, QAP Código Interno, sin menoscabar los anteriores, es más libre, más suelto, más canchero literariamente; sin por eso dejar de lado la impronta autoral de Biernay: el apego a la verosimilitud (una forma de respeto a la verdad y la ley) en lo que relata, que son lemas de su trabajo profesional. En la línea de los grandes autores realistas de nuestras letras, se adentra en los medios sobre lo que escribe, y les hace justicia en la descripción de sus condiciones de vida, sus idearios y el relato de sus haceres.

El libro confronta dos mundos: el carcelario y el policiaco. Y es allí, en sus encuentros y desencuentros, donde se desarrolla una trama que, como tragedia griega, conduce al cierre de una situación dramáticamente presente en el mundo actual; y por cierto en nuestro país: las cárceles como centro de operaciones de delitos, ya no convencionales o en pequeña escala, sino mayores. Entre ellos el crimen por encargo, las estafas a instituciones, el reclutamiento de cuadros delictuales… Digamos sin ambages que el desarrollo de las comunicaciones, la creciente cantidad de recursos financieros que manejan las bandas, la corrupción de funcionarios, la pervivencia de valores éticos contradictorios aunque no por eso menos anclados en las personalidades, todos ellos son factores propios de la forma en que la delincuencia opera hoy en día.

Es por eso que la venganza, la justicia por propia mano, las relaciones familiares (desde los tiempos de la mafia siciliana, un factor clave en el funcionamiento del crimen organizado), las redes físicas y virtuales, juegan un rol tan preponderante y son aún difíciles de neutralizar.

Además, QAP es un libro que enseña, que advierte, que llama a ponerse en guardia frente al modus operandi carcelario que ya no es el de antes, el de los cogoteros, los asesinos idiotas y los pungas de otrora. Ahora se trata de organizaciones que conocen mucho de grandes negocios, de la política contingente, de las relaciones de poder, de la táctica militar y guerrillera. Y bueno, como plus, con el libro y su compacto aunque preciso glosario, se aprende también algo de la jerga del hampa, el coa como la llamábamos antes.

En cualquier caso, un libro para disfrutar de la primera a la última página, gracias al arte consumado aunque prometedor de mucho más, de este César Biernay que se abre camino al andar de la única manera que la literatura rinde satisfacciones: con la escritura tenaz y autocrítica como tarea irrenunciable.