RESEÑA DE LA NOVELA “DEFECTOS Y ERRORES”, DE SIMÓN COLLAO
Por Roberto Pizarro Contreras
“Defectos y errores» de Simón Collao es una novela que, al igual que el cuento de Julio Cortázar «La noche boca arriba», teje hábilmente la monotonía de la vida cotidiana con giros inesperados, en este caso relacionados con el fenómeno omnipresente de la tecnología en su ominosa fase inteligente. Narrando la historia de un joven misántropo resignado a una sobrevivencia miserable como conserje, Collao sumerge al lector en una realidad que parece a cada segundo a punto de estallar, pero que nunca acaba por hacerlo. O eso parece. El lector imagina con gran deseo el advenimiento de uno y mil giros abruptos de la historia para el protagonista, cuyo nombre nunca se sabe. Desde la toma de riendas de la propia vida en búsqueda de una mejor versión de sí mismo, pasando por un boleto de lotería que romperá con la necesidad del trabajo, hasta un homicidio gatillado por el desquicio de soportar semejante realidad. Pero nada de eso ocurre.
Lo cierto es que a medida que la trama avanza, el narrador transita sutilmente más allá de esas visiones trilladas, desde un pretendido conserje de carne y hueso a un componente cognitivo de una superinteligencia artificial. ¿Cómo es esto posible? Se trata de lo que en filosofía de la tecnología se conoce como “singularidad tecnológica” –una suerte de apocalipsis tecnológico o “tecnocalipsis” –que tal vez todos vieron venir, pero que, en la realidad de sobrevivencia que todos experimentamos dentro del sistema llamado «Sociedad» (o «Civilización»), acabó dándose antes de lo esperado y con total naturalidad.
Con maestría, la obra fusiona lo banal con lo futurista, creando una experiencia literaria que desafía las expectativas y reflexiona filosóficamente sobre la naturaleza de la percepción y la identidad en la era digital, y sobre todo la vida dentro de los sistemas construidos por los humanos y a los que estos acaban sirviendo en cada época, en una suerte de dialéctica entre el control de lo tecnológico y su autonomización (es decir, el estado en que los artefactos y sistemas acaban divergiendo de la voluntad humana y siguen su propia hoja de ruta).
Aunque «Defectos y errores» comparte afinidades notables, como se dijo, con el realismo mágico de Cortázar, la obra se erige además como pionera en su género dentro de la literatura chilena, contextualizada en una era donde las inteligencias artificiales ya son capaces de generar contenido literario y artístico. Pues Collao no solo desafía las convenciones narrativas escribiendo sobre un sistema que, de hecho, no necesita de él en absoluto y que puede escribirse a sí mismo, sino que también aporta una perspectiva fundamentada en su sólida formación. Aunque se presenta como un humilde mecánico de bicicletas, él es en realidad profesor de literatura y magíster en estudios cognitivos por la Universidad de Chile, con experiencia en programación de IA durante su programa de postgrado. Así, el autor infunde su relato con un conocimiento teórico-práctico, elevando la trama más allá de la mera imaginación. Este enfoque único y respaldado empíricamente agrega una capa adicional de profundidad a la novela, marcando un hito regional en la exploración literaria a través de la intersección entre ciencia, tecnología y narrativa clásica.
Finalmente, no solo cabe y es necesario llamar la atención sobre la narrativa refinada e inteligente, y sobre la audaz originalidad de «Defectos y Errores». De hecho, en esta novela Collao recuerda en sus inicios a maestros de la ciencia ficción china como Liu Cixin y Chen Qiufan, estableciéndose como un autor que no solo sigue sus propios pasos, sino que se pone a la vanguardia contribuyendo con una perspectiva fresca y distintiva al género desde la paradoja, en circunstancias de que pone de manifiesto cómo desde la inconciencia del ciudadano sobreviviente –que hace lo que hace, arrastrado por la inercia del sistema en que habita –acaban erigiéndose órdenes inteligentes que gobiernan la vida de todos, cuya expresión más elevada viene dada ahora por la IA. De ahí el título “Defectos y errores”, pues ese dejar arrastrarse supone un “defecto” intrínseco a la especie humana, que tiene como consecuencia el “error” del sistema que ha creado, que cuando se vuelve inteligente es incapaz de identificar para sí un propósito originario. Collao escribe a propósito, ahogando en el seno mismo de la superinteligencia al lector, en medio de sofisticadas tonadas de silicio y líneas de código autogenerado, si no de algo superior que nunca acaba por mostrarse en su composición:
«Si lo miro más de cerca, la situación es bastante contradictoria. En ese otro espacio [la sobrevivencia como conserje], la necesidad más grande que tenía era escapar del resto y no interactuar con nadie, y en este lugar [disuelta la conciencia en las fibras artificiales del supersistema], sin embargo, sabiendo que debo cortar la línea comunicativa con ustedes, la verdad es que no tengo deseos de hacerlo, y más bien siento esa necesidad de darle un sentido global a todas las visiones que he expuesto.»
Simón Collao intenta tomar las riendas de lo tecnológico y, cual jinete que doma un Leviatán hobbesiano, darle continuidad también a la literatura poniendo en cuestión el sentido de nuestras invenciones, si cabe que tengan alguno.
Simón Collao Pérez, 2021.
«Defectos y Errores»
Ediciones Filactería
Santiago, Chile.
144 páginas
https://edicionesfilacteria.cl/producto/defectos-y-errores/
Justito hoy leí un artículo acerca de lo poco que reconocemos y divulgamos a nuestras y nuestro autores. Este "valdiviano"…