Intervención del director de la SECH Roberto Rivera en el acto de apertura de Feria del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor en la Plaza de la Constitución, 22 abril de 2023
Buenas tardes a todas y a todos, autoridades presentes, me sumo a los vocativos expresados.
- Hablar del libro y de su historia es sumergirse hasta 4 mil años a. C. para encontrarnos con los rollos de papiro y su delicada manufactura, la escritura cuneiforme en tablas enceradas, posibles de volverse códices, es decir, de rollos a hojas una tras otra, en forma de cuaderno pero manuscritas, en reproducción o copia costosísima de una en una; así también en nuestra América códices en la fina tela superior del ágave, del mismo que se hace tequila. Un largo camino que pasa por la biblioteca de Alejandría hasta desembocar hacia el año 1450 en la imprenta de Johannes Gutenberg, cuando los libros pudieron repetirse en serie.
- Toda esta celebración ocurre en una fecha muy especial y por eso en nombre de la SECH y de los escritores, nos sumamos a esta celebración con entusiasmo en el entendido que todos los proyectos e intenciones apuntan a generar un lector fiel a sumergirse en la ficción y pasar una hoja tras otra con el inmenso aporte a su personalidad que esta aventura implica, al acto de individuación, aquella catarsis de la que se habla desde el principio de las lecturas, las tragedias, aquella conmiseración y terror, esa profundidad psicológica que ningún otro vehículo es capaz de entregar.
Con el deseo que este Día del libro sea el día a día de siempre, que nadie antes de dormir no haya tomado este objeto tan valioso que guarda la historia y el tiempo, personajes y emociones, ahí guardados para despertarlos y conversar con ese autor ya desaparecido, pero que nos actualiza en el registro y el testimonio de su tiempo para vivirlo con él. - Pero esta fecha tan especial no es una mera convención nada más, hablamos del 23 de abril, pues bien:
Un 12 de abril de 1539 nace en Qosqo el mestizo que fuera bautizado como Gómez Suárez de Figueroa, hijo de Sebastián Garcilaso de la Vega Vargas y de la palla Isabel Chimpu Ocllo, que traduce los Diálogos de Amor de León Hebreo, escribe La Florida del Inca, y luego sus famosos Comentarios Reales llamándose ya Inca Garcilaso de la Vega y la Historia General del Perú publicada póstumamente. Nuestro Inca fallece a los 77 años de edad en Córdoba dicen, entre el 22 y el 24 de abril de 1616, es decir, el 23 de abril de 1616.
Quiso que lo aceptara la corte y ser un cortesano; no pudo ser, le sacaron en cara lo que se entendió como un pecado de su padre, el haber salvado la vida a Gonzalo Pizarro en Qosqo, cediéndole su caballo. Quiso ser militar y fue Capitán, pero sin el brillo de sus libros. Entre la pluma y la espada, fue la pluma la que lo hizo inmortal y nos permite escuchar esos Comentarios Reales, ese dolor que traslucen, esa nostalgia indiana, ese sincretismo, ese esfuerzo de su espíritu para albergar ambas culturas.
Miguel de Cervantes y Saavedra nace un 29 de septiembre de 1547 en Alcalá de Henares y luego de una carrera militar que pese a su brillo nada le aporta, antes al contrario, pierde un brazo y para peor, todos los méritos y medallas al momento de ser atacados y secuestrados por piratas lo dejan en prisión por años a la espera de un rescate valioso por tan insigne guerrero; pero nadie lo rescata y finalmente lo dejan ir cuando los méritos militares ya no interesan a nadie. Así da a luz El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, pasando por la cárcel otra vez, acusado injustamente como recaudador de impuestos del rey, cargo en el desempeño del cual se cruza y dialoga de libros con nuestro Inca cuando este residía en Montilla. Suerte tal la de nuestro Miguel de Cervantes que, al igual que el Inca Garcilaso de la Vega, fallece también un 23 de abril de 1616 a los 69 años de edad en Madrid.
Y Shakespeare, curiosamente nace precisamente un 23 de abril, pero de 1564 en Stratford upon Avon y luego de una brillante carrera teatral en el Globo, como dramaturgo y empresario, y que hacia 1590 cuando escribe Hamlet -que más que príncipe padece las dubitaciones de un ciudadano-al mismo tiempo que Cervantes escribe El Quijote, se retira a su lugar de nacimiento en Stratford para fallecer el mismo 23 de abril de 1616 a los 52 años de edad.
Una fecha que no podemos olvidar, mágica, sincrónica que debiera conducirnos a los libros a esa magia y buscar día a día el tesoro que esconden.
Roberto Rivera Vicencio
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…