VALLEJO 1
Sorteando avenidas de conductores distraídos,
repetimos
-tu pequeña mano aferrada a la mía-
a diario ese trayecto
y me cuentas
para que la idea me acompañe de regreso.
Un seven eleven, una diminuta pastelería,
un anciano sin dientes con sombrero de paja barriendo las esquinas,
puestos ahí como personajes y escenarios
que jamás interrogaremos.
Escuché que las personas
que pasan mucho tiempo juntas,
terminan llevando el mismo ritmo al caminar.
Ahora sólo como frutas: mi cuerpo envejece
y he comenzado a odiar todo lo que me distrae de una lectura
o imagen necesaria para aguantar largas horas.
-El protagonista de esta historia es otro / fuera de cámara
-una melodía dulce -la tensión antes del disparo-
-un ojo que rehúsa confrontar el terror
y desliza su atención hacia una ventana con el horizonte dibujando por el mar
y pensar:
Presiento desde hoy un balance desastroso de mi generación, de aquí a unos quince o veinte años. […] Un verso de Neruda, de Borges o de Maples Arce no se diferenciará en nada de uno de Tzara, de Ribemont o de Reverdy.
Allá fuera está ese lugar que le dio forma a mi habla.
Un eco de momentos felices.
El amor: Mi madre sujetándome el pecho con su brazo
mientras con la otra mano aferrada al volante
busca evitar choquemos.
EIELSON
Paso las mañanas
solo
en este lugar,
puedo escuchar a los vecinos salir de sus departamentos.
El agua que llena la cubeta del chico que limpia todos los días el estacionamiento
la música del pianista anónimo, dos pisos más arriba.
Solía molestarme la repetición de las tonadas, ahora extraño sus ensayos
tener esas canciones todo el día en mi cabeza.
El tiempo parece una broma que no entiendo.
El dolor mismo es un juego trágico.
Trato de terminar otra novela
no sé quién puede interesarse por mis textos.
Antes eso me robaba mucha cabeza, veía una película o video
y me sorprendía distraído
fuera de foco, perdido en la trama pensando en mis propias historias inconclusas.
Todas las mañanas despido a mi hija con un beso.
Ella corre hacia el patio donde están sus amigos.
Regreso por las mismas calles,
trato de recrear los pasos que di
creo que ya no tengo amigos a los cuales llamar.
Camino y busco completar mis historias, imagino a mi hija, ¿qué hace en el colegio?
la extraño
y veo esos gigantes árboles frente a la iglesia.
Me quedo un buen rato viendo esos árboles,
un hombre entrena a un pastor alemán en ese parque
me gusta verlos correr de un lado a otro.
Ancianos entran a la iglesia, se escuchan canciones de alabanza
el blanco edificio palidece frente a los árboles.
Paso las mañanas cocinando y escucho viejas canciones.
Reviso el correo, trato de responder a esos que se dicen mis amigos, ¿lo son?
Respondo a quienes buscan mi ayuda e incluso a quienes no conozco y quieren algo de mí.
Me aburro con facilidad
termino borrando muchos correos, respuestas inconclusas quedan sin enviar
y pierdo mi tiempo leyendo historias que no me interesan.
Personas que se quejan de su suerte, otras que quieren maravillarnos con su éxito.
Trato de acostumbrarme a esta soledad, tan distinta a la que solía disfrutar.
Ya no me importa qué piensen los demás respecto a lo que escribo, quizá nunca me importó.
Sólo trataba de convencerme.
Mientras miro el fuego cocer una carne
y espero mi esposa regrese a casa, darle un beso, sentir el olor del champú en su cabello,
debo ir a buscar a mi hija al colegio.
En casa, sirvo el almuerzo.
Mi hija me cuenta lo que pasó hoy en clases,
tiene una compañera que la ofusca
me hace reír
escuchamos alguien subir las escaleras, el ruido de llaves, trato de imaginar un final para la novela,
algo en mí no quiere que esto acabe
pasan los días y nada en verdad sucede
el tiempo comienza a borrarme y me siento feliz por eso.
1 – La actual generación de América no anda menos extraviada que las anteriores. La actual generación de América es tan retórica y falta de honestidad espiritual como las anteriores generaciones de las que ella reniega. Levanto mi voz y acuso a mi generación de impotente para crear o realizar un espíritu propio, hecho de verdad de vida, en fin, de sana y auténtica inspiración humana. (Vallejo, 1927)
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…