Carlos Vicuña Navarro habría celebrado hoy su cumpleaños 75. Autor de bellos poemas, poco conocidos quizás, tiene un espacio en nuestra poesía. Su familia lo recuerda con un conjunto de sus poemas y algunas fotos. Letras de Chile los invita a leerlos, a modo de homenaje y de vida en la lectura.

Carlos Ariel Vicuña Navarro

75 años
(20 septiembre 1945 – 20 septiembre 2020) 

Nuestro querido y admirado hermano y amigo, tío, sobrino, padre, pariente
y compañero en la poesía y la música, el arte y el pensamiento,
marchó a las constelaciones de la ausencia en julio de 2017
y desde entonces más y más nos atenemos a su obra poética y musical
que nos permite continuar recibiendo la luz de su espíritu.

APOLO

Apolo, el de las flechas luminosas,
que hieres de lo alto a los mortales,
penetran en los antros abismales
tus dardos, como agujas ardorosas.

Dilecto de las Musas deliciosas,
tú riges sabiamente sus reales,
sus doctas armonías siderales,
que cánticos levantan, poderosas.

Tú hieres a la Muerte con tu vino
de vida y de luz cálida, potente,
y curas las heridas y la mente:

derramas tu tibieza sobre el sino
doliente de los hombres, miserables,
en dones de tu amor, irrenunciables.

Carlos Vicuna Navarro 01

ca. 1963

 

MOZART

A Emilio Miguel

El encanto de Viena y de su gente,
mar creciente que rompe en alegría,
se trastrueca en la música riente
que me tiende cadenas de armonía.

Corazón de la mágica vertiente
que con música brota y poesía,
eres, Mozart, amigo transparente,
como el sol que el placer nos da del día.

Del dolor que produce tu elegancia,
en el hondo batir de su marea,
me conmueve la dulce resonancia.

Si tu Broma se goza en la taberna,
y tu Flauta el espíritu recrea,
es tu Requiem sonora luz eterna.

 

II

El gato vino a visitarme,

me miró y me saludó
con graciosos y gentiles
movimientos.
Telepáticamente,
me comunicó su pensamiento.
Después de que lo hube
acariciado,
salió a merodear
por el jardín.

 

El agua de la vida

Desde dentro de mí, feliz, eterno

fuego de amor que en mis entrañas canta,
me conduce a la bienaventuranza
el Señor de la vida, con acierto.

Del dolor atrás queda el campo yermo,
por camino de luz mi paso avanza
hacia el confín, ignota remembranza
de la vida primera y de su espectro.

Velado está el jardín, cerrado el huerto
por voces y por músicas extrañas
que guardan, como sólidas murallas,
el agua de la vida y su venero.

 

Hacia la noche

A Jaime Yver

Entro a la noche como a un bosque
pleno de cantos y presagios,
y por sus sendas hallo sombras
que aguardan, mudas, el acaso.

Voy por los antros de la sombra,
voy fatigado y cabizbajo,
con mi carcaj y mi arco tenso,
camino al reino del espanto.

Bajo la lumbre de los astros
aúlla el lobo en el ribazo,
cuando el creciente de la luna
va declinando hacia el ocaso.

Hacia el abismo tenebroso
voy descendiendo paso a paso,
y el negro mar y la tormenta
me cogen, ciegos, en su abrazo.

 

El Yo

A mí mismo

Estoy hablando solo en el silencio de luz negra,
silencio anochecido;
me busco el pensamiento ya perdido
en tanto otro florece.
El alma al yo se pone enfrente
y le trata de tú, de hermano a hermano.
Yo no soy yo, soy otro, yo
soy otro yo.
¿No está acaso la mente renegrida
de madurez alborotada,
de perspicacia enloquecida?
Lloro a la bruma derretida
que se ha ido a ocultar.
Mientras más quiero a la amiga,
al sol más quiero odiar,
y a la luz más amar,
que yo soy alma y cuerpo y vida.

Carlos Vicuna Navarro 02

En casa de Claudia Chacaltana, cumpleaños 67 de Miguel. De izq. a der.: Miguel, Carlos Ariel, Federico.
Fotografía: CLAUDIA CATALINA CHACALTANA SILVA

Carlos Vicuna Navarro 03

Arriba: Carlos Vicuña Navarro, Miguel Vicuña Navarro, Julio Magri Varela, Eduardo Magri Varela, Flor Magri Varela – Carlos Martel 5541, ca. 1957.
Abajo: Carlos, Julio, Miguel, Eduardo – idem

Carlos Vicuna Navarro 04

A MUCHOS CARLOS ARIEL NOS CONVIRTIÓ EN LECTORES DE LA ILÍADA Y DE LAS MIL Y UNA NOCHES