Katalina Ramírez Aguilar

La escritora mexicana Katalina Ramírez Aguilar (Puebla, 1990) ha enviado algunos microcuentos.

Katalina es Licenciada en Literatura y Filosofía. Ha organizado eventos masivos de fomento a la lectura, como la primera Feria del libro infantil en Puebla, talleres de edición, entre otros. Ha trabajado como editora en EDAF, de manera independiente, y actualmente dirige la editorial Cariátide. Escribe microcuentos y poemas, y ha publicado textos de dichos géneros en una decena de antologías —siete internacionales—, y en diversas revistas nacionales. Su primer libro de poesía —bilingüe español-náhuatl—, publicado por la Editorial 3 norte y la Universidad Iberoamericana, se intitula Lengua soy, y su primer libro de microficción, publicado por la BUAP, Música primigenia. Se encuentra incluida en la Enciclopedia de la Literatura en México y la Antología Virtual de Minificción Mexicana.

BUCLE

Me despierta el llanto de mi hija. Voy a su habitación a consolarla. Le digo que tuvo una pesadilla y que vuelva a dormir. Me dice que no puede, pues tiene miedo porque hay alguien en el armario. Lo abro y ahí está mi hija. Me dice que tiene miedo porque hay una niña acostada en su cama.

INSTRUCCIONES DE VIDA

Nada más nacer, la Gran Computadora calcula todos los movimientos, todos los encuentros y desencuentros, todas las alegrías y desilusiones, todas las decisiones posibles, cada esquina, cada vericueto, cada jardín interno y externo que se bifurcará, y traza un mapa que es entregado a los padres, quienes deben velar por su cumplimiento.

EL DESCUBRIMIENTO DE UNA VENTANA

Despierta un día sabiendo que ya no es la misma, aunque no entiende por qué. Se mira en el espejo y todo parece seguir igual, hasta que se mete a bañar y descubre que en el lugar donde antes estaba su ombligo, ahora hay una ventana. ¿Cómo pudo llegar ahí una ventana? Y peor aún, ¿para qué? Se encuentra en medio de estas cavilaciones cuando recuerda que su luna se ha retrasado algunos días, así que espera ilusionada a que el astro cumpla ocho ciclos más —hasta que en el lugar donde antes estaba su vulva ahora hay una puerta— para poder conocer al habitante de la casa en que se ha convertido.
En antología MicroDecamerón, Quarks Ediciones Digitales (2020)

ESPECIE EN EXTINCIÓN

Pensamos que serían unas cuantas semanas, unos pocos meses como máximo; que reconectaríamos su ADN, se tomarían un tiempo para adaptarse y volverían a su planeta, pero ya va a cumplirse un año desde que comenzó el proyecto y no dan señales de querer regresar. Evaden el tema, y cuando se les pregunta por la Tierra, su cara se vuelve un río y emiten sonidos extraños e ininteligibles. «Los árboles, las flores, los bosques, los mares» es lo único que se entiende de su perorata. Aquí tampoco hay nada de eso, pero al menos tienen otros rostros que mirar.
En antología Lo que cuentan l@s marcian@s, FIL Guadalajara (2020)

CASA 16

Si por una combinación desafortunada de hechos inconexos ha llegado a la casa 16 en la calle 35 de la ciudad X, lo más sensato es seguirse de largo, pero si su curiosidad no se lo permite y entra, es mejor que sepa que no será fácil salir. No se sabe de nadie que lo haya logrado. Una vez adentro se encuentra en un vestíbulo con varias puertas, piensa en salir, pero ya no recuerda por cuál ha entrado, así que abre la que está a sus espaldas, que le parece la opción más lógica, pues no ha hecho ningún otro movimiento. Esta lo conduce a un vestíbulo idéntico al anterior, y la siguiente a otro, y así sucesivamente durante horas y durante lo que llegan a parecerle días. A estas alturas lo mejor es que se detenga en la habitación donde se encuentra y comience a poblarla con sus objetos preciados y conocidos. Es preferible ganar el hogar que perder la cordura.
En Música primigenia, Fomento Editorial de la BUAP (2018)