Juan Carlos Valdivia Salgado

Presentamos a nuestros lectores un notable microrrelato de Juan Carlos Valdivia Salgado (Santiago, 1966), profesor de castellano, abogado y magister en ciencia política. Se ha desempeñado en diversas instituciones públicas, en asuntos propios del derecho administrativo. Además, ha ejercido la docencia superior en materias jurídicas y sociales.

por Juan Carlos Valdivia Salgado

La tortuga que sostiene en su caparazón al mundo se cansó y pidió relevo, me han contado.

Se decidió que su remplazo fueran dos exitosos jóvenes, un hombre y una mujer, ambiciosos profesionales con mucho futuro. Ella es una prestigiosa economista; él, un abogado de renombre.

Puestos en cuatro patas, uno al lado del otro, conversan para no aburrirse.

– ¿Cuánto tiempo te quedarás aquí? –pregunta ella.

– Cinco años y un día, responde él, riéndose.

– Yo me quedaré hasta que el país alcance el PIB promedio de la OCDE -contesta la mujer.

El tiempo pasa volando y los dos jóvenes se han hecho verdaderos expertos en la profesión de cargar el mundo en sus espaldas. Se rumorea que ella pedirá un remplazo de medio tiempo, para efectuar estudios profundizados de geología o astronomía, no está claro; él, por su parte, ha pretendido un aumento o algún reconocimiento jerárquico. Al final, nunca ocurre nada digno de mención.

Es duro trabajo el que obtuvieron. Ahora han transcurrido varios años y sus voces se han convertido en susurros, como el rumor de una esfera dando vueltas en el vacío. Para soportar el peso, que cada vez parece mayor, han ido juntando sus cuerpos. Pero no pueden evitar las huellas del tiempo: la piel se les arruga, las espaldas se curvan y endurecen por la cruel carga que los aplasta.

Bañados por la luz verdosa del crepúsculo, desde lejos parecen un solo bulto agazapado: una tortuga muy vieja, bajo el enorme globo de la Tierra.