Taller letras en el Aula 2018

En el marco del programa Letras en el aula 2018, organizado en conjunto por Letras de Chile y el municipio de la comuna de Recoleta, con apoyo del Fondo Nacional del Libro y la Lectura, la escritora Alejandra Basualto realizó un taller con alumnas del liceo Paula Jaraquemada. Ahora publicamos una selección de los trabajos de las integrantes del taller del año pasado, como forma de difundir las obras de estas jóvenes escritoras.

 

SCARLETT ITURRIAGA

FUERON TRES DÍAS ESPECIALES

El primero fue el más sorpresivo, yo no sabía. Él solo llegó con sus dedos en forma de cuchillo, simplemente llegó, me toqueteo entera, cortando unos pedazos de mis muslos y se fue.
Pasaron semanas antes de que llegara el segundo día.
A diferencia del primero que fue apresurado, con este se tomó más tiempo, no había nadie, más fácil, decía yo.
Ahora vi su torso, como rallador, me rasuró mi pecho desnudo y con sus dedos de cuchillo cortó otro poco de mis muslos, se llevó los pedazos picados y desapareció.
Al tercer día llegó apresurado, con ñachi dulce cayendo como transpiración constante. Ese día fue brutal. Lo único que recuerdo es que me arrancó una pierna y un brazo, me abrió el estómago, y se robó mi bazo, mi intestino y el apéndice.
Me dejó abierta y sola.
Hoy sigo esperando que vuelva
Con un cuchillo bajo la cama
Totalmente destripada.

¿POR QUÉ SÍ? ¿POR QUÉ NO?

Cuando las herida de tu piel
se curen
Pensaras en mí
En cuanto
Daño nos hiciste.

Cuando las heridas de tu piel
Se curen
Tus lágrimas
Bañarán tu pasado
Mi futuro
Siempre
Estará bañado
En las
Lágrimas.

Lágrimas que derramo
De dolor
De ira
y de amor.

BELLOS OJOS, OJOS LLOROSOS

Sí, complicado.
Siempre es complicado ver aquellos ojitos llorosos.
Esos de aquella persona por la que pensaste era completa.
Sin problemas, pero no, te diste cuenta y reafirmaste tu teoría
de que todas las personas tienen problemas.
Me duele y me da rabia, no poder solo tomarlos y solucionarlos.
Para no ver esos ojitos llorosos de nuevo.
Me lastima no entenderte.
Quiero, no, necesito ayudar.
“Pero que dices” aclama una voz en mi interior.
Ruego para que callen.
“Si no te ayudas ni a ti misma, cínica”.
Todo se envuelve en silencio.
Y por fin entiendo.

CAMILA LUARTE

El silencio cobra vida y me persigue como una sombra a su persona, solo que ésta no desaparece en la noche, sino, muy por el contrario, se hace más grande y ruidosa, sin emitir aun así ningún sonido. Tan grande, que se convierte en la oscuridad misma.
Viéndolo así, podría decir que me quedé atrapada en una noche eterna, sin luna, sin estrellas.
Quizá este es mi limbo y no tendría como saberlo, quizá solo sea producto de la imaginación o la falta de comprensión. Estoy cansada de estar cansada y sin siquiera saber de qué. No es algo nuevo, claramente este desánimo se ha hospedado en mi cabeza desde hace bastante tiempo, y por desgracia se expande en una vil imitación al universo, por mi cuerpo envenenando hasta la última gota de sangre. Suertudo aquel ignorante de mente sencilla sin mayores cuestionamientos, sin tormentos.
La ignorancia es felicidad y no pudieron estar más en lo cierto. Y si bien debería agradecer este grado de conciencia, envidio a aquel de vida despreocupada, similar a las de su entorno. Me gustaría formar parte de ese rebaño controlado y vivir y morir con una vida copiada, sin percatarme de ello. Pero eso se olvida como muchas cosas en la lista infinita de los “me gustaría”
Quizá debería pedir ayuda, quizá lo estoy haciendo, pero si uno no controla sus propios tormentos, es ingenuo al esperar que alguien más lo haga, o que Dios baje por fin de los cielos y termine con todo el sufrimiento del mundo. Cuando va más allá del desamor, más allá de las carencias, más allá de la soledad, más allá de lo personal. Cuando sabes que el quásar está enredado en tu mente, como un parásito hambriento. ¿Dónde escapar?

CATALINA DONOSO

ELLA

Observa pura sus adentros
Que reside en el alma de sus adeptos
Que está, pero no está
Que vive el día como si fuera el último
Que aparenta ser fuerte como el metal más duro,
pero que no es.
Sus ojos te invadían,
calaban cada parte de tu ser,
que te arrebataba todo.
Para que no la olvides.
Para que no te alejes.

ADUANA

Tarde en la noche, camino de Chile a Argentina.
-Buenas noches, señorita.
-Buenas
-¿Me permite sus papeles?
– (Silencio)…
– ¿Señorita?
-¡Ah! Si, disculpe, aquí tiene.
-Gracias, usted se ve muy linda en la foto, señorita….
– Fernanda
-¿Primera vez que viaja hasta aquí?
-Si, y sola…
– La veo un poco triste.
– Peleas familiares…nada que le interese mucho, la verdad.
-Bueno, Fernanda, somos los dos solos aquí, tengo todo el tiempo del mundo.
……………………
-Y bueno, eso es lo que pasó.
-Vaya… difícil. Sabes, siento que aún no es tiempo.
Según lo que me contaste, ellos te quieren, aún no es tiempo para pasar al otro lado. ¿No?
-Si pero no me entienden…
– Y nunca lo harán. Para ellos son ellos y tú eres tú.
Y tienes mucho por delante, Fernanda, aún no
Y despertó con pastillas a su alrededor.

(SIN TÍTULO)
Caminó con rapidez, sin lograr que el oxígeno pasara por sus fosas nasales. Jamás pensó que se vería a sí mismo persiguiéndose, pero en ese momento lo hacía. Sin embargo, no le alcanzó.
Se ocultó con rapidez volviendo a su mundo. En donde sostenía un arma recargada en su sien.
Esta vez él no se alcanzó.

CONSTANZA LIBERONA

ALIENTO

Buscando en un cajón del pasado, desesperaba al no encontrar razones para continuar con su futuro. Piensa que podría ser peor, exclamó, desde el fondo, el Presidente Allende.

VALENTINA

De tu mejilla izquierda
Cuelgan tres lunares
Que forman paso e iluminan el camino
Hasta la orilla
de
tus ojos
tan cambiantes como el mar

No buscan alumbrarse
A si misma
Busca encontrar una
sonrisa en los demás
sonrisa que
a veces se escapa

sonrisa que se queda
cuando quiere
y cuando quiera
se quedará para siempre
siempre
y abrigará tu figura nevada
y mantendrá cálida tu oceánica
mirada.

¿QUIÉN SOY?

A veces es difícil responder una pregunta si no encontramos palabras para ello, Pero tal vez si me lo preguntara al espejo diría que soy una libélula, me comporto como un oso malayo, que tengo un carácter burdeos, aunque por dentro siempre soy calipso, pero con pensamientos e ideales rojos. No me produce felicidad encontrar diamantes o joyas de oro, pero si conchitas de mar. Siempre preferiré los árboles antes que los edificios y si yo fuera un árbol, sería una araucaria o tal vez un pino, como mi Tata Mono, y la verdad no sé si esto tiene sentido, pero para mí sí y mientras yo sepa quién soy, no importa si lo entienden los demás.

1973

Con una daga empuñada
por cada alma combatiente
soltada al viento
como un árbol al que
le duelen las raíces
buscamos consuelo
buscamos libertad
buscamos las respuestas
que ningún asesino
quiere dar
Con presencia y opinión,
rebeldía siempre
vamos a gritar,
el miedo lo dejamos
en un rincón
no hay olvido
ni perdón.