Max Valdés Avilés
Vicio Impune Editorial
2018/Septiembre
363 páginas
Por Marcelo González Z.
Magister en Literatura U de Chile
Doctor en Letras Pontificia Universidad Católica de Chile.
Investigador especialista del género policial y negro
Bauticé mi tesis doctoral como “La batalla de las metáforas” porque sentía que el género negro y la novela policial específicamente dentro del mismo, estaban librando una guerra en contra de dos de los principales lineamientos que la Concertación de partidos por la democracia había hecho suyo desde el fin de la dictadura: el silencio y el olvido como lineamientos caídos desde el Estado.
Frente a eso, los escritores de novela policial hacían suyo el rescate por la memoria y libraban una pelea desde el papel, digna y pausada, ciertamente que silenciosa, para dejar testimonio de los atroces crímenes que habían bañado nuestro país en los últimos 40 años.
Encontrarse años después, entonces, con Fragmentos de un crimen, novela de Max Valdés, lo vuelve a poner a uno en perspectiva en relación con los límites del género y con los objetivos del mismo. Sin lugar a dudas, es una gran novela.
Veamos.
Fragmentos de un crimen se constituye a sí misma como un artefacto de memoria, como un gesto menor pero definitivo acerca del Chile que existía inmediatamente antes del golpe; el Chile confuso y caótico, a medio camino entre la explotación y la pobreza, perdiendo el rumbo, encontrándose en la lucha social y saltando al abismo de violencia y muerte que marcaría a nuestro país para siempre.
En ese contexto, Valdés se atreve a contar una historia menor, pequeña, que pareciera estar siempre dialogando con el futuro cercano que es nuestro pasado inolvidable y con el futuro lejano, que es nuestro presente olvidable: la historia de dos asesinatos salvajes, cuyos motivos se desconocen, volviendo la realidad incomprensible, al igual que la violencia que vendrá y que se anuncia en estas páginas.
Dos cuerpos, uno mutilado y seccionado en varias partes, y otro sumergido hasta la podredumbre, pueblan el texto y dan cuenta de la estética que construye a la narración: como el primer cadáver, la historia se construye a pedazos, a retazos, paso a paso, como si el narrador no quisiera perder ningún detalle de un caso que ya ha perdido demasiados.
Episódicamente, la historia se desarrolla en tres tiempos paralelos: acudimos al tiempo de los asesinatos, a las tardes de la investigación bajo la dictadura y al intento de reconstrucción del mismo en la época actual. Esta estructura, nos va entregando, además, una galería de personajes variados pero fundamentales para comprender todos los procesos que han hecho de la víctima, prácticamente, un mito urbano para quienes aún tienen en la retina o en la memoria aquellos sucesos.
Y aquí viene lo interesante porque surge la pregunta transversal a toda la historia: ¿qué importancia tiene un crimen como este, pasional, económico, social, nunca político, a la luz de la tragedia que azotará el Chile socialista del presidente Allende?
Ciertamente que la novela no intenta responder esta interrogante: solo se limita a dar cuenta de la historia, esperando que sea el lector quien no solo ate los cabos sueltos, sino que además, sea capaz de empatizar con las víctimas del horrendo crimen, que pasaron al olvido a causa de la traición de las fuerza armadas. Mientras tanto, esboza la pregunta acerca del mal, endémico y social propio de estos textos: ¿Cuándo surge? ¿Dónde está? ¿Quiénes lo usan como emblema?
En este sentido, aparecen como definitiva y centrales, dos momentos de la obra que, curiosamente -no al azar, podría pensar alguien más suspicaz- se encuentran en la mitad numérica de la obra: primero, la profecía o maldición que realiza la madre del difunto cuando ve que se le niega la posibilidad de recuperar el cuerpo del que se supone es su hijo. Sus palabras permiten vislumbrar el terror de la certeza de lo que vendría a convertirse el país.
Y segundo, aún más radical y más violento, las palabras del (ex)detective Benavides, cuando a través de su testimonio, personal y culposo, recupera la historia de las torturas y violaciones a los DD.HH. que la clase política más nefasta de nuestro país insiste en ignorar, perdonar u olvidar. Su narración, que estremece por lo violento y lo inhumano, instala el crimen de la pareja de españoles en perspectiva y le otorga el valor de mostrarnos como un reflejo, quienes fuimos y en quienes nos convertimos. La respuesta, es espeluznante a la vez que decepcionante.
La investigación misma, por el contrario, resulta trepidante.
Construida en base al juego de la ficción/no ficción, pone en tela de juicio no solo la verdad como hecho en sí, sino que el estatus mismo del arte de contar historias. Esto, abre una dimensión riquísima al texto y una originalidad poca veces vista o trabajada en el género nacional.
Aún más. La obra dialoga abiertamente, porque no podría ser de otra forma, con la monumental 2666 de Bolaño y en esta conversación, apoya su estructura, su idea y su construcción formal y, en cierta manera, la relación con el mundo criminal: en “lo cotidiano también existe la tragedia” dice el texto, mientras se narra una historia en donde vida y muerte, como en lo crímenes de Juárez, caminan lado a lado.
Así, la narración entra y sale del artificio de la ficción usándolo como artefacto: se enmascara en su propio realismo histórico-si es que tal cosa existe- para fijar el estatus de ficción y, así configurarse como depositario de una memoria individual y, por extensión, colectiva.
Acompañado de Pedro Páramo, Raymond Carver, Anton Chejov, Harold Pinter y Jorge Luis Borges, como no; todos ellos le entregan una dimensión insospechada que aquí estamos lejos de lograr dilucidar, pero cuyo trabajo desde diversas dimensiones temporales, logra enriquecer la dinámica interna del texto.
Mezclando diversos estilos narrativos y registros de habla, por último, Fragmentos… se constituye como una piedra fundamental, angular, del género negro nacional y abre perspectivas nuevas y poco trabajadas para quienes intenten seguir librando la batalla contra el olvido institucionalizado.
Esta novela está disponible en las siguientes librerías:
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• Librería Catalonia
• Librería Palmaria de Manuel Montt 058
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