Por Francisca Siebert

La distinción, que otorgan conjuntamente la Casa de Bello y la Fundación Pedro Montt, fue entregada este martes 7 de agosto en una ceremonia realizada en Casa Central. Familiares, amigos, autoridades universitarias y miembros de la comunidad acompañaron a los ganadores Diamela Eltit, Iván Jaksic Andrade, Ricardo Baeza Yates y Berthier Ribeiro Nieto, Tomás Moulian, Elicura Chihuailaf, Ramón Díaz Eterovic y Rosabetty Muñoz, a recibir su galardón.

 

El Premio Manuel Montt instaurado a mediados del siglo XX bajo el rectorado de Juvenal Hernández, y que busca reconocer a la mejor obra literaria o científica que se haya publicado en Chile o por chilenos en el extranjero -durante el periodo de cuatro años que considera la premiación de cada categoría-, se reactivó este 2018, distinguiendo a siete obras de los años 2002, 2004, 2006 y 2008. Y tras la publicación de los ganadores la semana pasada, este martes en la Sala Eloísa de Casa Central, el Rector Ennio Vivaldi y el presidente de la Fundación Pedro Montt, Luis Montt, lideraron la ceremonia de premiación, en la que también estuvo presente el Prorrector de nuestro plantel, Rafael Epstein.

En el Área Científica, las publicaciones “Modern Information Retrieval” de Ricardo Baeza Yates y Berthier Ribeiro Nieto, y “Chile actual: Anatomía de un mito” de Tomás Moulian se adjudicaron el Premio Manuel Montt 2002, mientras “Andrés Bello: La pasión por el orden” de Iván Jaksic se quedó con la distinción en la misma categoría para el año 2006.

En el Área Literaria se entregaron los premios correspondientes a los años 2004 y 2008, siendo las obras “Recado confidencial a los chilenos” de Elicura Chihuailaf y “Mano de obra” de Diamela Eltit, las ganadoras de 2004, y “Ratada” de Rosabetty Muñoz y “El segundo deseo” de Ramón Díaz Eterovic, las premiadas de 2008.

Con casi la totalidad de los ganadores presentes en la ceremonia, el Rector Ennio Vivaldi, destacó en su intervención el hecho de que los textos premiados den lugar a la reflexión y la crítica social, atendiendo al contexto en que fueron escritos. «Lo esencial es que la sociedad tiene que tener conciencia de su realidad y tiene que discutir esa realidad (…) Ese estado de inquietud y malestar está preciosamente reflejado en todas las obras que están siendo premiadas acá», afirmó la máxima autoridad de la Casa de Bello.

«Este es un momento extraordinariamente feliz para la Universidad de Chile, agradecemos a la Fundación Pedro Montt y a la familia Montt, el habernos reabierto las puertas para tener una ceremonia tan hermosa como esta y reinstaurar estos premios. Extiendo mis felicitaciones a todos los galardonados», concluyó el Rector. 

Faride Zeran, vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, y quien presidió el jurado en el Área Literaria -integrado por las académicas María Eugenia Góngora, María Victoria Castro, María Olivia Mönckeberg, actual directora del ICEI y Manuel Silva Acevedo, Premio Nacional de Literatura 2016-, ofreció también unas palabras durante la jornada. «Un total de 75 obras postularon al Premio Manuel Montt, lo que da cuenta del interés que causó la convocatoria. Más aún, la relevancia y trayectoria de los ganadores de las áreas Científica y Literaria, señala la calidad de las obras que compitieron. Puedo decir sin duda que, en este año de reactivación del premio, en que se saldará la deuda de años anteriores y se le dará vigencia a este galardón, se premiará sin duda alguna a las obras más insignes de nuestro país», afirmó la vicerrectora.

En su intervención, Flavio Salazar, vicerrector de Investigación y Desarrollo, quien lideró el jurado en el Área Científica -compuesto por los profesores Victor Cifuentes, Fernando Lund, Marco Nuñez y Roberto Aceituno, decano de la Facultad de Ciencias Sociales-, enfatizó en la vigencia y relevancia de los libros en el ámbito de la ciencia. «Durante los últimos 30 años o quizás un poco antes, la ciencia se ha ido enfocando cada vez más en la producción de papers y ha relegado lentamente el aporte que generan los libros, con sus reflexiones más a largo plazo y más profundas», advirtió el vicerrector, quien no dejó pasar la oportunidad de felicitar a los ganadores «porque las obras que en este caso fueron premiadas han tenido un gran impacto en todas las áreas del conocimiento, y en la conciencia de este país respecto a sus realidades».

Finalmente, Luis Montt, presidente Fundación Pedro Montt, se dirigió a los presentes, relevando el legado de Pedro Montt, su preocupación por la educación, la promoción de la enseñanza y su vínculo con la U. de Chile. «Es en verdad ineludible destacar la prioritaria importancia que Pedro Montt, a semejanza de su progenitor, reconocían en las cualidades morales, como un indispensable complemento de la sola instrucción, y lo dejara así manifestado en su testamento, al indicar como uno de los fines de nuestra fundación, fomentar el cultivo moral e intelectual de los jóvenes (…) Hoy es grato el otorgamiento de estos premios y poder también hacer un homenaje a don Pedro, después de 118 de su fallecimiento, afirmó Luis Montt.

Sobre la distinción

El Premio Manuel Montt nació a partir de una disposición testamentaria del expresidente y abogado de la Universidad de Chile, Pedro Montt, quien nombró este concurso en homenaje a la memoria de su padre, el también ex presidente de Chile, Manuel Montt. Las normas que lo rigen están en el Reglamento aprobado por el Consejo Universitario el 28 de marzo de 1945, bajo el rectorado de don Juvenal Hernández. Este documento fue posteriormente sancionado por el Decreto de la Rectoría N° 1.956, de 11 de julio de 1952.

El proceso de selección de las obras está a cargo de dos comisiones evaluadoras, cada una de ellas integrada por cinco personas que correspondan a premios nacionales, decanos o exdecanos, vicerrectores o ex vicerrectores y profesores titulares de la Universidad de Chile. Ambas comisiones recomiendan los mejores proyectos al Consejo Universitario de la Casa de Bello, órgano que tiene las facultades de convocar al concurso y decidir en última instancia las obras ganadoras.

Las publicaciones que pueden postular a este premio son de tipo literarias –publicadas en lírica, narrativa, dramática– y científicas relacionados con cualquier ámbito del conocimiento. El «Premio Manuel Montt» otorga la suma de $22 millones a los ganadores de cada año y categoría, monto que podrá ser dividido por el Consejo Universitario en caso de justificarse.

Algunos de las autores distinguidos por este premio en versiones anteriores han sido Jorge Edwards, por la obra «El sueño de la historia», y Ana María del Río, por «A tango abierto» (año 2000); Fernando Lolas, por “Más allá del cuerpo”, y Marco Aurelio González, por “Criminología” (año 1998); Jorge Guzmán, por «Ay, mama Inés», y Miguel Castillo, por «Kavafis íntegro» (año 1994); Humberto Giannini, por «La reflexión cotidiana: hacia una arqueología de la experiencia” (año 1993); y Eric Goles y Servet Martínez, por «Neural and Automata Networks» (año 1990).

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