Por Ramón Díaz Eterovic
El chino Mo Yan, seudónimo de Guan Moye, es autor de una extensa obra, leída y reconocida en su país y en el mundo entero, aún antes de que recibiera el Premio Nobel de Literatura (2012). De todas sus novelas, tal vez “Grandes pechos amplias caderas” sea la que mejor refleje su intención de hacer de su narrativa un bisturí fino y certero a la hora de examinar la historia china contemporánea.
“Grandes pechos amplias caderas” es una novela de largo aliento y en sus más de ochocientas páginas, Mo Yan hace un recorrido de lo que fue la vida china durante el siglo XX, desde la rebelión de los Bóxer en 1900, pasando por la invasión japonesa de los años 30’, la revolución encabezada por Mao que llevó a la creación de la República Popular China; la política del gran salto adelante y la Revolución Cultural de los años 60’, hasta llegar a las proximidades del año 2000, momento en que China vive los primeros frutos de un proceso modernizador y económico que hoy la tiene posesionada entre los países líderes a nivel mundial. Es una novela que va desde los nacientes ideales de la revolución hasta el deseo incontenible del consumo de nuestros días.
La novela está centrada en la figura de una mujer, Shangguan Lu, y en su hijo Jintong, quien es el narrador de la historia de su familia, también integrada por una abuela déspota y ocho hermanas. La presencia de tantos personajes femeninos hace que esta novela entregue una visión acabada del rol de la mujer en la sociedad China, desde los tiempos en que aún se le amarraban los pies para impedir que estos crecieran, hasta la integración plena de la mujer en el mundo de los estudios y del trabajo. El personaje de Shangguan Lu puede entenderse también como un ejemplo de la voluntad del pueblo chino para sobrevivir a un sinfín de calamidades, desde guerras a hambrunas generalizadas. Es una huérfana obligada a casarse y a tener un hijo hombre. Su marido es impotente, y las ocho niñas y el único niño que tendrá como hijos son frutos de relaciones furtivas, violaciones y asaltos. Jintong, llamado a ser el pilar de la familia, no pasa de ser un ser irresoluto, pasivo y errático que pasará gran parte de su vida aferrado a las faldas de su madre. Sus ochos hermanas son los ejemplos de los distintos derroteros reservados para la mujer en distintas etapas de la sociedad china: esposas sumisas, guerrilleras, amantes, prostitutas, intelectuales que se abren paso con esfuerzos, madres que no saben de descansos.
Mo Yan no rehúye los episodios más problemáticos e incluso crueles de la historia de su país. Los describe sin concesiones, con la crudeza que algunos de ellos ameritan, y sin dejar de lado el despliegue de la fantasía y del humor. Expone una vida familiar de creciente interés e imposible de resumir en unas pocas líneas. Una vida de rigores que parecen insoportables, pero que la protagonista enfrenta, consciente de que “morir es fácil; lo difícil es vivir. Y cuando más difícil se vuelve, más fuerte es la voluntad de seguir viviendo”. También es destacable la voluntad de futuro de algunas de las protagonistas, como la mujer que, pese a sus desgracias momentáneas, no deja de decir que “todavía veo que vendrán buenas épocas más adelante (…) nosotros tenemos que seguir avanzando hacia el futuro”. Es difícil no conmoverse con la historia de Shangguan Lu y sus hijos; ni que se genere cierta relación de antipatía hacia el pusilánime Jintong cuyo único mérito es terminar convertido en una suerte de testigo y víctima inocente de una historia que le ofrece unos pocos instantes de felicidad, y muchos de dolor, incluyendo la prisión y la internación en hospitales psiquiátricos. Todo ello mientras ves la desintegración familiar; la muerte de sus hermanas que, en sus distintos roles, también representan distintas posiciones dentro de la convulsa historia china.
Mo Yan es sin duda uno de los principales exponentes de la corriente literaria que en China se llama “de las cicatrices”. Corriente que se empieza a expresar en los años 80’ del siglo pasado y que tiene entre sus principales preocupaciones hablar de aquellas heridas que dejaron abiertas muchas de las injusticias que conmovieron a la sociedad china. Algunas de sus novelas son: “La república del vino”, “Rana”, “Boom”
“Grandes pechos amplias caderas” es una novela que fascinará a los lectores de gran aliento o a los interesados en sagas familiares que terminan siendo grandes retratos de época, con intrigas en las que se mezcla la ficción con la historia real. Aunque Mo Yan sólo hubiera escrito esta novela, igual habría sido un justo y merecido ganador del Premio Nobel.
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…