Selección de poemas del libro Contrabando, a publicarse el primer semestre de este año por Balmaceda Arte Joven Ediciones.

 

Canchas de tierra

Toda la vida con la misma sensación

de sentirte acechado en cualquier parte

mirar las zapatillas suspendidas en los cables

e imaginar El Colgado del Tarot / las cartas

tiradas en el suelo como hojas de otro otoño

donde quizá el peligro es sólo un desvelo

o crónica roja en las casitas de otros barrios

 

A nosotros nos tocó el dolor compartido

y jugar a la pelota en las tierras baldías

escuchando el charchazo que le da la miseria

a la cara B de la realidad / la lágrima cayendo

igual que una navaja por el rostro de Géminis

marcando la cicatriz que delimita sus facciones

 

Aunque en otras partes debe ser parecido

creo que no podría entender este juego

sin el clavo en el zapato / el agua negra / la luz cortada

y el fresco de la mañana humedeciendo la tierra

donde los olvidados siempre juegan a existir

 

—Pero esas son tonteras hijo!

Tú corre nomás  / patea la pelota

y si algún cuiquito viene a molestarte

grítale ese gol en la cara

 

Y claro papá / no faltaba más

tal vez la vida consista en eso / pero

¿qué haremos cuando se acabe la racha?

 

Los que pierdan pagarán la cancha

El que llegue al último se pondrá al arco

 

 

Mané Garrincha:

el carnaval perpetuo

 

Un día Garrincha

cansado de los mal llamados periodistas

le respondió a Álvaro Cepeda:

Un día soy un genio del fútbol. Al otro día, mi vida privada está en todos los titulares y ya no soy un genio del fútbol porque casi nunca, al hablar de mí se habla del fútbol, sino de lo que hago fuera de la cancha y lo que hago fuera, la novela que es mi vida, hace que se olviden del fútbol que yo juego. Entonces no se puede distinguir.

 

Y claro Mané / quizá no se puede distinguir

quizá autor y obra no pueden dejar de ser

una sola montaña de símbolos en el espacio

una mixtura de delicias y sinsabores

que de día te tiene en cancha bailando

y de noche abandonado en Río de Janeiro

al azar de las calles / muerto por alcoholismo

 

Y eso que tú no vivías tu vida / era tu público

el que te vivía en las gradas y en televisión

era tu público el que lloraba de felicidad

cuando llevabas al rival de un lado para el otro

Frente al telón: ese carnaval / la fiesta del fútbol

Tras bambalinas: los excesos / las mujeres / tu afán

de inmolarte para devolvernos el fuego

sin complejo de héroe / Prometeo brasileño

con la cara sucia y las piernas torcidas

 

Pero nada fue en vano Mané

dicen que hoy / cuando en tu ciudad natal

levantan su bandera blanca y negra

el Rey queda sin corona porque la Muerte

la lleva hasta tu tumba y re-escribe allí:

Aquí descansa en paz el hombre

que fue la alegría del pueblo

 

 

Tres canciones punk rock

 

                        I

 

Siento el apetito voraz de Michimalonco

el deseo de quemar hasta la última choza

que se haya atrevido a crecer en la urbe

 

Tal vez si tuviéramos identidad

si mi hogar fuera una ruca

pero nada de eso / sólo el desastre

de vivir arrinconado en la casa del perro

cobrándole peaje hasta a mis propias ideas

 

Soy nieto de un campesino que nunca pudieron matar

soy hijo de un lautarista que perdió la Guerra Civil:

no soy nada / no soy nada / no soy nada

 

 

                        II

 

Juventud y necrosis

gusanos comiéndose de a poco

las entrañas de Santiago

 

Somos una herida que no sana

cantamos temas rockabilly

que hablan de muertes y fiestas

 

Tiemblo al ver a los turistas

sacando fotitos en la ciudad:

 

imagino que en los fotogramas

sólo saldrán calaveras

y huesos sueltos

 

           III

 

No vamos a ninguna parte

 

Me miro en el espejo de un Mall

y me dan ganas de ahorcarme

 

Tal vez si tuviéramos identidad

si Santiago fuera un cadáver exquisito

pero nada de eso / sólo el desastre

de sentir ganas de quemarlos a todos

sin dar ni la más mínima explicación

 

 

Escritura de Alfonso Contreras

 

                                   A mi abuelo paterno y su descendencia

 

A ti

héroe rokhiano de otros tiempos

mitología del maíz y de los caballos

canción de Gervasio / mi propia plegaria al labrador

vengo a pedirte por mis muertos y

por todos los pobres de este mundo

 

Eres el único huerto posible para esta semilla

y el pastor ideal para mis poemas

que te siguen como ganado / pájaros del monte

bajando a beber en las riberas del Rapel

donde quizá algún día te miraste / contrario a Narciso

pues era el lago el que se reflejaba en ti

sintiéndose altivo y orgulloso

 

Dicen que iluminabas las cantinas

con tu presencia alegre –carbón de brasero–

y fueron la carreta y los campos / las uvas y el viento

las que curtieron tu sonrisa de hombre justo

porque reías siempre con la misma emoción

con la que lloraste cuando ganó Allende

con la que criaste a tus hijos y la que

dejaste aquí cual Sermón de la Montaña

 

Hoy vuelvo a ti con respeto / orando

por todos los pobres de este mundo

y del otro / los muertos / los que no aparecieron

para que los recibas algún día en tus tierras

tu santa gloria / tu reino de justicia e igualdad

ahora y en la hora de mi muerte

 

Amén

 

 

Rocío sobre las páginas

 

A Rocío Serón

 

Al parecer me haces hablar de más

seguir el ritmo de este juego de máscaras

carnaval en días nublados / turbulencias en el viaje

y el repiqueteo de la lluvia cayendo sobre mis textos

porque sueñas con tormentas / mundos que se acaban

y yo con un desierto que se lo va tragando todo

–metáfora de mi sombra arrancándose de mí–

 

Y tú vienes con las manos limpias

y yo busco una fuente donde lavar las mías

porque aquí la gente vive equivocándose

nos lanzamos al vacío apretando los dientes

imaginando camas de plumas al final de la caída

aunque el enemigo siga durmiendo en el espejo

y tú empapes los pétalos donde voy escribiendo

estos versos que el diluvio no podrá llevarse

 

Despertar en ruinas es un trabajo ingrato

pero faltan cinco minutos para que amanezca

y yo escribo mirando tu nombre sobre las hojas

mientras te ruborizas buscando una explicación

y el alba comienza a humedecer este poema

 

 

Té de Melisa

 

No se puede escribir en paz / pero

se puede escribir mientras sale humo de la taza

poner una palabra tras otra en el papel

completando el rito / esta costumbre oriental

de servirse el té para quitarse la soga del cuello

tranquilizándote / tomándolo hasta quemarte la lengua

y así no hablar más / escribiéndolo todo

como si la grafía fuera alcohol en las heridas

 

Sólo así se llega a la calma / sólo así

logro dormir por las noches

riéndome incluso de la paradoja

de que esta simple infusión

tenga nombre de mujer

 

 

Viajero geopolítico observando el

nacimiento del Hombre Nuevo

 

Salen en bandadas a recorrer el mundo

y el mundo se parece tanto a sí mismos:

la ilusión óptica de las fronteras / las líneas

que separan una tierra de otra

como picando carne

o separando a las vacas

que luego irán al matadero

 

No vale la pena viajar por fuera

si queda tanto que hacer por dentro

y uno se mueve pisando las cáscaras

del huevo que se rompió / de esa

prisión voluntaria y frágil

que es el ego del viajero

 

Viajar por el mundo resulta desolador

cuando uno aún no se recorre las venas

y viaja ignorando esa verdad implacable

que es desplazarse para huir de uno mismo

sintiendo el terror de estar arrastrando

un cadáver hacia el punto de partida

 

 

Dos tangos para Cabiria

 

                        I

 

Camino solo –las manos en los bolsillos–

contando estrellas en las noches de Cabiria

con una imagen en mente: las naves quemándose

y el viajero acampando en las dos caras de la moneda

buscando equilibrio / renacimiento / una cuerda vertical

que baje y suba del abismo cuando le plazca

sabiendo que el cuerpo se hará polvo en el viento

para que las mujeres enumeren nuestros restos

y nuestros fracasos / cual palomas en la Plaza de Armas

guardando migas para el invierno que vendrá

 

 

                        II

 

Todos anhelamos empezar de nuevo

pero es la vida la que vuelve a comenzar

la que se pisa la cola / la que se ladra a sí misma

y nos sorprende a nosotros / los desesperados

que le apostamos a todas las reinas de la baraja

y a esa remota posibilidad de que las estrellas

se alineen alguna vez sobre las noches de Cabiria

mientras ella espera –clavada en su ingenuidad–

lo mismo que yo: el momento de quemar las naves

y partir desde cero dejando la mierda atrás

sin ni una pizca de remordimiento

 

 

Patricio Contreras Navarrete. Poeta, editor, educador y crítico literario. Nace en Santiago de Chile en 1989. Licenciado en Literatura de la Universidad Diego Portales (2012) y Diplomado en Edición en la misma casa de estudios (2015). Fue becario de la Fundación Pablo Neruda (2012) y el mismo año obtuvo el Primer Lugar en el 2do Concurso Literario Manuel Rojas, categoría Poesía. Además, en 2013 alcanzó el Segundo Lugar en el 1er Concurso de Poesía Caballo Furioso, de Ediciones La Polla Literaria; en 2014 el Segundo Lugar en el Concurso Letras de Chile, categoría Poesía; y el 2015 la 3º Mención Honrosa en el 1er Concurso Nacional de Poesía Pablo de Rokha. Actualmente, junto al Movimiento Anagénesis y el Colectivo Poético Agua Maldita, organiza actividades políticas, sociales y culturales en diferentes comunas de Santiago.