Por Hernán Jorquera

EL TIBURÓN DE MONTERROSO

 Anoche un tiburón se apareció en mis sueños y devoró a todos mis dinosaurios.

TESEO Y EL MINOTAURO

Teseo se introdujo en el laberinto con temor. Con una mano aferraba el ovillo que Ariadna le regaló para no extraviarse, con la otra la espada regalo de su padre, el rey Egeo. Durante horas vagó por los intrincados senderos con pasos dubitativos, no conseguía hallar el camino al Minotauro, hasta que un resplandor se elevó por entre unas paredes adelante y pensó que en esa dirección se podía encontrar el enemigo. Corrió con determinación, ya sin temor, tal vez con demasiado ímpetu, hasta encontrarse frente a frente no con el resplandor, sino con una espesa luz que casi le hería los ojos. Teseo al ver a aquel monstruo amenazador, enorme, de cuernos broncíneos que se alzaban al cielo estrellado gritó con valor y desenvainó su espada. Al mismo tiempo el Minotauro blandía un hacha monumental en el aire, entonces ambos rugieron al unísono y descargaron un golpe furibundo de sus armas contra el adversario. Se oyó un estallido estridente que martilleó los oídos del héroe y la luz que iluminaba la guarida del Minotauro se quebró en mil pedazos. Teseo, agotado y desconcertado, suspiró. Frente a él sólo quedó el silencio, la oscuridad y el marco dorado de un gigantesco espejo.

 

CONVERGENCIA

Una gitana le dijo a H. que los ojos de muchas mujeres se posarían en él a lo largo de toda su vida. A mil kilómetros de ahí otra gitana le dijo a M. que terminaría en la cárcel en una semana luego de atropellar a un hombre. M. no quiere cometer el crimen y huye a la ciudad de H., pero en su veloz carrera M. atropella a H. y le quita la vida frente a la cárcel de mujeres.

 

REGRESO DEL PAN

El pueblo celebra con júbilo; luego de una extraordinaria batalla los molinos vencieron a un tal Quijote de la Mancha.

 

SAMSA Y LIGEIA

La mujer de M. despertó una mañana convertida en un repugnante insecto. El primer pensamiento de M. fue quitarle la vida y evitarle el sufrimiento que le deparaba el porvenir, pero en el momento que jalaba del gatillo recordó los muchos años de vivencia juntos, aquellos quince años de dedicación mutua, de problemas, mas también felicidad y entre lágrimas optó por encerrarla en casa hasta que muriera. Los años fueron pasando, lentos y dolorosos, M. cuidó de ella con esmero, quizá con la esperanza de recuperarla algún día, pero fue la muerte quien llegó, dura e implacable, al cabo de diez años. Con un dolor que le rompía el pecho M. metió el cuerpo de su mujer dentro de un saco y lo llevó al patio trasero para enterrarlo. Jamás imaginó que sucedería lo que ocurrió. M., aterrorizado, soltó el saco que se debatía entre sus brazos, este al caer se abrió y del interior no salió el cuerpo muerto del insecto repugnante sino el cuerpo desnudo de la mujer de M., vivo y lozano, el mismo cuerpo que ella poseía veinticinco años atrás.

Aún desconcertado M. corrió a colmar de abrazos y besos a su mujer, quería demostrarle ese amor que jamás abandonó su corazón y le hizo cuidarla hasta la muerte, no obstante sólo consiguió, bajo una corriente de lágrimas y palabras ininteligibles, enredar sus seis patas y herir las rodillas de ella con sus mandíbulas poderosas.

 

DIVORCIO

Al juzgado llega la mujer del hombre invisible a interponer una demanda de divorcio contra su marido; alude que desde el matrimonio jamás lo ha visto en casa.

 

FIN DEL MUNDO

Dios se puso audífonos en los oídos para no oír el rugido terrible de las bombas que se desparramaban por toda la tierra. Nada bueno viene de oír a los humanos, se dijo.

 

GATO

Hoy por la mañana un gato blanco se cruzó en mi camino, al verme corrió asustado a la calle y lo atropelló un bus del Transantiago que pasaba. Fue mi culpa, yo andaba vestido de negro.

 

CRIMINAL

Ese día jugaba mi querido Santiago Wanderers y fui al bar Liberty, frente a Plaza Echaurren, a ver el partido. Como el cliente habitual que yo era compré mi botellón de cerveza y busqué mi mesa de siempre, pero para mi sorpresa estaba ocupada por un hombre delgado, vestido de negro, pálido y completamente borracho. No me molesté y me senté en la silla desocupada frente a él. Nos observamos un par de segundos, en silencio. Rompí el silencio y le pregunté si era hincha de Wanderers. Respondió no, soy escritor y no disfruto demasiado del fútbol, deporte incomprensible para mí. Al enterarme de su oficio mi corazón saltó de gozo, le expresé mi amor por Franz Kafka, le dije el oficio de escritor es el oficio más noble del mundo, mi deseo frustrado es escribir, pero lamentablemente no tengo el talento. Me respondió: no conozco al tal Kafka y no sabes de qué hablas, es un oficio miserable y lleno de penurias, y yo soy aún más miserable, pues he asesinado a mi mujer en un arrebato de odio irracional. Como el escritor que él era supuse su confesión como un arranque de fantasía, o la representación de algún personaje, y lo oí incrédulo y me limité a beber de mi cerveza y mirar el partido que iniciaba. De pronto el hombre pálido se levantó violentamente de su silla y me sujetó por los hombros. Entre lágrimas me hizo prometerme que, cuando terminara mi bebida (y él la suya), fuera y lo denunciara a la policía, él no opondría resistencia al justo castigo que merecía por su terrible crimen. Algo desconcertado le seguí el juego, le prometí hacerlo, pero era imposible que fuera a la justicia sin saber el nombre del criminal ni el sitio exacto donde se hallaba el cuerpo. El pálido guardó un silencio terrible antes de decirme su nombre: soy Edgard Allan Poe, dijo, y el cadáver de mi mujer está emparedado en mi casa.

 

NÁUFRAGO

Aquel pobre náufrago ahora descansa en pez; al intentar huir de la isla en una balsa de madera se lo tragó un tiburón.

 

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Hernán Jorquera es el seudónimo de Mario Medina Jorquera, escritor chileno emergente. Nació en Santiago de Chile el año 1983 y ha vivido en varias ciudades de su país. Sentó su residencia definitiva en Valparaíso el año 2000, lo que marcó para siempre el inicio de su vocación literaria. De preferencia se ha dedicado a la prosa, a la poesía en forma esporádica. Como prosista ha obtenido algunas distinciones: ganador del VI de relato breve del centro cultural Gronemeyer de Quilpué en septiembre del 2013 con el relato “El coleccionista”, Mención honrosa en el concurso de Cuento y Poesía del Colegio de Cirujanos Dentistas de Chile con la obra “Disfraces” , seleccionado entre los 100 mejores microcuentos y publicado por el concurso Valparaíso en 100 palabras II versión año 2014 con el relato «El Chivato». En poesía fue seleccionado con el poema «Invención doce» para la antología de Nuevos Poetas Latinoamericanos Por La Paz de la Editorial Literaty Edition, Seattle, EE.UU y una mención honrosa en el concurso de Poesía Emerlinda Guzmán de la ciudad de Quilpué.

 

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*Ilustración: Augusto Monterroso.

“El bien y el mal (el bien a la izquierda”, dibujo incluido en Esa fauna (CONACULTA/Biblioteca de México/Ediciones Era, 1992), antología de viñetas y garabatos de Augusto Monterroso, con textos de Hugo Hiriart y Rafael Vargas.