Eduardo Leiva

Estudió Teoría e Historia del Arte en la Universidad de Chile. Es hijo y nieto de poetas populares, e inició su camino en la poesía tempranamente a fines de los años 80.  

Algunos de sus escritos aparecieron en la compilación “Disco Duro” que editó el suplemento Zona de Contacto del diario El Mercurio en 1995 y en revistas literarias de la época.  En 1998, participó con un texto en la sección “Poetas del barrio” del disco “Bailables de Cueto Road”, de Mauricio Redolés.  En adelante se intensificó su relación con la música, formando parte de la banda La Mano, con quienes grabó el CD “Se da La Mano” en el año 2007.   Actualmente, alterna su trabajo creativo entre letras y música e integra la banda “Departamental”, con la que grabó el año 2013, el cd “Vagos cantos” que acompaña al “Libro de pasajeros”. 

 

 

Odisea

 

Palo de helado

cruza navegando

el charco del cielo

 

 

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Sentado en medio

 

Sentado en medio del parque

en medio de la vida

creo ser una hoja en blanco

 

sin embargo

una paloma me observa

 

camina rodeándome.

 

 

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Poema del patio

 

Caen y se empujan los minutos, y es obvio pensar en las fichas de dominó, y yo, mirando la tarde, solo, pensando; pensando en lo que no he  escrito, en mi forma de errar, en lo que es paso adelante o retroceso

 

y cae un fruto

 

del damasco

 

y   n o  d e s c u b r o   n a d a .

 

 

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28 de septiembre

 

Me desperté con un hambre triste

enfermo

sin un peso

 

pensé que ya no había más

 

pero el buen Dios

tiene siempre

otra mejilla mía

a su alcance.

 

 

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Termina la jornada

 

-Mientras ordeno las herramientas

un tipo se acerca y me dice “Maestro”

y algo más

no sé qué-

 

 

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Hay un lugar en nosotros

 

No existe lo mío porque yo no existo

es decir no existe la importancia de que diga de mí

que existo

o cualquier cosa.

 

No hay tal soy porque todos lo somos

y el vacío nos sitia con igual afecto doloroso.

 

Es posible el encontrarse de nuestras sombras

y hablarse de cosas comunes y graciosas

o el cruzarse en las calles mirándose desde los

ojos de cualquiera

 

Hay un lugar en nosotros

desde el que nadie sabe quién escribió esto,

es decir se sabe lo poco importante que es

lo escrito

y el quien.

 

 

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Al final

 

El secreto es el de los animales

esos grandes taoístas:

 

si se agita su corazón

se esfuerzan por respirar

 

si no respiran

se mueren

 

¡qué tanto!

 

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La vida a sorbos

 

Gota a gota, día a día

celebro el viejo misterio.

Tomo en broma, tomo en serio

la tristeza y la alegría.

 

Este vaso en que bebo

la vida a sorbos

no respeta deseos

y me conformo

 

y me conformo, ay sí,

cuero y destino

como el vaso que vive en

torno a su vino.

 

Verlo por siempre lleno

peno y no peno.

 

 

Estos textos pertenecen a Libro de Pasajeros, de Eduardo Leiva, 2013.