Por Abdelkader Chaui
La poesía tiene una química alucinante y transcendental. No solo emite una representación retórica y se emite con una carga expresiva, emocional y simbólica, sino también divulga su exaltación fulgurante típicamente lingüística y se divulga a través de la imaginación…en su infinita extensión.
El verso en sí mismo es una creación lingüística incitante… que toca, en relación con la sensibilidad, la profundidad de nuestras almas, y llega a los confines de nuestros sentimientos. La poesía, como dijo Paul Valery alguna vez, es una vacilación perene entre el sonido y el sentido: un canto diferente que emana de una sensibilidad singular… eso es.
Pauline en este poemario, para decirlo de otra forma, no describe el viaje ni el paisaje, mejor: se aplica a un sistema hecho de palabras que le permite configurar una visión poética en relación con el impacto que produce el viaje (lado sentimental) y la marca que estampa el paisaje (que es una reproducción imaginaria de lo vivido y visto, lo pensado y recibido). Se supone, pues, que su sistema lingüístico produce, en un intento lírico de capturar y transformar las imágenes, su propia visión profundamente individual del mundo creado. La realidad, en este caso, es una variación, la imaginación es una alteración… la poesía, en este poemario y en definitiva, somete la imaginación a «su» realidad para producir la sublimación… de allí nace el encanto.
Se sabe que el poeta, como lo codificó Pierre Reverdy, es un creador de imágenes. Para decir pues, en un ejemplo distinto y revelador, que Estambul del Orhan Pamuk, ciudad de su infancia y de sus recuerdos, no coincide en nada con la ciudad que «capta y apasiona» (p. 23) de Pauline. En ésta es una imagen de aquella Estambul fascinante, y en el otro caso es la misma, pero de recuerdos nostálgicos. Son dos en una por la visión discrepante, y la alteración de los sentimientos que captan las ondas de la diferencia, y, por fin, porque son dos ciudades diferentes aunque con el mismo nombre alegórico.
La poesía de Pauline inspira claramente, por su estilo expresivo de edificar su mundo preferido, la interpretación como una mediación para acertar la compleja existencia del individuo y el significado de su espacio vital y real a la vez. Su intimidad como su verbo, realmente estimulante, difunden la belleza y el disfrute.
Abdelkader Chaui
Escritor
Crítico de Arte
Embajador del Reino de Marruecos en Chile
(Selección de poemas tomada por Miguel de Loyola)
IV
Noche en Estambul
lluvia, truenos relámpagos,
me desperté
caminé hacia Santa Sofía
al llegar pude por un resquicio
entrar en la Mezquita vacía
en plena oscuridad avancé libre
el ruido retumbaba en los muros de Hagia Sabiduría
rayos iluminando como fotografías
las columnas, las vías
templo magnífico
y en el medio yo detenida,
emoción encendida
de oscuridad y de lluvia vida.
Esplendor en el relámpago
que de imágenes daba su energía
encanto del cielo traspasado por vitrales
de una tormenta que daba
su oración en carne viva.
IX
Tres niñas se acercan
preguntan mi nombre
no comprendo su idioma
mas digo Pauline.
Me observan serenas
sus vestidos son blancos
un encuentro extraño
que aprendo y amparo.
Tres niñas,
mi espíritu avanza
con presencias certeras
que transforman mi ir.
X
La luz se adelantó
trepando montañas fui
en tu vientre caí
en el centro de tu copa
me arrodillé y oré
el templo cayó sobre mi
y tuve el valor
de seguir,
me adelanté
hasta el altar de mis sueños
en oro rubí
el cuerno cayó sobre mi
en Baile sufí
de giros y giros
sobre el mástil
cohete antena minarete.
Pestañas deshojan pétalos que en tu centro oí
cae luz sobre mi
y los poemas de Estambul
me hacen vivir.
XII
(Poema creado in situ en el mar del Bósforo)
Sobre el Bósforo
el peso del bote,
barco bamboleante
que bailante balbucea:
sobre el encuentro de dos mares
sumerjo mis ideas
sobre el agua antigua
vuelvo al tiempo
en que una vez existí
navegante de desiertos
y viajes a luz marfil,
inventaré esos momentos
hasta contactar
una cultura y un jazmín.
XX
Me pongo los trajes del mundo
me hago ciudadana de aquí
adueño mi ser a lo creado
soy humana y soy sufí.
Me enclavo en estos bordes
porque estos bordes son la truchas intactas
que fueron pescadas para hacerme sentir.
Instalo mi trampolín
y le agrego al mundo
un pedazo de mí.
XXII
Quisiera conocer todas las culturas y abarcar la humanidad
hablar sus idiomas, sus rezos
sus penurias, bostezos
quisiera bailar sus canciones
desde tiempos dormidos
desde las risas y las avenidas
besar las bocas vivas
de lunares y alcobas
abduciendo las mentes
en sus profundas maniobras.
Biografía
Reseña de Marina Germain
Marina Germain es el seudónimo de la pintora y poeta chilena Pauline Le Roy nacida en Santiago de Chile el año 1966.
Pauline tiene estudios en Pontificia Universidad Católica de Chile y estudios con profesores particulares.
Posee una vasta trayectoria como pintora, exponiendo en diversos lugares como Universidades y Corporaciones Culturales, además de galería particulares.
Su técnica es expresionista, dedicándose al retrato y la figura humana,
desarrollados de forma antropológica y anatómica. Su pintura tiene gran potencia de expresión y un fuerte colorido y contenido.
Ha creado un libro con toda su obra titulado “Paintings and Drawings” traducido al
inglés y el cual se encuentra en Universidades de Estados Unidos como así mismo en la Universidad Autónoma de México.
Es a la vez poeta, publicando el poemario “Magma” en el año 2009, bajo la editorial
Bravo y Allende en Santiago de Chile con prólogo del Poeta Paulo de Jolly, a su vez ha publicado el libro “Himinam” en el año 2011 bajo la editorial Baquiana, Miami, Estados Unidos y con prólogo de Maricel Mayor Marsán, miembro correspondiente de la Academia Norteamericana de la lengua Española.
Así mismo ha publicado el poemario “Vulom” en el año 2012 con Editorial Voces de Hoy en Miami, Estados Unidos y con prólogo de Ernesto R. del Valle poeta cubano.
Reside en Santiago de Chile.
Cualquier parecido con la realidad sólo coincidencia.