Ni demasiado grande ni demasiado pequeño, el café se abría en una esquina sobre dos calles céntricas. Sus muros vidriados permitían ver el continuo trajín de los transeúntes. Encerrando a las camareras y las máquinas, se alzaba al centro el mesón oval, estrecho y alto.
“La camarera”, de Marta Jara Hantke (Talca,1919- Santiago,1972). Descargar PDF AQUÍ.
ESTÁ EN LA BIBLIOTECA NACIONAL.