Patricio Fuentes Catalán (1981)
Músico, profesor de Lenguaje y Comunicación y Magíster en Comunicación© por la Universidad Austral de Chile (UACH). En 2006 gana el I Concurso de Microcuentos “Divagaciones en torno a la literatura”, organizado por el CAA de Lenguaje y Comunicación y la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UACH.
En 2012 obtiene el primer lugar en el Concurso de Microcuentos “El cerebro en 99 palabras” (categoría profesores), organizado por el Programa Explora Conicyt, Región de Los Ríos. Actualmente, forma parte del taller literario, dependiente de la Dirección de Extensión de la UACH, dictado por el poeta valdiviano, Lionel Henríquez.
El último viaje
Nunca antes había salido de su bóveda craneal. Creíase inseparable del occipital, parietales o esfenoides. Tuvo miedo, pero se sintió más liviano y sin dolor. No sabía bien hacia dónde se dirigía. Era como si una fuerza extraña lo condujera lejos del quirófano, para hacerle perder la cabeza, para siempre. Confuso y desolado, corrió tan lejos que ya no sabía cómo regresar; pero eso ya no importaba, pues ahora se había hecho eterno, fundida su memoria en la infinita bóveda celeste que tantos deseos le obsequió con fugaces estrellas.
Enredo amoroso
“¡Nuestra relación pende de un hilo!”.
Teseo.
Oxicorte
Se llamaba Hefesto Francisco Herrera, pero prefería que le llamen Pancho, pues el nombre heredado de su abuelo no le sentaba bien. A sus 38 de años de edad, sólo sabía hacer pololitos como maestro soldador y los fines de semana adormecía la sesera con unos tragos. Cansado de la miseria, se asoció con su compadre Pedro y vació el cajero del supermercado cercano a su casa, con el equipo de oxicorte que tanto le costó comprar. Fue la pega mejor pagada de su vida.
Secuencia
dormir despertar a veces bañarse tomar desayuno esperar el transantiago esperar el transantiago llegar a la pega y trabajar hacer que trabajo mirar la pantalla del pc borrarse por un rato una hora pa´ la colación comer rápido rápido volver al trabajo dormir despierto salir del trabajo esperar el transantiago esperar el transantiago llegar a casa mirar tele mirar tele perder la conciencia dormir despertar a veces bañarse tomar desayuno esperar el transantiago esperar el transantiago
Puros cuentos
Lo cierto es que el leñador no salvó ni a Caperucita, ni menos a la abuelita. Sólo era un alcohólico pendenciero que de un cuchillazo abrió a Juan Lobos, obrero agrícola del sector Pichi-Choroico.
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…