Por Antonio Rojas Gómez

Estas Confesiones se enmarcan en el casillero de la minificción, que tiene sus propios cánones, diferentes a los de la narrativa convencional. Los mini cuentos tienen a los sumo tres páginas, los de extensión exorbitante, pero suelen acomodarse en una,, e incluso en algunos pocos reglones.

Como es fácil imaginar, en tan breve espacio no se alcanzan a desarrollar tramas complejas, ni estudios de personalidad, ni mundos posibles. De manera que el escritor –y hay tantos que ensayan esta modalidad literaria- debe buscar otras formas de sorprender y encantar al lector. Entonces surgen la ironía, el chiste, el ingenio, los juegos idiomáticos, las menciones de autores clásicos, de obras en las que parece buscarse amparo, en el entendido de que quien a buen árbol se arrima… El riesgo que corren los autores de minificciones es que sus textos resulten olvidables y prescindibles. Pero los hay que se las arreglan para permanecer en el recuerdo del lector.

Lilian Elphick lo consigue con recursos de buena ley. Su libro se inicia con seis relatos que llevan el mismo título: El crujido de la seda. Y estos seis episodios, que dan cuenta de un homicidio presenciado por dos harapientos, se entrelazan y forjan en su conjunto una verdadera novela… mininovela queda mejor, pues alcanza solamente a las ocho páginas, pero consigue sugerir una historia completa que se forma bien acabada en la mente del lector. Un acierto que no he visto en otras creaciones del género.

Luego viene un conjunto de mini cuentos que no se diferencian de la línea general de este tipo de relatos. Hasta que llegamos a la tercera parte, que bajo el título genérico de Otras verosimilitudes nos da cuenta de La verdadera historia de… la sábana, la amistad, el amor, el zapato, la tristeza, etc. Y en ellas, la autora rompe esquemas y consigue logros difíciles, que revelan un talento fuera de lo común. En La verdadera historia del zapato dice: “ En sentido freudiano el pie es al falo como el zapato es la vagina”. Y en La verdadera historia de la amistad, “Cool Pozzo y Al Caparra ya no son amigos. La vida se encargó de distanciarlos a punta de balas huérfanas irremisiblemente perdidas en el espacio de la historia”. Y en la sección correspondiente nos informa que la sábana  “fue inventada por Rashid Sab-Anah el año 1000, vendedor de telas y alfombras en El Cairo”. Hay ingenio, hay humor, hay sorpresa en estos mini cuentos que figuran entre los mejores del género y que no resultan olvidables ni prescindibles.

 

Confesiones de una chica de rojo

Lilian Elphick

Mosquito Comunicaciones, Santiago de Chile, 2013.

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Reseña publicada en Revista Occidente N° 432, Septiembre 2013.