Habitante ficticio, de Fabianni Belemuski

Por Ignacio Tamés García

El lúcido ocupante de una ciudad está vivo en el onírico paisaje de acción de Habitante ficticio como en cualquier megalópolis actual. La acción puede relacionarse con géneros como la ciencia-ficción, aunque quizás sea más cierto que se crea y recrea el renovado artificio literario de los sueños, tan delicado de tratar.

Los referentes de esta obra son tan remotos como los sueños interpretados como artificios políticos por Francisco de Quevedo, Juana Inés de la Cruz o John Milton y Margaret Cavendish.

La presencia de un último personaje que integra la narración en un discurso propio del lenguaje cinematográfico puede que no sea suficiente para hacer del sentido general de la novela una obra que se proyecte sobre la ciencia-experimental como arma de futuro. Se habla del  presente narrativo, pero el presente se construye con los recuerdos cruzados del pasado, vivido o soñado, dentro de un habitante interior protéico, real o irreal, dentro de un ser que huye vertiginosamente hacia adelante; alguien que huye entre el ser y la nada del recuerdo y de su propia existencia. Un verdadero velocista de la ficción y de la literatura de acción onírica que quizás comienza su andadura como género actualizado con Fabianni Belemuski.

Gracias a ello podríamos decir también que el futuro ya está aquí, y que es así de angustioso y desolador; aunque puede que no fuese necesario tanto esfuerzo porque Belemuski ya lo habría hecho de forma más lírica y generosa de lo que a primera vista parece. Sería necesario, para estar a esa altura, tratar de transcribir los propios recuerdos o sueños de cada uno, fragmentarlos en conflictivas situaciones que, al transcribirlas, pueden resultar inciertas, o menos ciertas de lo que por algún motivo parecían antes de ser escritos.

Eso podría ser un ejercicio tan fielmente real de la irrealidad de los sueños y también de los recuerdos que se cruzan con los de otras personas. Fugitivos de la existencia soñada, poco o nada idealizada.

Habitante ficticio es novela de acción, pero su trama de evocaciones se integra en un inquietante paisaje onírico de acción reflexiva. Los límites son difusos entre el ser que actúa y recuerda y el yo narrativo de la obra de Belemuski. Y esa es parte de la esencia de su cruce con los recuerdos y las acciones de otras personas. La esencia literaria de un ser que actúa en una huida hacia adelante de diversas ciudades, de su pasado y sus recuerdos. Acción filosófica novelada si pudiéramos hablar de un escritor experimental, ajeno a las bibliotecas y a las aulas, que actúa sobre sí mismo como si la mente fuera su propio campo de trabajo.

No se trata, en este caso, de sumarse a quienes puedan cantarle a la literatura de autoayuda, al Código da Vinci o al esoterismo más de moda. El Habitante ficticio de cualquier ciudad de hoy se integra mejor en la tradición literaria que procede de los Sueños y discursos de verdades, descubridoras de abusos, engaños y vicios en todos los géneros y estados del mundo de Francisco de Quevedo, o en La metamorfosis o El proceso de Franz Kafka. No se trata de literatura para un lector poco avisado, pero sí puede que lo sea para quienes sientan verdadera atracción, o vivan la lectura, como un camino interior inquietante y alertador de la conciencia.

Si el lector de estas líneas se considera poseedor de alguna atracción hacia la inquietud o el desasosiego en la literatura quizás haya encontrado algo de lo que busca. Si no fuera así, rogamos disculpe la sugerencia. Quizás si vuelve a leer la obra después de dar una vuelta por alguna comisaría, por algún juzgado de guardia o por algún servicio de urgencias hospitalarias puede que cambie de opinión sobre el Habitante ficticio de cualquier ciudad actual.

El campo de experimentación de esta novela se llama Fabianni Belemuski, habitante principal de esta poliédrica misión ficcional.  

                                                                                                 

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Fabianni Belemuski es escritor, traductor y autor de artículos, reportajes, entrevistas y críticas literarias y artísticas en prensa. Es autor de los libros Diario del Capitán Nwo Sékke y otros cuentos (2010) Deconstrucción, nada más allá(2011) y Michel Houellebecq, diálogos con Fabianni Belemuski (2013)  todos ellos publicados por Niram Art Editorial. Su volumen de poemas Sueño atómico (Mundibook Ediciones, 2013) ha sido traducido al inglés y su última novela, Habitante ficticio, al griego, alemán y francés. Belemuski es entrevistador del programa televisivo “Después del fin del mundo”, representante del Teatro de Hemoficción en Madrid y organizador, junto a Mariano Martín Rodríguez y Fernando Ángel Moreno, de las “I Jornadas Complutenses de Ciencia Ficción” en este año 2013. En 2010 y 2011 fue galardonado con el Premio al Periodismo Cultural por el MAC (Movimento Arte Contemporânea Lisboa) por su labor como director de la revista Niram Art Magazine. Es Licenciado en Periodismo y Máster en Filosofía. En la actualidad realiza su tesis doctoral en la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid.