Roxana Heise Venthur

Cuentista y novelista de gran difusión en antologías y revistas literarias nacionales y extranjeras tanto en internet como en papel.

Finalista concurso cuentos breves Alfred Hitchcock (U.S.A 2001). Finalista concurso Civilia, Todos somos diferentes (España 2004). Participación en antologías de carácter universal: “Los Magos del Cuento” (Ediciones El Salvaje Refinado U.S.A 2002) Libertad bajo Palabras (España 2004), GRAGEAS 2, (Buenos Aires. Octubre 2010) Más de cien cuentos hispanoamericanos, selección del escritor Sergio Gaut Vel Hartman.

Traducida al portugués para “revista periférica” con relato Destino (Portugal, Octubre 2004).

 Los textos presentes en “El Lunar y otros Cuentos” han sido leídos en universidades como: Universidad del Bío- Bío, Universidad de Viña del Mar, Universidad de Valladolid, Universidad de Málaga entre otras.

Seleccionada en concurso Fondo Nacional de Fomento del Libro y La Lectura (Chile- Junio 2006) con novela Frenético Sosiego, publicada en formato tradicional y traducida al polaco por los investigadores Miesko A. Kardyni y Pawel Rogozinski, para incluir a su autora en la “Historia de la literatura hispanoamericana”, que tiene por objeto promover y actualizar el conocimiento de la literatura hispana por parte del pueblo polaco.

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 ESCARABAJO

 Yo era un niño lleno de ilusiones, que subía a las buhardillas para jugar a la ronda con los escarabajos. Hoy soy un escarabajo de cuello y corbata, que perdió a su niño en la buhardilla del olvido.

DESDE LAS ALTURAS

Adiós, me dijiste desde las alturas y extendiste tus alas.

Amor… ¿Cómo te fuiste a estrellar contra los acantilados?

CATACLISMO RACIONAL

 Si al menos evitaras poner el dedo en la yaga del recuerdo nada de esto ocurriría: ni los ruidos subterráneos de una historia de amor desbaratada, ni el jinete sin cabeza surcando la noche espectral, blandiendo una espada de infortunios como prestidigitador de  huracanes y tsunamis. Si al menos hubieras pretendido, miserable, recorrer estas colinas de la devastación y acompañar mi dolor de pasear  sueños perdidos para siempre, en la vereda destruida del olvido. Si tú milagrosamente, hubieses sobrevivido a la catástrofe romántica del siglo, si negaras por un segundo el peligro inminente de un cataclismo racional, seguro estarías aquí, conmigo, y me rescatarías de este tétrico rito mal llamado pensamiento.

 EL LUNAR

 Este extraño lunar que crece y crece, piensa él cada mañana frente al espejo. No es que sea grande grande, sin embargo, a él le parece que está cada vez más puntiagudo, que adquirió de pronto el carácter de una montaña, después de haber sido sólo un punto muerto en medio de la cara. Y no es que le preocupen las marcas en el rostro y esas tonterías, es sólo que él, está consciente de la azarosa lucha por el sustento diario y de sus graves problemas económicos, protestos piensa, mientras se rasca el lunar y le mueve sutilmente la cúspide. Vendrán los acreedores y lo coge de la base, incrustando levemente la uña de su índice derecho. Aquello del jefe fue una chambonada, mire que considerarlo incompetente, bueno, son cosas que pasan. Apoya su rostro sobre el espejo, el lunar no lo percibe y parece no existir, la humedad de su respiración empaña sus facciones, lo vuelve dúctil y etéreo como la nada. Piensa que esta vez todo acabó, que hoy recibirá el sobre azul, quizás sí, quizás no. Su esposa ignora la situación, sus hijos juegan a ser grandes en la habitación contigua mientras él se aleja del vidrio, su rostro está sudoroso, el lunar sigue allí, más grande aún, en verdad piensa, esta vez ha crecido demasiado, su tamaño se ha vuelto cósmico, será mejor que lo extirpe.

PROMESA

 Ella en verdad seduce. Te mira con ese rostro planetario y te deja boquiabierto de esperanzas, empapado de sueño. Y aunque su pletórica apariencia te traiga rodando y sepas de su mala reputación no puedes evitarla; te entregas a ella hasta que su cansancio y su condición de pretty baby de los caídos, te arrojan habitación abajo, condenándote a vagar incesantemente entre callejuelas y conventillos grises, donde te extingues hasta fusionarte a la oscuridad de una noche vil y metalizada que la nombra: Promesa…Promesa, corrompiste tu origen transparente para venderte al mejor postor. Oyes rumores de que la han visto en alguna plaza eclipsando multitudes, que te engaña con un hombre público (un político exactamente) y le vuelves a gritar: ¡Promesa! Y ella no responde y no responderá, pues sabe bien que tú has dejado de creer en su palabra para siempre y prefieres continuar tu indigente travesía, callejón abajo.