Por Rolando Rojo Redolés.
Y tú no me respondes es la última novela de Poli Delano. Además de ser la letra de un bolero, es el grito de dolor, de angustia amorosa que dan dos individuos unidos por lazos de parentesco y separados por cinco siglos de distancia.: Gaspar de la Encina, hombre del siglo XVI y Gaspar Encina, habitante del siglo XXI
Pero no son los años, ni los genes, ni los insalvables cambios sociales, científicos, técnicos y culturales los que los unen o separan, sino el despecho de una mujer (María Leonor en el caso del primer Encina y María en el caso del segundo) lo que los asemeja. Ambos sufren el abandono sus respectivas mujeres o son los causantes de dicho abandono. El primero por haber viajado a las Indias en busca del preciado oro en tiempos de Carlos V, y el segundo por fanfarronear que era una “voz que se perdió para el bolero”. Ambos sufren, ambos buscan comunicarse con sus amadas ausentes; el primero a través de las cartas escritas con tinta, papiro y pluma de ganso que atraviesan el Atlántico y el segundo a través de los modernos mail. Ninguno de los dos obtiene respuesta, y ambos deciden compartir sus vidas con otros amores (Xochitl en el caso del primer Gaspar y Justina para el segundo)
La nueva novela de Poli Délano deja establecida su madurez narrativa, la buena prosa que siempre ha caracterizado sus textos, la precisión del lenguaje y, fundamentalmente, la capacidad de construir personajes creíbles y queribles. Otra de las virtudes del escritor es la naturalidad con que entrecruza historias, cómo logra unir relatos dentro del relato central. Cuestión nada fácil, pues se corre el riesgo de obstaculizar u obscurecer la trama central. Poli sabe abrirlas y cerrarlas en el momento oportuno. A veces, con genialidad pudorosa. Cuando la mujer de Gaspar de la Encina va a cometer adulterio con su primo Gonzalo, asistimos al siguiente diálogo que pone fin a una escena de recatado rechazo de la mujer al galán:
-¿Dejarás tu alcoba sin pasar la aldaba esta noche? (Dice él)
“Ella lo mira negando con la cabeza, aunque luego, en voz baja, al retirarse, dice:
-Sí ”.
Hasta ahí llega la escena. Aunque deje con gusto a poco a paladares menos finos.
Otro de los rasgos característicos de la literatura de Poli Délano es el sentido del humor, las variaciones y matices. A veces es una simple sonrisa que se transforma en risa franca y puede explotar en sonora carcajada. Por señalar algunos episodios: El castigo que recibe Gaspar de Encina por los hermanos de su amada Xochitl; la ruptura entre Gaspar Encina (el segundo) y su mujer María; la relación de Mamerto y Cecilia; el trato que recibe el Encina renacentista en el convento donde las monjitas le curan las heridas.
Las historias de los dos Encina se van entrecruzando. Las del primer Encina a través de sus cartas y diario de vida. Ello obliga a un lenguaje de época: “Muy magnífico y reverendo amigo: Me enteré de que Nuestro Señor fue servido de llevar a vuestra madre al Cielo, y como buen cristiano he rogado al Altísimo por ella.” El segundo Encina es contemporáneo. Conclusión: Muchas cosas han cambiado en quinientos años, pero hay una que sigue intacta, el dolor por el amor ausente. Los boleros y los tangos así lo confirman . “Junto a Dios, junto al mar, yo te pido que al menos me digas por qué me castigas”. Otro: Tú la dejaste ir, vereda tropical”. Un tango: “decime qué pasó, no alcanzo a comprender por qué no me mirás, corazón como ayer..” Muchas de ellas, citadas por el Gaspar segundo.
“Y tú no me respondes” es una novela que se lee de principio a fin, sin soltarla de las manos. Bien escrita y bien compuesta. Una de las buenas novelas de este incansable escritor.
Es asombroso descubrir cómo se articulan las ideas y pasiones en torno a la poesía habiendo tanta distancia geográfica -nunca…