Lauro Zavala (Ciudad de México, 1954). Es uno de los máximos referentes del análisis teórico del género. Trabaja como profesor-investigador en la Universidad Autónoma Metropolitana de Xochimilco, en la Ciudad de México, en el módulo de análisis cinematográfico.
Ha publicado las antologías: Humor e ironía en el cuento mexicano (2 vols.) (Uruguay, 1989), La palabra en juego. El nuevo cuento mexicano, Antología (UAEM, México, 1993), Teorías de los cuentistas. Teorías del cuento, Vol. 1. (UNAM, México, 1993), La escritura del cuento. Teorías del cuento, Vol. 2. (UNAM, México, 1995), Poéticas de la brevedad. Teorías del cuento, Vol. 3. (UNAM, México, 1996), Cuentos sobre el cuento. Teorías del cuento, Vol. 4. (UNAM, México, 1998), Borges múltiple. Cuentos y ensayos de cuentistas (UNAM, México, 1999), Relatos vertiginosos. Antología de cuentos mínimos (Alfaguara Juvenil, México, 2000), Relatos mexicanos posmodernos. Prosa breve, híbrida y lúdica (Alfaguara Juvenil, México, 2001), El dinosaurio anotado. Edición crítica de “El dinosaurio”, de Augusto Monterroso (Alfaguara Juvenil, México, 2002) y Minificción mexicana. Serie Antologías Literarias del Siglo XX (UNAM, México, 2003). Además, publicó libros de estudio y materiales didácticos, entre los que se destacan: Cómo estudiar el cuento. Con una guía para estudiar el cine (Palo de Hormigo, Guatemala, 2002), Cartografías del cuento y la minificción (Renacimiento, España, 2004), Paseos por el cuento mexicano (Nueva Imagen, México, 2004), La minificción bajo el microscopio (Universidad Pedagógica Nacional de Colombia, Colombia, 2005), La minificción bajo el microscopio (Universidad Nacional Autónoma de México, 2006), Manual de análisis narrativo. Cuento. Cine. Intertextualidad (Trillas, México, 2006), Ironías de la ficción y la metaficción en cine y literatura (UACM, México, 2007) y Cómo estudiar el cuento. Teoría. Historia. Análisis. Enseñanza (Trillas, México, 2009). Recibió el Doctorado en Literatura Hispánica en El Colegio de México con un modelo teórico para analizar la ficción posmoderna en cine y literatura. Desde 2005, es el presidente de SEPANCINE (Seminario Permanente de Análisis Cinematográfico). Desde el año 2000, es director de la revista semestral de investigación El Cuento en Red. Estudios sobre la Ficción Breve, en http://cuentoenred.xoc.uam.mx
IM: ¿Qué denominación prefieres para el género brevísimo y por qué?
LZ: Minificción. Porque el término ficción es el más flexible y preciso. En la epistemología constructivista (Gregory Bateson, Paul Watzlawick, etc.), ficción significa “toda verdad perteneciente a un contexto”. Al cambiar el contexto, el valor de verdad (ficcional) cambia. Por ejemplo, cuando digo: “Ésta es la mujer más hermosa del mundo”. Es una verdad que depende de un contexto. Toda verdad humana (especialmente las verdades narrativas y literarias) depende del contexto (genérico, lingüístico, pragmático) al que pertenece.
La minificción es un género literario autónomo. Es decir, no es una versión breve de otros géneros. No es un minicuento ni una mininovela, etc. La minificción es un género híbrido donde se fusionan diversas tradiciones textuales, gracias al ácido retórico de la ironía, que disuelve fronteras convencionales. Estas tradiciones pueden ser literarias (narración, poesía, ensayo, crónica, etc.) o extraliterarias (confesión, epitafio, solapa, oración, reseña, instructivo, etc.).
IM: ¿Cómo y desde cuando nació tu pasión por el microrrelato?
LZ: Mi interés original de investigación es la teoría del cine. Pero no existe ningún centro de investigaciones cinematográficas en ningún país latinoamericano. Entonces empecé estudiando la teoría del cuento. En 1996, cuando ya había publicado seis libros sobre el tema, el investigador chileno Juan Armando Epple me invitó a elaborar un trabajo sobre este nuevo género (la minificción literaria). Después, en 1998, el mismo Epple y la colega Paqui Noguerol, de Salamanca, visitaron mi ciudad, y aproveché esa ocasión para organizar el Primer Encuentro Internacional de Minificción, donde participaron doce investigadores y ocho escritores de siete países. Las Memorias de ese Encuentro están colgadas en los números 1 y 2 de la revista en línea El Cuento en Red. Este congreso se sigue realizando cada dos años, alternando la sede en algún país de América y de Europa, respectivamente. El año 2000, la editorial Alfaguara me invitó a elaborar una antología del género. Más adelante recibí otras invitaciones de editores universitarios y de Radio Universidad para elaborar otras antologías. Y en 2004 publiqué mi primer libro de teoría sobre el género.
IM: Como lector, ¿prefieres las antologías de microrrelatos o los libros de un solo autor?
LZ: Depende de cada caso. Algunas minificciones son seriales, y conviene conocer el proyecto original del autor en formato de libro. De hecho, es precisamente esa tradición lo que permite decir que la minificción sólo existe en lengua española, pues es extremadamente excepcional encontrar minificciones con la extensión de un libro en otras lenguas. Por otra parte, hay antologías de autor, es decir, propuestas antológicas cuya arquitectura se deriva de una propuesta de lectura del antologador. Es curioso que estas antologías creativas no las hacen los escritores, sino los investigadores.
IM: Como antólogo, ¿qué elementos consideras que debe tener un microrrelato para ser eficaz?
LZ: Yo no hablaría de eficacia, sino de originalidad, perfección o cualquier otro criterio literario. Cada texto propone sus propios criterios de lectura. En mi caso, cada proyecto de antología surge de una propuesta de lectura, lo cual me permite crear series temáticas o formales, establecer tradiciones genéricas, señalar relaciones intertextuales, reconocer estilos individuales, construir secuencias específicas, etc.
IM: ¿Quiénes son en tu opinión los principales referentes del género en tu país?
LZ: Creo que hay dos grandes referentes: lo que yo llamo el paradigma ATM (que en México significa A Toda Madre, pero que yo asocio con Arreola, Torri y Monterroso) y el paradigma AGS (que en México significa Aguascalientes, pero que yo asocio con Avilés Fabila, Felipe Garrido y Guillermo Samperio). Por supuesto, hay mucho otros escritores interesantes.
IM: ¿Por qué crees que se ha producido el auge reciente de la microficción?
LZ: Es probable que esté asociado al surgimiento de los medios digitales. Además de internet, espacios y formatos como Facebook, los blogs, el twitter, los mensajes por celular. Pero al mismo tiempo, en la minificción se continúa una tradición de ingenio popular, ironía textual, juegos de palabras, adivinanzas y otros géneros populares y extraliterarios muy desarrollados en nuestra lengua.
IM: Además de la literatura, ¿qué otras cosas te apasionan?
LZ: El cine. El diseño gráfico. La historieta. Los viajes. Los diccionarios. Las enciclopedias. El jazz clásico. La epistemología posmoderna. Y sobre todo, la teoría de las teorías.
Un cuento: Siempre me ha interesado la teoría del cuento. Ése es el tema de mi tesis doctoral, donde distingo entre cuento clásico (convencional), moderno (experimental) y posmoderno (donde se fusionan las dos tradiciones anteriores).
Una película: Siempre me apasiona la película que estoy viendo. Especialmente las películas biográficas (he visto más de 300), los documentales sobre cine, las adaptaciones sucesivas de un mismo texto literario, el film noir de los años cuarenta, todo Hitchcock, la comedia romántica de los 50, las películas que hizo Marilyn Monroe, el cine de Zhang Yimou, Billy Wilder, Otto Premminger. Y sobre todo, las películas que tienen grabado el comentario simultáneo de un experto en la película que comenta.
Una canción: Creo que las canciones son un género de la minificción, y merecen ser estudiadas como tales. De hecho, estoy preparando un trabajo sobre la materia.
Una ciudad: Mis ciudades favoritas en México son San Miguel de Allende y Valle de Bravo, donde se conserva el ambiente colonial. En Europa, la impresionante Saint-Jean-de-la-Lumiere, en la frontera entre España y Francia. Y la bellísima Universidad de Heidelberg (en Alemania); la montaña junto a Banff (en Canadá) y las increíbles librerías que hay en Berkeley, Eugene, Princeton, Seattle, Washington y Vancouver (en esta última están abiertas las 24 horas). Y Mendocino, en California, donde se han filmado más de 100 películas míticas.
Una frase: Más bien, los diccionarios de aforismos, entre los cuales prefiero los wellerismos (irlandeses) y los zingers (británicos), que tienen un notable sentido del humor.
Una comida: Como mexicano, estoy familiarizado con las llamadas gringas, que son quesadillas de tortilla de trigo con chuleta, queso, salsa de tomate verde y limón. Y una deliciosa bebida que está desapareciendo es el tepache, hecho de piña fermentada, y también los sabrosos pulques curados de fruta. Cuando viví en España disfruté mucho la diversidad de los bocadillos que hay en los bares, y de los que hay más de 50 variedades.
Un deseo: Un planeta sin petróleo.
Un equipo de fútbol: Cualquier equipo, pero en las transmisiones por radio.
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En: Internacional Microcuentista. Gentileza de Martín Gardella.
El análisis no solo es preciso en cuanto a los elementos identificados, sino también bastante concreto al momento de expresar…